Ucrania. Arte, música y literatura para entender el país del que habla el mundo
Tradición y contemporaneidad se encuentran en el renacimiento intelectual y artístico de una nación atravesada hoy por la guerra
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Ucrania, el país que hoy ocupa el centro de la atención internacional ante el avance ruso que desató la guerra, ha sido cuna de literatos y personalidades artísticas cuyos nombres han dado la vuelta al mundo. Desde insignes escritores como Nikoláis Gógol o Mijaíl Bulgákov a referentes de las artes plásticas como Kazimir Malevich o de la danza y la música, como Vaslav Nijinsky o Vladimir Horowitz, hasta sus exponentes contemporáneos, su legado invita a detenerse en un presente marcado por los cambios sociopolíticos y renovadas expresiones creativas.
“En la esfera de la cultura, Ucrania vive hoy un período de renacimiento intelectual y artístico provocado por los acontecimientos tumultuosos que han azotado al país en los últimos años: la ‘Revolución de la Dignidad’, la ocupación ilegal rusa de Crimea y la guerra respaldada por Moscú en el Donbás”, manifiestan desde la Embajada de Ucrania en Argentina. E indican que estos acontecimientos elevaron un debate a nivel nacional sobre la identidad ucraniana y los marcadores culturales que la acompañan.
“Cientos de miles de personas talentosas viven y trabajan en Ucrania a pesar de las duras condiciones de la guerra en curso y los problemas económicos. Artistas, diseñadores, músicos, ilustradores, arquitectos y videógrafos crean futuro en el país y en el mundo”, sostiene el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania en sus sitios oficiales. Y agrega: “después de 2014, el país experimentó un verdadero boom cultural, con una generación libre y tenaz que ve la belleza profunda en las cosas y que se mueve al ritmo del jazz, el rap, el techno y el trembita”.
Las expresiones artísticas contemporáneas dan lugar a una escena cultural que incluye la apertura de teatros y espacios de arte, una nueva ola en la cinematografía local y festivales de música de alcance internacional.
Artes visuales
Numerosas instituciones de arte públicas y privadas, museos, galerías, espacios dirigidos por artistas, centros creativos y residencias permiten a creadores, curadores e instituciones avanzar en un ecosistema innovador.
Entre los principales referentes contemporáneos de la creación artística, destacan Ivan Marchuk, pintor fundador de nuevos estilos en el arte e inventor de su propia técnica: el pliontanismo. Debido a la constante persecución de la KGB bajo la Unión Soviética, el artista tuvo que emigrar temporalmente para regresar a Ucrania en 2011. Es el único ucraniano que figura en la lista de los 100 genios vivos que The Telegraph publicó en 2007.
Anatoliy Kryvalop se mueve entre los bordes de la pintura figurativa y la abstracción cuyas obras se venden en las subastas más prestigiosas del mundo. La tarjeta de presentación del artista es el uso de colores vivos, expresivos y en combinaciones radicales.
Entre los referentes ucranianos claves en la historia del arte del siglo XX, el protagonismo es para el pintor abstracto Kazimir Malevich, polaco nacido en Kiev en 1879 y fallecido en San Petersburgo en 1935. En 2016, la Argentina pudo disfrutar de primera mano de la obra del pintor gracias a una muestra retrospectiva celebrada en Fundación Proa. La directora de la institución, Adriana Rosenberg, considera que se trató de una exposición “única en el sentido de que reunió obras cumbres de la mejor época de Malevich y del período en el que fue censurado”. En sus palabras, el pintor sobresale por haber revolucionado el concepto de arte abstracto y por haber diseñado estrategias para las artes aplicadas.
María Prymachenko (Bolotnia, 1909-Bolotnia, 1997), fue una de las artistas ucranianas más famosas, reconocida en el arte naif. El año 2009 se consideró como el año de María Prymachenko según la UNESCO.
