Terror, violencia y territorio: empieza el Diálogo de escritores latinoamericanos en la Feria del Libro
Hasta el martes, autores de la región como Mónica Ojeda, Daniel Ferreira, Alina Gadea y Sérgio Rodrigues debaten cuestiones literarias con sus colegas argentinos, entre ellos, Agustina Bazterrica, Luciano Lamberti y Alejandra Kamiya
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Con invitados nacionales e internacionales, comienza hoy a las 19 la décima edición del ciclo Diálogos de Escritoras y Escritores Latinoamérica en la Feria del Libro, en la Sala Alfonsina Storni del Pabellón Blanco. Se extiende hasta el martes y participan autores como la ecuatoriana Mónica Ojeda, los peruanos Alina Gadea y José Carlos Agüero, los brasileños Nelson Rodrigues, Michel Laub y Carol Rodrigues, los chilenos Andrés Montero y María José Navia, las uruguayas Virginia Mórtola y Tamara Silva Bernaschina, el colombiano Daniel Ferreira, el paraguayo Sebastián Ocampos, y Mariana Travavio, Leandro Ávalos Blacha, Agustina Bazterrica, Mariana Komiseroff, Tamara Tenenbaum, Alejandra Kamiya y Luciano Lamberti.
La coordinación del encuentro está a cargo de la periodista Jorgelina Núñez. “Vengo observando en estos diez años de los Diálogos que algunos temas en la narrativa latinoamericana se repiten bastante, cada vez con nuevas modulaciones y distintas incursiones en la formal. Hay cuestiones que son una constante”, indica.
“Una es la del territorio, visto en cierto momento como una trampa donde la disyuntiva está entre irse o quedarse -dice Núñez-. Pareciera que no hay una alternativa a eso, cómo encontrar la manera de quedarse en el lugar que a uno le tocó, y al mismo tiempo recrearlo de otra manera y no someterse a la coyuntura. La otra cuestión que siempre se repite y cada vez con más intensidad es la de la violencia. Por ejemplo, en la obra del colombiano Daniel Ferreira, es una violencia que arranca siendo política y se va transformando en violencia social, como una respuesta directa a la violencia política, a distintas formas de regímenes autoritarios y de represión. El otro tema que aparece frente a estas realidades, que son muy duras, tiene que ver con la literatura de evasión, con la concepción de mundos alternativos, casi realidades paralelas, absolutamente distópicas y que buscan un refugio; al mismo tiempo ese refugio resulta tan opresivo como aquel del que se busca huir. Por último, está la cuestión del terror, muy ligada a la social. La mesa de apertura tiene que ver con eso. No es el terror de la novela gótica sino que es un terror arraigado en la opresión social y en las formas de hostigamiento que se dan en ese terreno”.
Una de las invitadas internacionales es Mónica Ojeda, que participa de la charla de apertura, hoy a las 19, con Bazterrica y Lamberti, en diálogo con la periodista Fabiana Scherer. “Estoy muy contenta de estar acá -dice Ojeda a LA NACION-. Es la primera vez que puedo venir a la Feria del Libro de Buenos Aires, así que me hace una ilusión tremenda. Sé que el contexto es difícil para la cultura y para muchas cosas actualmente en la Argentina, pero siento que también es una cuestión regional, en muchas partes de Latinoamérica ahora mismo todos los espacios de resistencia cultural son espacios en peligro; por eso precisamente es importante que sigamos haciendo las cosas y que sigamos resistiendo juntos a través del arte, a través del pensamiento, a través de toda esa sensibilidad que nos facilitan los libros. Estoy contenta de estar en la Feria, me siento privilegiada por poder compartir mesas con escritoras que admiro. Mis expectativas son esas: poder hablar con amigas y llevarme muchos libros de editoriales independientes y conocer a nuevos autores y autoras que segurmenta me van a aportar lecturas deliciosas”. Este domingo a las 16, Ojeda presenta su extraordinaria novela Chamanes eléctricos en la fiesta del sol (Random House) en la Sala Adolfo Bioy Casares.
