Tras seis años cerrado por obras, el Palais de Glace comienza lentamente a recuperarse
Sede del Salón Nacional de Artes Visuales, el edificio de emblemática planta circular, con techos abovedados, está atravesado por una restauración que está al 30% de su proceso
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En julio de 2022, un centenar de artistas abrazó al edificio en ruinas del Palais de Glace para reclamar por su abandono: seis años cerrado y del antiguo esplendor, ni noticias. Esta tarde, el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, y su par de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, encabezaron una recorrida para anunciar que desde el 27 de marzo trabaja una nueva empresa en la restauración del edificio y que con un 30% de la obra avanzada, planean una apertura al público en marzo de 2024.
Todavía es visible, a través de las chapas que lo cercan, el deterioro de los desprendimientos de mampostería y la pintura decolorada. Pero la imagen de hace un año ha cambiado y por dentro en el edifico hay ruido de obra. Sigue pareciendo en ruinas, pero con una razón: se está descascarando al edificio de todas las remodelaciones y parches arquitectónicos que tuvo, para devolverlo al original. Van a respetarse sólo dos intervenciones porque ya son una capa de la historia del edificio: la limpieza de ornamentos que el arquitecto Alejandro Bustillo hizo en 1935 en la fachada para aggiornarla y el entrepiso que sumó Clorindo Testa en los ochenta para ganar metros de espacio expositivo.
Si antes la antigua lucerna estaba desmantelada, había andamios cubiertos de polvo y montañas de ladrillos olvidados, hoy se descubrieron los murales de Alfredo Guido en dos salas laterales que se destinarán a muestras, y se trabaja para devolverles el lustre a boiseries y pisos de roble, columnas y capiteles, sepultados bajo durlock y alfombras cuando se convirtieron en oficinas y en cine. Molduras, guardas y guirnaldas se despliegan en una mesa, que es el taller donde se reproducen los faltantes. En otra sala, planos y fotos adelantan el plan: el subsuelo (al estar en una barranca tiene luz natural) tendrá la administración, la reserva y sanitarios. En la planta baja, los ingresos por Posadas y Libertador, con una tienda y la recepción; todo lo demás será espacio de muestras, como el entrepiso.
“La restauración y puesta en valor del edificio significa una inversión de $2939 millones y doce meses de trabajo”, señaló Katopodis. Se prevén tareas de impermeabilización de cubiertas, restauración de las fachadas, carpinterías, salones históricos y murales, la rehabilitación del subsuelo y la adecuación tecnológica. Se reforzará la estructura de la cúpula, que aún hoy deja pasar la lluvia, junto con la renovación de las redes eléctricas, el nuevo sistema de aire acondicionado e instalaciones pluviales y contra incendios.
Como el Palais es Monumento Histórico Nacional desde 2004 (por el Decreto 570/2004), se respetará el criterio de mínima intervención y máxima conservación de cada elemento original. Por ejemplo, el color definitivo de los muros saldrá de un “cateo”, estudio de las capas de colores con las que fue pintado. En una pared, quedarán a la vista los “cuadraditos” de diferentes profundidades para dar testimonio de esa labor. “Hay un trabajo previo documental, de estudios y de verificación de instalaciones. Ahora comienzan los trabajos de membranas y abajo está todo preparado para hormigonar y preparar los contrapisos. Es preliminar más duro”, dice Delfina Paolaza, inspectora de obra.
Las reformas anunciadas en febrero de 2018 prometían abarcar desde los cimientos hasta la cúpula, con una inversión mucho menor: $160 millones. La obra comenzó en 2017 y solo alcanzó un avance de 22%, hasta quedar paralizada durante 2019. “La administración pagó las deudas que quedaron pendientes, pero la contratista finalmente incumplió, entonces el Estado le rescindió el contrato. La obra de impermeabilización hay que hacerla de vuelta, por ejemplo. Se licitó y una vez quedó desierta. Luego logramos adjudicarla a la firma SES, con un proyecto mejorado y aumentado”, explicó Katopodis. “Para que no vuelva a pasar lo mismo lo que necesitamos es seguir trabajando. Cuando asumimos encontramos muchos espacios en estado calamitoso, como el Cabildo, la Manzana de las Luces y la antigua biblioteca de la calle México –obras cuyo avance también se mostraron en estos días–. En el Palais me preocupaba mucho el conflicto que había con la empresa anterior. Los dos ministerios juntos logramos revertir esta situación patrimonial. La empresa está trabajando con calidad y responsabilidad”, agrega Bauer. “Queremos llegar al 10 de diciembre con la obra casi terminada”, anuncia Katopodis.
Desde entonces, hubo protestas y abrazos al Palais, motivados también por una tentativa de instalar en el edificio un Museo Nacional del Tango Carlos Gardel, desestimada por las autoridades. El Palais de Glace fue inaugurado el 14 de julio de 1910 como pista de patinaje sobre hielo y club social, en concordancia con los festejos por el Centenario de la Revolución de Mayo. Cinco años más tarde, fue pista de baile. Originalmente, el edificio presentaba un aspecto de rotonda de una planta, con accesos enmarcados por columnas y coronados por mansardas, al estilo francés. El espacio central, de aproximadamente treinta metros, tenía techo abovedado y una cúpula que, sin el entrepiso que sumó Testa, daba luz natural a la pista de patinaje. Alrededor, se distribuían palcos y salones que se mantienen en la actualidad.
Desde 2015, es sede del Palacio Nacional de las Artes, dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, y cuenta con un patrimonio de aproximadamente mil obras. Allí se realiza, por ejemplo, el Salón Nacional de Artes Visuales, el certamen más importante del país, que otorga premios en las categorías de pintura, escultura, dibujo, cerámica, arte textil, fotografía y nuevos soportes e instalaciones.
Durante estos años que se mantuvo cerrado al público, desde fines de 2017, el Palais mudó su actividad a la Manzana de las Luces, con la dirección de Feda Baeza. Su intención es generar un salón más grande, inclusivo, federal y diverso.
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