
Un escritor que hizo de la rebeldía la razón de su vida
A los 83 años, murió David Viñas, escritor, dramaturgo, historiador, autor de novelas y ensayos y orador brillante. Estaba internado en el Sanatorio Güemes, donde había ingresado deshidratado el 22 de febrero. Luego contrajo una neumonía.
Fue un autor de fuerte compromiso social, pero ante todo un orador locuaz, visceral, descarado y rebelde que cautivaba a sus alumnos en la cátedra de Literatura en la Universidad de Buenos Aires, cuando disertaba.
Hijo de una madre inmigrante que le contó con detalles la vida de los pogromos en Rusia y de un padre juez que vio fusilar a los rebeldes de la Patagonia, Viñas escribió desde muy temprana edad y militó en la izquierda, luego de abandonar el liceo militar, en el que extrañamente había ingresado.
Tras el golpe militar de 1976, debió partir al exilio. Vivió en México, España, Alemania y Dinamarca. Sus dos hijos desaparecieron en la dictadura. Le sobrevive una nieta, que hoy asistirá al homenaje que se hará a partir de las 17 en la Biblioteca Nacional y que luego acompañará los restos a Monte, donde será cremado.
Viñas leía y criticaba La Nacion diariamente y se ocupó de desairar al kirchnerismo cada vez que pudo, en nombre, justamente, de la rebeldía. "Un intelectual no puede ser oficialista", decía. Y también opinó: "Rodolfo Walsh fue el mejor, incluso mejor que [Jorge Luis] Borges".
Apasionado por la historia, gran parte de su producción tuvo el ensamble del pasado y la literatura. Sus historias tenían un fuerte contenido social y de protesta. Fue autor de Los dueños de la tierra , Dar la cara y Un d ios cotidiano, pero también de obras de teatro, como Lisandro , Maniobras , Dorrego y Túpac Amaru, además de una rica producción de ensayos, entre los que se destacan Literatura argentina y realidad política: de Sarmiento a Cortázar .
Fue uno de los creadores de la revista Contorno , que en los años 50 reunió a intelectuales marxistas y existencialistas hasta que emigró del país. En 1991 rechazó la beca Guggenheim, que otorgaba 25.000 dólares. "Es un homenaje a mis hijos", dijo este hombre de bares y largas madrugadas, fumador empedernido, que discutía de todo: desde Sarmiento hasta Borges. De éste último, afirmó: "No es tanto ya la producción de Borges, sino el borgismo, que es una especie de sociedad anónima que se ha encargado de obliterar, congelar toda la situación de la producción literaria y cultural".
Viñas se desempeñaba como consultor cultural de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, con cuyo director, Eduardo Luis Duhalde, mantenía una larga amistad.