La escritora peruana Alina Gadea conversará mañana a las 17.30 con Ávalos Blacha y la brasileña Carol Rodrigues, en la mesa moderada por Marisol Alonso. “Para mí es muy importante participar en la Feria del Libro de Buenos Aires -dice Gadea-. Más aún, cuando se trata de compartir con autores de la región un tema tan interesante como la creación de mundos posibles ante situaciones adversas. La ficción es una manera excepcional para entender la realidad; explora e intenta desentrañar la complejidad de las relaciones humanas y lo que somos como sociedad. En este caso busca además un orden frente al caos de la violencia interna ocurrida décadas atrás y que constituye parte fundamental de nuestra memoria común. Vengo de un país diverso, quizás más que los demás de la región. Variado y rico en culturas, al mismo tiempo lleno de conflictos a través de su historia. Una confluencia de factores dio lugar a un caldo de cultivo para la violencia política desatada en los años 80 y que deja una estela permanente. Todo eso es a la vez una cantera para la creación en general y en particular la literaria, pues surgen voces que gracias al lenguaje de la ficción dan a conocer la realidad de una manera más asimilable. Así los largos procesos atravesados se vuelven más comprensibles, más cercanos y más vívidos para los lectores”.
Para Gadea, escribir es “crear mundos en épocas de adversidad” (como la actual). “Junto con la lectura son un refugio y un escudo contra las dificultades: así logré escribir mi primera novela Otra vida para Doris Kaplan, que narra en cabeza de una adolescente la violencia sufrida en el país en los años 80 con Sendero Luminoso. Es muy valioso intercambiar nuestras experiencias como escritores y nuestras similitudes como países hermanos”, concluye.
“Lo importante de los Diálogos es la posibilidad de cruzarse y conocer a colegas, sus libros, sus lecturas, sus realidades -destaca Leandro Ávalos Blacha-. Porque por un lado hay mayor circulación de los libros entre países, o hay editoriales que van editando lo que descubren en los catálogos de otras editoriales similares de Latinoamérica, pero aun así la circulación de las obras y editoriales no es tan fluida como uno desearía. La Feria del Libro y la Feria de Editores facilitan un poco eso con los invitados que vienen de otros países”.
Al autor de Los Quilmers le encanta la vitalidad y variedad de la literatura latinoamericana. “Por mencionar algunos libros del último tiempo que disfruté mucho, recomiendo Sofoco de Laura Ortiz Gómez (Colombia), Islas de calor de Malu Furche (Chile), La muerte viene estilando de Andrés Montero (Chile), Una ballena es un país de Isabel Zapata (México), Salomé de Elaine Vilar Madruga (Cuba), Verde de Ramiro Sanchiz (Uruguay), Locas pasiones de Diego Recoba (Uruguay), El foso de Mabuya de Erick J. Mota (Cuba), El gusano de Luis Carlos Barragán (Colombia), un autor que por suerte empieza a circular acá con un libro de cuentos en Caja Negra”.
“En cuanto a la situación del libro y el contexto actual, es alarmante que un gobierno declare la guerra a la cultura y que ponga en peligro la libertad de expresión, al propiciar el linchamiento contra cualquiera que tenga una mirada crítica -señala-. Siento que una de las peores partes de este panorama lo viven los autores jóvenes, que están intentando empezar a publicar. Con el achicamiento de los planes editoriales, les cuesta encontrar alguna editorial que pueda recibir material para evaluar. Y eso puede ser desolador”.
El escritor José Carlos Agüero participará de la charla de cierre de los Diálogos, con el colombiano Ferreira, Komiseroff y Gabriela Saidon, sobre las “metamorfosis” de la violencia. “En estos encuentros suele haber dos razones para asistir -dice el autor de Los rendidos a LA NACION-. Una, para hacer contactos, autopromocionar alguna imagen, en fin, venderse en el mercado regional o global bajo alguna forma superficial. Prefiero la otra motivación, en la que, quizá ingenuamente, nos hacemos a la idea de que se puede aprovechar estas enormes ferias para compartir palabras, argumentos, memorias. Sacarse fotos, cómo no, pero meter de contrabando ideas, preguntas, argumentos, tensiones. Algo que ha sido desalojado del espacio público, degradado el pensamiento a antigüedad, a cosa inútil, sin valor de cambio. Ese puede ser el valor de intercambiar con los escritores invitados: charlar, decir y escuchar. Y ver si este acto, ahora radical, puede copiarse”. Los libros de Agüero y Gadea se pueden encontrar en el stand de Perú (1700 del Pabellón Amarillo).
La programación completa del ciclo se puede consultar en este enlace.
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