Tras 2000 años, sale a la luz una biblioteca romana en Alemania
Hace 2000 años, los romanos se expandieron a lo largo y a lo ancho de Europa, llevando sus legiones y sus monedas hasta rincones tan alejados como Escocia y la actual Estonia.
Pero Alemania les planteaba un desafío especial. En el año 9 de nuestra era, los romanos sufrieron una vergonzante derrota en la Batalla del Bosque de Teutoburgo, cerca de la actual Hannover: nunca se repusieron, y a partir de entonces fueron empujados continuamente hacia la ribera occidental del Rin, a 80 kilómetros de Teutoburgo, que separa el norte del sur de Alemania. Siglos más tarde, los saqueadores teutones se ocuparon de finiquitar la mitad occidental del Imperio Romano. Sin embargo, los romanos se mantuvieron bastante activos en la ribera occidental, donde dejaron un ingente patrimonio de obras maestras de la arquitectura. Los arqueólogos siguen desenterrando fragmentos de esa parte de la historia alemana, y uno de los edificios más asombrosos de aquella era, la biblioteca pública más antigua de la que se tenga noticia en el país, acaba de salir a la luz.
Construida unos 150 años antes de la Batalla del Bosque de Teutoburgo, los muros del edificio resurgieron recientemente tras siglos de oscuridad, durante la construcción de un nuevo centro comunitario justo al costado de la famosa catedral de la ciudad de Colonia. Al principio, cuando fueron descubiertos los muros, el año pasado, los arqueólogos supusieron que se habían topado con una sala comunal de la era romana. Pero un análisis más exhaustivo realizado en estos últimos meses reveló que muy probablemente el edificio haya sido utilizado para almacenar unos 20.000 rollos de pergaminos, una estimación que situaría la biblioteca de Colonia a la altura de la vasta Biblioteca de Celso, construida en la misma época en la actual Turquía.
El salón que los investigadores creen que era usado como biblioteca tiene 20 metros de largo por 9 de ancho, y un techo de 9 metros de altura, según las estimaciones. Pero lo que realmente captó la atención de los arqueólogos fueron los nichos de 75 centímetros de profundidad en las paredes, que exhiben notables similitudes con los construidos en otros salones usados como bibliotecas durante la época de los romanos.
Hasta ahora, la mayoría de las bibliotecas romanas fueron encontradas en Egipto o Italia, y la de Colonia podría ser el primer hallazgo en las regiones noroccidentales del Imperio, que en su apogeo se extendía por Francia, Gran Bretaña y el oeste de Alemania. Los emperadores romanos dejaron su marca en todos los rincones del Imperio, introduciendo su moneda, ocupando territorios y construyendo edificios que reflejaban una cultura que prosperó durante siglos, aunque basada en la explotación de otros pueblos. Y si bien los muros encontrados en el centro de Colonia tal vez alguna vez hayan albergado una biblioteca, el calificativo de "pública" sigue siendo controvertido.
En el siglo I a.C. –entre 50 y 100 años antes de la construcción del edificio de Colonia–, el emperador Augusto adoptó una idea que era originalmente de los griegos, y empezó a construir una seguidilla de edificios impresionantes en todos sus territorios.
Hace tiempo que los investigadores tienen dudas de hasta qué punto eran "públicas" esas bibliotecas, y ya en 1994, el historiador y arqueólogo Keith Dix, de la Universidad de Georgia, escribió que las anécdotas de aquella época revelan que el acceso a estas estaba restringido "a los autores cercanos al círculo imperial, que como es de esperarse debían tener acceso a las bibliotecas que estaban bajo control imperial". Según Dix, las bibliotecas oficiales del Imperio Romano también parecen haber sido utilizadas "como centros de censura literaria".
Los rollos que ocuparon esos nichos en las paredes hace 2000 años seguirán siendo un misterio, ya que tanto el papiro como el pergamino son sumamente frágiles y las colecciones de la mayoría de las bibliotecas de la antigüedad simplemente se desintegraron por falta de cuidado a lo largo de los años. Pero quienes visiten Colonia muy pronto podrán ver al menos los cimientos del edificio. La playa de estacionamiento del centro comunitario que estaba previsto construir en ese lugar ahora tendrá espacio para dos autos menos de lo planeado: sobre el suelo, habrá una tapa de vidrio que les permitirá a los visitantes asomarse a una era en la que las actuales fronteras de Europa no existían.
Traducción de Jaime Arrambide