Tomás Eloy Martínez, el cronista que leyó la crónica sobre sí mismo
Las novelas atraviesan de alguna forma el alma de sus lectores; les despiertan sentidos, búsquedas, interpretaciones. Pueden afectar su humor, interferir en la circunstancia concreta que está atravesando en su vida y hasta disparar la imaginación de nuevas experiencias encarnadas por nuevos personajes. Es lo que le pasó a Griselda Zuffi y lo comparte en Cartografías íntimas. Un viaje con Tomás Eloy Martínez, donde por sugerencia del mismo autor de Santa Evita, la crítica literaria da rienda suelta a las provocaciones de la lectura de siete de las obras de Martínez.
"Sus novelas están filtradas por mi lectura", cuenta Zuffi a LA NACION, horas antes de la presentación de Cartografías…, que hará junto a Tununa Mercado, Cristina Feijóo y el editor Juan C. Maldonado mañana, a las 18.30, en Chacabuco 874. Publicado por la editorial cordobesa Alción Editora, el volumen se encontrará a partir de la próxima semana en librerías argentinas y chilenas.
"Griyo [el sobrenombre de Griselda], por qué no escribís un libro ameno sobre mis novelas. Tu libro crítico no abarca toda mi obra y podrías escribir sin el corsé académico y en la libertad de la imaginación", le dijo Martínez en 2008, un año después de la publicación de Demasiado real. La escritura pos-testimonial de Tomás Eloy Martínez 1975-1995 (Corregidor), primer libro de Zuffi.
Argentina residente en los Estados Unidos desde hace más de tres décadas, Zuffi es docente e investigadora en el departamento de Lenguas y culturas globales del Hood College, en Maryland. Hizo su tesis universitaria sobre la obra de Martínez; lo entrevistó en los Estados Unidos y siguió consultándolo sobre sus propios escritos.
Además de Santa Evita, Zuffi aborda Purgatorio, La mano del amo, El vuelo de la reina, El cantor de tango, La novela de Perón y Lugar común la muerte. Los capítulos de Cartografías…llevan los nombres de esas obras, pero están datados en los lugares y las fechas en los que la investigadora hizo de ellos una lectura significativa. Uno, por ejemplo tiene comentarios de la autora de 1994 y 1995, en Pittsburgh –mientras ella cursaba el doctorado– y de 2009, en Buenos Aires, durante la estadía en el país en la que Zuffi escribió los manuscritos de la obra recién publicada.
En octubre de 2009 ella se instaló en Buenos Aires y alternó la escritura de los textos con la revisión de ellos que hacía el propio Martínez. "Fueron encuentros muy conmovedores. Al principio una vez por semana y luego fueron mermando por el avance de su enfermedad. Se sentaba, tomaba té, leía en silencio y cada tanto me hacía alguna sugerencia o alguna pregunta. El único capítulo que no vio, aunque llegué a hacerle varias consultas sobre el tema, fue el referido a Lugar común la muerte. El último encuentro fue el 10 de enero de 2010 y falleció el 31 de ese mes", cuenta.
Si bien figura en la colección de Ensayos, el nuevo texto de Zuffi, según sus mismas palabras "de alguna forma bombardea el género del ensayo. Es en parte una crónica, una ficción, una memoria, una biografía". En primera integra sus experiencias con información que le brindó Martínez .
"Tomás no necesitaba tener un lector que le escribiera nada. Creo que al proponerme esto me estaba indicando un atajo que yo necesitaba como cuando alguien que te conduce por un camino te dice: no hagas mas terapia, hacé esto porque es lo mas libertador que vas a encontrar", admite Zuffí. Y agrega: "Cada novela dispara en mí la misma respuesta. Cuando leo Purgatorio entro en mi imposibilidad de representar un desaparecido; con La mano del amo empiezo a bucear en mi experiencia cosas de la represión que de alguna manera atravesaron el nivel social, familiar o personal. La lectura dispara esta intensidad personal. ¿Está mal? ¿Está bien? Es una forma de interpretar también".
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