Para visitar: Paneles en la sombra (1961), bajorrelieve de Louise Nevelson (Kiev, 1899-Nueva York, 1988), adquirido por la Fundación Di Tella en 1971 y exhibido en la sala de Informalismo y expresionismo abstracto del Museo Nacional de Bellas Artes. En la década de 1950, luego de años de pobreza e indiferencia de la crítica, Nevelson desarrolló la práctica escultórica por la cual ganaría un reconocimiento crítico significativo y se volvería conocida: la elaboración de esculturas abstractas en madera, que pusieron a la artista en el camino de convertirse en uno de los referentes del arte estadounidense. Sobre la obra de Nevelson, Romero Brest dijo en el siglo pasado: “Creo que es de lo más importante en este momento dentro de la escultura universal”.
Ucrania también ha hecho una contribución significativa al arte fotográfico. A principios de los años 70, ocho fotógrafos de Járkiv se unieron para luchar contra la estética soviética dominante formando un grupo clandestino creador de la Escuela de Fotografía de Járkiv, cuyo estética es hoy la base de investigación artística de nuevos creadores. En 2010, Misha Pedan y Roman Pyatkovka, fotógrafos de la “segunda generación” de Járkiv fundaron la Alternativa Fotográfica Ucraniana para apoyar el desarrollo de la fotografía contemporánea en el país. En tanto, las obras de fotógrafos como Borys Mikhailov forman parte de las exposiciones permanentes del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y, entre otros, de la Galería Tate de Londres.
Literatura
La literatura contemporánea ucraniana se desarrolló como una respuesta “marcada y vívida a las formas estáticas de la literatura soviética tardía”, señala el Ministerio de Relaciones Exteriores. Y agrega: “por otro lado, la nueva realidad de los años 90 se convirtió en un período de incertidumbre y frustración. Al inicio de la independencia de Ucrania, muchas personas experimentaron un deterioro de sus condiciones de vida acompañado de un aumento de la tasa de delincuencia y altos niveles de desempleo. Para describir y dar sentido a esta realidad invertida, algunos escritores jóvenes utilizaron el humor negro y elementos surrealistas, a menudo dejando que el absurdo juegue un papel principal. Otros autores prefirieron la vulgarización provocadora y el naturalismo rudo, a veces aún sucio, para reflejar este sentimiento mixto de la libertad nueva e impensable, el miedo natural y la desfragmentación de la realidad”.
Además, apuntan que “enriqueciendo el lenguaje literario ucraniano con el discurso cotidiano real de las calles, incluyendo palabras obscenas, agregando un galimatías realista y mezclándolo con modismos patéticos, jugando con los dilemas bilingües de esos años y usando dialectos, no sólo reflejaron la realidad sino que también la formaron dando a la sociedad una comprensión profunda de sí misma. Los temas sexuales finalmente surgieron de las sombras y se convirtieron en una parte legítima del discurso literario y cultural ucraniano. El país comprobó su libertad tras tres revoluciones, tomó su decisión geopolítica más importante y ahora, como una especie de reacción, experimenta una agresión armada rusa. Los niños nacidos en la Ucrania independiente de los años 90 ahora están criando sus propias familias. Todos estos desarrollos se reflejan, por supuesto, en la literatura ucraniana moderna, que, sin embargo, sigue siendo irónica y esperanzadora. Los escritores ucranianos siempre han forzado algunas de las discusiones nacionales y varios de sus libros ahora se consideran proféticos”.
La lista siguiente incluye de los referentes incluye a Serhiy Zhadan, Oksana Zabuzhko, Yuri Andrujovych, Lina Kostenko, Sofia Andrujovych, Andréi Kurkov, Taras Projasko y Tanja Maljartschuk.
Música
La industria musical presenta una vertiente experimental de la cultura moderna de Ucrania, con mezclas de melodías folclóricas y motivos étnicos que se entrelazan con nuevos géneros como la música electrónica o el hip-hop.
Entre las propuestas destacan el freak-cabaret de renombre mundial de Dakh Daughters o las canciones de la famosa banda Dakha Brakha, cuarteto de música y teatro en vivo que combina los estilos musicales de varios grupos étnicos.
Okean Elzy, por su parte, es una de las bandas de rock más exitosas del país, fue formada en 1994 por Svyatoslav Vakarchuk y cuenta con una buena acogida en muchos otros estados postsoviéticos. Dentro del género, destacan asimismo The Hardkiss y el pop intelectual de Pianoboy.
