Tributo al maestro
FUEGO DEL AIRE HOMENAJE A BORGES Compilación de María Victoria Suárez-(Fund. Internac. Jorge Luis Borges)-214 páginas-($ 15) BORGES Y EL CULTO DE LOS MAYORES Por Rosendo M. Fraga-(Fund. Internac. Jorge Luis Borges)-216 páginas-($ 15)
En la presentación de este conjunto de textos en homenaje a Jorge Luis Borges, su responsable, María Victoria Suárez, recuerda los kenningar de la poesía islandesa, cuya acepción solar ella relaciona con la idea de irradiación y le ha sugerido el título del libro, Fuego del aire . Para la autora, compilar es, a la vez, expandir, proyectar.
Los textos seleccionados, todos ellos en prosa menos un estupendo poema conjetural de Jorge Calvetti, son artículos sobre diversos aspectos de la obra borgeana, reconocimientos y reportajes, a los que se agrega el capítulo "Borges inédito", donde se reproducen dos interesantísimas entrevistas, una de Odile Baron Supervielle y la otra, un diálogo público efectuado en la Escuela Freudiana de la Argentina, que deslumbra por el brillo de las respuestas, así como dos conferencias dictadas por Borges en universidades de los Estados Unidos.
La primera parte, "Borges en los otros", reúne textos de los argentinos Mauricio Abadi, Silvia Baron Supervielle, Guillermina Garmendia de Camusso, Alberto Girri, Reynaldo Laddaga, Ezequiel de Olaso, Elisa Rey, Ricardo Rey Beckford, Carlos Spinedi, Noemí Ulla e Irma Zangara, del alemán Leo Pollman, del griego Nasos Vagenás, y de los cubanos Cintio Vitier y Roberto Fernández Retamar. Cabría señalar, como curiosidad, que el diálogo con Borges del último de los nombrados es una conversación recordada, en alguna medida inventada, no literal, pues en sus intervenciones, Borges, dirigiéndose a su interlocutor, le dice a cada rato "che", monosílabo que el autor de Los conjurados jamás pronunciaba y que únicamente usó en el memorable final de un texto de El hacedor .
Imposible analizar dentro de los límites de esta reseña cada uno de los trabajos reunidos; todos ellos reflejan el cabal conocimiento y admiración de sus autores por la obra de nuestro máximo hombre de letras. El volumen se cierra con una emotiva página de María Kodama.
En el prólogo de El otro, el mismo , Borges confesó que uno de sus hábitos, junto con "el de Buenos Aires, la germanística, la contradicción del tiempo que pasa y de la identidad que perdura", era "el culto de los mayores". En toda su obra aparecen, en efecto, aquí y allá, referencias a sus antepasados, algunos de vidas marcadas por hazañas militares que estimularon su imaginación de hombre condenado a la literatura y a una época carente de gestas tumultuosas y heroicas.
Rosendo M. Fraga rastrea en este libro, sorprendente por lo inesperado en alguien que centra su actividad en el análisis político, las alusiones a aquellos próceres y a otras figuras más pacíficas del árbol genealógico borgeano que discurrían en la corriente de su sangre. Desfilan así fragmentos de prosa y verso que dan pie a la observación o conjetura acerca del carácter personal del escritor.
Fraga informa que tomó como base los cuatro tomos de las Obras Completas editadas por Emecé, Papeles recobrados y los libros dedicados a Borges por María Esther Vázquez, Horacio Salas y Fernando Sorrentino. Los títulos de algunos capítulos, como "La tradición unitaria", "La orientalidad", "Rosas", "El cuestionamiento del Martín Fierro ", "El desierto", "La patria" y "La interpretación de la historia", entre otros, dan idea de ciertas constantes temáticas de Borges vinculadas con el pasado argentino. De ello se desprende que el hombre y el escritor fueron una excepcional individualidad en la que confluía orgullosamente la memoria de sus mayores.
María Kodama, en el prólogo, señala que "este texto no ha querido ser una biografía sino la búsqueda del espíritu de un escritor desandando el camino de los antepasados". Fraga ahonda aquí en esa importante faceta del espíritu borgeano y pone de manifiesto su identificación con éste por pertenecer él también, como lo expresa en las "Notas personales" que cierran el libro, a una familia de antiguo arraigo en la tradición militar argentina.
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