Tom Wolfe: el hombre del traje blanco que retrató la oscuridad del mundo
Cada época está signada por un tono moral, y no importa el modo en el que intentes llevar tu vida, ese tono te afecta. No tenés opción. Estamos yendo hacia el eclipse total de los valores. Pero no me malinterpretes, como escritor, estoy encantado de que las cosas sigan su curso. La comedia humana nunca ha sido tan rica", decía Tom Wolfe en 1998. Antropólogo curioso, crítico mordaz de su país y de los efectos del poder, férreo cultor de enemistades, detractor de la pirámide invertida, dandi provocador de eterno traje blanco, retrató con sofisticación las cloacas de este mundo. Neoyorquino por adopción, Wolfe, escritor y periodista , murió ayer en Manhattan a los 88 años.
Junto a Norman Mailer, Gay Talese, Jimmy Breslin, Hunther S. Thompson, Nicholas Tomalin y Joan Didion, Wolfe impulsó el Nuevo Periodismo. En su ensayo El juego del reportaje, escrito con una mirada reflexiva sobre sus inicios en redacciones y diarios, plasmó su recuerdo como testigo y protagonista, en los años 60 y comienzos de los 70, de la irrupción de otra forma de abordar la información y la realidad con las técnicas de la literatura. En un momento de efervescencia social y política, esa generación hizo un hallazgo: "Este descubrimiento, modesto al principio, humilde, de hecho respetuoso, podríamos decir, consistiría en hacer posible un periodismo que... se leyera igual que una novela". Para esa fecha, Rodolfo Walsh ya había escrito Operación Masacre y Gabriel García Márquez, Relato de un náufrago.
Wolfe nació en el seno de una familia acomodada de Richmond, Virginia, en 1930, de padre agrónomo y de una madre que le inculcó su amor por el arte. Flamante doctor en Literatura Norteamericana graduado en la Universidad de Yale, en 1957 ingresó en la redacción de New York Herald Tribune, aunque su sueño era ser escritor y crear lo que él llamaba "la Novela", con mayúscula, influido por el legado de Ernest Hemingway, William Faulkner, Stephen Crane, John Dos Passos, John Steinbeck y, en especial, Honoré de Balzac. Esta producción de ficción demoraría en llegar a su vida, ya que recién a sus 57 años publicó su primera novela, La hoguera de las vanidades, con éxito inmediato de ventas, sobre la caída de una joven promesa de Wall Street. Brian De Palma pronto adquirió los derechos y adaptó esta historia al cine con Tom Hanks y Bruce Willis. El cine también lo buscaría para adaptar su historia ganadora del Book Award, un relato sobre la carrera espacial, Lo que hay que tener, elegidos para la gloria, con Sam Shepard y Ed Harris.
Sus primeras notas en las redacciones neoyorquinas fueron obituarios. Pronto comenzó a rebelarse contra los modos ortodoxos de contar historias. Una de ellas, la más destacada, fue "Radical chic" (1970), en la que describía la fiesta que algunos artistas y personalidades les brindaron a las Panteras Negras en un penthouse de Park Avenue. La contradicción de la lucha radical con la arrogancia y frivolidad de aquellos miembros de la elite neoyorquina aparece en forma de sátira. Esta historia, conocida en castellano como La izquierda exquisita, creció hasta convertirse en un libro que disparó contra una generación y un sector social.
Enemigos íntimos
Su estilo provocador lo condujo a cosechar enemigos. En su prólogo a El Nuevo Periodismo apuntó contra Truman Capote, a quien no consideraba pionero ni innovador de este movimiento. También tuvo un enfrentamiento con Norman Mailer, a quien creía demasiado egocéntrico. Con Philip Roth siempre guardó distancia y le manifestó su respeto ("el mejor del lote", dijo en referencia a la generación que integró junto con Saul Bellow y John Updike). Para Wolfe existían Nuevos Fabulistas, a quienes describió con cierto desdén. Mencionaba a Borges -sin escribir su nombre de pila- y a Gabriel García Márquez entre los autores que en los 70 habían llamado la atención de sus pares.
Wolfe impregnó de color y sonido los textos de no ficción. En El Nuevo Periodismo se refirió a los periodistas de color "beige", es decir, asépticos, "de personalidad apagada". No hablaba de la dicotomía entre objetividad/subjetividad, sino de la "personalidad" del periodista, del estilo y de una voz que lo definían. ¿Cuál era entonces su look y tonalidad cromática? Él mismo respondía que la sobreabundancia de interjecciones, onomatopeyas y exclamaciones.
En una de sus crónicas más conocidas, Ponche de ácido lisérgico (1968), Wolfe visita al poeta y novelista beat Ken Kesey en la cárcel y, luego de su liberación, sujeta a buen comportamiento, se sube a la camioneta de los The Merry Pranksters para retratar conciertos, ritos y fiestas de la banda. En ese viaje busca comprender por qué un hombre joven y talentoso, padre de tres hijos, que había alcanzado la gloria, cayó en desgracia y se convirtió en un prófugo de la ley. En esta novela de no ficción introduce varias innovaciones, como la utilización de poesías propias en largas estrofas, con una estructura que desafía los versos tradicionales. A su vez, emplea de modo curioso los signos de puntuación: amolda las reglas de ortografíaa su expresión.
En 2008, Wolfe visitó la Feria del Libro de Buenos Aires, donde unas mil personas escucharon aquello que "la imaginación de un periodista es incapaz frente a lo que se lee en los diarios". Fanático de la música argentina, había asegurado que Piazzolla era el mejor músico del siglo XX.
Bloody Miami (2012) fue su última novela antes del polémico El reino del lenguaje, que Anagrama publicará en castellano en septiembre, donde rechazaba la teoría de la evolución y cargaba contra Noam Chomsky.
Aunque siempre conservó su acento sureño, Nueva York fue su hogar hasta sus últimos días. Desde la ventana de su casa vio caer las Torres Gemelas, contó en una entrevista, él, que había creído conocer los bajos fondos de su ciudad y la cara más lumpen de la humanidad. "Nunca me tentó escribir mis memorias. Para mí, la autobiografía es la peor ficción, porque la gente está dispuesta a confesar cualquier cosa, excepto sus humillaciones, que forman un setenta y cinco por ciento de la vida -reflexionó en una de sus últimas entrevistas-. Yo he vivido muchas".
Algunas de sus frases:
- "La mayoría de los políticos son extremadamente ricos, pero tienden a minimizar esa riqueza porque no quieren espantar al estadounidense común. Trump hizo lo contrario y eso, paradójicamente, lo volvió más humano"
- "La soledad es y siempre ha sido la experiencia central e inevitable de todo hombre"
- "Todo tipo de escritores deben alejarse del escritorio y ver cosas que desconocen"
Al maestro y amigo
- Gay Talese, escritor y referente del Nuevo Periodismo: "Era un escritor increíble. Y no podías imitarlo. Los que trataron de hacerlo fueron un desastre. Deberían haberse buscado un trabajo en una carnicería"
- Jann S. Wenner, fundador de Rolling Stone: "Tom tenía un ojo extraordinariamente agudo y un compromiso para decir la verdad"
- Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York: "Su ingenio y agudas observaciones definieron una era en Nueva York"
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