Un argentino en el Reina Sofía
Roberto Jacoby expone El deseo se hace derrumbe hasta fines de mayo
MADRID.- El sociólogo porteño Roberto Jacoby no se considera artista, pero vive del arte e inauguró ayer una exposición retrospectiva de gran escala, que ocupa tres salas del Museo Nacional Reina Sofía, que podrá verse hasta el 30 de mayo. "Este es mi debut en calidad de autor principal de una muestra de estas características. Empecé acá, porque en la Argentina nunca tuve la posibilidad concreta ni los medios para hacerla", comentó a La Nacion luego de inaugurar la exposición El deseo nace del derrumbe .
A Jacoby le cuesta definirse a sí mismo. Para Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, "es una de las figuras indisociables de la historia del arte contemporáneo argentino".
Y es que, además de ser un artista consagrado, Jacoby tuvo un pasado revolucionario (no por nada, eligió la imagen del Che Guevara que hoy impacta en la fachada) y musical. El ha sido "a veces el mejorador y a veces el autor" de la gran mayoría de las letras del grupo Virus. El resultado de aquellas experiencias es claramente apreciable en el Espacio Uno de la exposición, que está ambientada en una suerte de locación intermedia entre un living, un dormitorio y un atelier, donde se puede ver y escuchar a una banda que recrea temas de Virus. En una sala contigua, se exhiben 28 reproducciones de documentos y objetos que testimonian la evolución de las experiencias artísticas generadas por el Instituto Di Tella; el nombre de la sección ( 1968, el culo te abrocho ) debe ser explicado a los españoles que desconocen las rimas chuscas de los chascarrillos infantiles de Buenos Aires.
En la segunda zona, prevalece el trabajo en video: se pueden ver dos de las piezas más famosas del artista, Darkroom , de 2002 y La castidad , de 2007, donde Jacoby, luego de convivir con un colega, intenta exaltar la virtud de la virginidad y la abstinencia sexual "en tiempos en que ser casto es mucho menos tolerado a nivel social que ser un degenerado", dice el autor.
El tramo final de la muestra, curada por la argentina Ana Longoni, apela al uso de la tecnología y del material de archivo para rescatar las huellas de las experiencias artísticas de la vanguardia argentina, a través de la evocación de los happenings porteños y del arte en acción.
A pesar de mostrarse satisfecho por la buena recepción que tuvo su material en España, Jacoby reconoce que no podría llevar nunca esta exposición a la Argentina, porque cree que no hubiese tenido la misma repercusión. No obstante, admite que se siente muy a gusto con el momento que le toca vivir a su país. "Nunca viví con tanta libertad. Ni yo ni los medios de comunicación. Hoy, los periodistas pueden decir lo que quieren y usan esa libertad para hablar en contra de Cristina Kirchner y su marido", dijo.