La cantante Jamala es la encarnación del neo-soul y la fusión étnica de Ucrania. En 2016, la artista ganó el Festival de Eurovisión con la canción “1944″, dedicada a la tragedia de la deportación de los tártaros de Crimea. Onuka, por su parte, dispone de una amplia gama de instrumentos del folclore local que mezcla con ritmos electrónicos; lo mismo que la banda Go-A.
Los aficionados al hip-hop pueden acercarse al género a través de la obra de Alyona Alyona y Alina Pash, que mezcla sus canciones con pop, rap y motivos étnicos.
El país de origen de pianistas como Vladimir Horowitz, Emil Gilels (Odesa, 1916-Moscú, 1985) y Sviatoslav Richter (Yitomir, 1915-Moscú, 1997), también vio nacer a compositores como Borys Lyatoshynsky (Yitomir, 1895-Kiev, 1968), quien elevó la música sinfónica ucraniana al escenario mundial. Con su apoyo, en los años 60 surgió un grupo innovador de músicos modernistas conocido como la Kiev Avant-garde, del que surgieron Valentyn Silvestrov y Yevhen Stankovych, cuyas obras han sido presentadas por todo el mundo.
Cuando se trata de fuertes voces femeninas del mundo clásico, Alla Zahaikevych sobresale con su música electroacústica. El pianista Antonii Baryshevskyi ganó muchos prestigiosos concursos de piano y actúa en las salas de conciertos más famosas del mundo. Marko Topchii es un guitarrista clásico, solista de orquesta y concertista que ha ganado premios en infinidad de países. En la aplicación Ukrainian Live Classic, se puede disfrutar de piezas de la música clásica ucraniana de forma gratuita, así como aprender más sobre los compositores, su historia y estilos.
El festival internacional Leopolis Jazz Fest fue clasificado por The Guardian entre los mejores de Europa. Por otro lado, el Instituto Ucraniano dispone de un catálogo de bandas y artistas que representan la música académica contemporánea, jazz y mainstream más relevante del país.
Arquitectura y museos
Ejemplos del modernismo soviético, el brutalismo, el posmodernismo y vanguardias se nutren de lo local en la arquitectura de Ucrania. Uno de los ejemplos más llamativos del modernismo puede encontrarse en Kiev y es el edificio del Instituto Ucraniano de Información Científica y Técnica, proyecto de Florian Yuriev que se asemeja a una nave espacial, o la estructura de la Empresa Pública de Radiodifusión, comúnmente conocida como «el lápiz». Serhii Makhno y Dmytro Aranchii son algunos de los referentes de la disciplina.
En las salas nacionales las colecciones van desde la Edad Media hasta pinturas sacras barrocas y ejemplos de vanguardia y modernismo ucranianos presentes en el Museo Nacional de Arte de Ucrania, el Museo Khanenko, el Museo Nacional Andrey Sheptytsky o el Museo de Bellas Artes de Odesa.
Respecto a los bienes declarados Patrimonio Histórico de la Humanidad, en el país figuran la Catedral de Santa Sofía, el monasterio de las cuevas de Kiev, el centro Histórico de Leópolis, el arco geodésico de Struv y las iglesias de madera de los Cárpatos y Quersoneso.
Cine y teatro
Ucrania alberga festivales internacionales de cine, como los de Odesa o Molodista. Los cinéfilos pueden tener un acercamiento a creaciones locales como el documental de Iryna Tsilyk The Earth Is Blue As An Orange, ganador en el Festival de Sundance, o el drama Evge, del joven cineasta Nariman Aliev, nominado en Cannes. Las películas ucranianas están disponibles gratuitamente en la plataforma de streaming Takflix.com, donde también se pueden encontrar películas independientes producidas en el país en los últimos años.
El Centro Dovzhenko es la más completa filmoteca estatal. Incluye más de 6.000 largometrajes, documentales, películas de animación ucranianas, rusas, europeas y americanas.
El panorama del teatro en Ucrania es multifacético y lo tradicional convive con los nuevos formatos. Hay más de 400 teatros públicos y privados en el país. Además, existen casas de ópera y ballet en todas las grandes ciudades. En los últimos años, el país ha visto un boom de teatros independientes y experimentales.
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