Tres notables escultores
Galiasso, Lescano y Suhurt en Palatina; Batlle Planas en Vermeer.
Tres escultores de la misma generación, Sara Galiasso (1946), Susana Lescano (1948) y José María Suhurt (1948) exponen juntos en Palatina. Llaman la atención sus trabajos porque revelan, con lenguajes bien diferenciados, concepciones atrayentes y formalmente resueltas de un modo que revela madurez estilística y oficio. Los tres tienen una "escritura" tan personal que permite reconocer la autoría de cada uno de ellos.
Sara Galiasso trabaja con materiales diversos, en obras alargadas, de cuerpo magro y espíritu ascencional, dotadas de cierto primitivismo. La búsqueda de un tiempo primordial parece dirigir sus acciones. La desnudez de las formas, su esquemática simplicidad, les confiere una sugestión que estimula una interpretación simbólica. Parecería que el sentido de estas piezas debería buscarse en un pasado remoto.
Susana Lescano, por su parte, realiza construcciones de madera y metal que tienen la apariencia de instrumentos musicales, y que son de su propia invención. En verdad, no producen sonidos, pero su configuración remite a una función musical imaginaria. Son obras severas nacidas de una honda reflexión.
José María Suhurt, aunque maneja formas que, a primera vista, pueden parecer no figurativas, en realidad hace libres interpretaciones en bronce del cuerpo humano. Leves acentos insinúan y definen el sentido representativo de las formas. Todo lo que aparece evocado en ellas es el resultado de una rica imaginación y de una aguda sensibilidad.
El automatismo
Juan Batlle Planas (1911-1966), de origen catalán, se acercó al surrealismo de un modo muy personal. Tanto es así que Aldo Pellegrini (crítico agudo y gran conocedor de esa corriente), aunque reconoció esa aproximación en los trabajos de los primeros tiempos, señaló que, desde 1941, Batlle Planas se ubicó entre los neorrománticos, es decir, entre quienes usan la fantasía para evadir la realidad. Romero Brest dijo tajantemente que la inteligencia alerta de Batlle Planas "jamás se integró con su imaginación candente, y no pudo ser surrealista". Lo cierto es que ambas corrientes, surrealismo y neorromanticismo, incidieron en su labor, siempre relacionada con el automatismo.
El lugar prominente que alcanzó Batlle Planas entre nuestros artistas determina que todo lo que hizo tenga interés. Además, como maestro, tuvo un papel destacado en la formación de otros artistas.
Oleos, tintas, acuarelas y témperas de reducidas dimensiones y de autoría bien definida componen la muestra que lo representa en la galería Vermeer. Aunque la exposición no procura brindar un panorama general o desarrollar un período en particular de la obra de Batlle Planas, logra transmitir el encanto intimista y melancólico de su mundo.