Tendencia. El libro, un outsider metido en la contienda electoral
Proliferan los títulos de y sobre candidatos que, en vez de dar una plataforma, escriben su historia
El fixture para las elecciones que comienzan en agosto pone en una posición destacada a un outsider: el libro. Publicados por editoriales no partidarias e introducidos en el circuito comercial como un producto literario más, los títulos escritos por candidatos, o sobre ellos, hacen su propio juego. Y los políticos lo saben.
Después de la presentación en la Feria del Libro de Sinceramente (Sudamericana), de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, ahora salieron a la cancha Ella miente (Margen Izquierdo), una investigación de Margarita Stolbizer sobre la exmandataria; dos biografías políticas de Elisa Carrió, y una compilación de reflexiones para Gobernar la ciudad (Colihue), de Mariano Recalde. Precalientan en los talleres de Planeta un libro de Nicolás del Caño, Rebelde o precarizada, y otro de Malena Galmarini.
El libro de la ahora candidata a vicepresidenta por el Frente de Todos lleva vendidos unos 250.000 ejemplares, según Penguin Random House, y además del de Stolbizer inspiró otro, en clave humorística: Cristinamente (Catarsis), de Carlos M. Reymundo Roberts. En un guiño a los lectores, los diseños de las tapas dialogan.
En el extremo opuesto del campo de juego se ubican los libros de y sobre Carrió, ambos publicados por Planeta. En Vida, la fundadora de Cambiemos conversa con el analista político Ignacio Zuleta sobre su concepción política, su conversión desde el agnosticismo al catolicismo y otras experiencias personales. En tanto, en Lilita, una mujer que desafía al poder, la periodista especializada en temas parlamentarios, Laura Serra, reconstruye las rupturas que signan la trayectoria de Carrió y explica cómo pasó de compartir fórmula con Pino Solanas a fundar una coalición que llevaría a Mauricio Macri al poder, además de abordar, entre otros tópicos, sus embates contra figuras cercanas, hoy, al presidente de la Nación.
Una edición ampliada de Juicio y castigo (Sudamericana), de Alfredo Leuco, se anota entre las novedades fuertes de este mes, y tiene a CFK en la tapa. Son textos y columnas del analista político los que actualizan este libro que "puso un límite a las mentiras del poder". Jorge Fernández Díaz dice que "este libro es un combate contra la amnesia social que puede destruir a la Argentina".
Lectores que son electores
Ante la desaparición de las plataformas políticas, los libros de o sobre los candidatos acercan a los lectores -y electores- un caudal de información mayor a la crónica diaria. