La artista argentina Agustina Woodgate llamó la atención de la crítica en la feria Frieze con una obra que automatizó el rol del galerista en la era del “criptoarte”
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“¿Son reemplazables los galeristas en la era de las criptomonedas? Una artista vende su trabajo a través de un cajero automático en Frieze New York”. Ese es el título de un extenso artículo que el sitio Artnet dedicó a la obra de Agustina Woodgate, argentina residente en Ámsterdam, que llamó la atención de la crítica en una de las ferias de arte más prestigiosas del mundo.
Su idea de vender por 2000 dólares un billete “artísticamente aumentado”, con sus retratos y paisajes lijados, fue mencionada también en una nota del New York Times. “La fascinación del mundo del arte con las criptomonedas y los NFT (Tokens No Fungibles) ha pasado por alto en gran medida a Frieze, pero la galería de Buenos Aires Barro aborda este fenómeno de manera indirecta”, dice un artículo que destaca su obra junto con las exhibidas por otros 15 stands, seleccionados entre los más de sesenta reunidos hasta ayer en el centro cultural The Shed.
No confiar. Verificar era el título de la instalación, inspirado en la jerga de las criptomonedas. Consistía en un cajero automático ATM (Automated Teller Machine) reprogramado y rebautizado como “ADM” (Automated Dealer Machine). El público podía insertar su tarjeta de débito, el banco retenía cien dólares de la cuenta y la máquina expedía un billete de un dólar lijado. La operación terminaba en el escritorio del galerista, que entregaba un certificado de autenticidad a cambio de otros 1900 dólares. Entonces, el billete se colocaba en un taco de acrílico, dentro de una caja, y se entregaba el producto terminado.
“El certificado termina saliendo más caro que el propio papel moneda. Porque sin el documento que lo certifique, eso es solo un billete lijado”, explicó desde Nueva York a LA NACION Federico Curutchet, codirector de Barro. “Lo importante de este proyecto es que Agustina señala lo relativo del dinero –agregó-. El papel moneda desaparece (cómo está pasando con la llegada de las criptomonedas) y nos recuerda que, en definitiva, el valor que le asignamos nunca estuvo en ese papel, sino en el contrato, la convención en la que acordamos relacionarnos como sujetos. En definitiva el arte, las obras, son una otra forma de establecer acuerdos”.
“Lo que automaticé fue el rol del galerista –dijo por su parte Woodgate a LA NACION, justo antes de subirse al avión para volver a Europa-. Dadas las circunstancias de Covid, a mi galerista le cancelaron el pasaje dos veces; tener un cajero automático que reemplazaba al dealer era lo más apropiado para la situación que estamos viviendo. También es pensar en los roles de los trabajos, en cuáles son los que se van a automatizar. Cuando aparecieron los ATM mucha gente estuvo en contra, porque reemplazaban a los empleados bancarios”.
Además de los billetes también se ofrecieron en venta el propio cajero; un video que muestra el proceso de lijado, disponible como NFT en la plataforma Foundation; cuatro pinturas realizadas con la tinta desprendida de los billetes al momento de ser lijados y dos piezas que referían al proceso inflacionario en la Argentina.
“Este trabajo intenta reflejar también lo que pasa en el mundo de los NFT, donde lo que uno está adquiriendo, además del archivo digital del artista, es la verificación de que ese archivo es del artista. O sea, el certificado de autenticidad. Pone en tela de juicio dónde está el valor: ¿en la obra, en el certificado, en el papel billete, en el intercambio? El papel billete no es lo que tiene el valor, el valor es simbólico. Al fin y al cabo, cualquier transacción bancaria no se trata de movimientos de dinero sino de procesos de verificación”.
Hace tiempo que Woodgate viene creciendo en la escena internacional. En 2019 participó de la Bienal del Museo Whitney de Nueva York, con una obra que abordaba el valor del trabajo en tiempo y dinero, y con otra que alertaba sobre la crisis del agua en Disruptions, el parque de esculturas de artistas argentinos que dio cierre en Miami al ciclo Art Basel Cites: Buenos Aires. Su próximo destino será justamente Buenos Aires, ciudad donde nació en 1981 y que alojará su taller desde julio próximo.
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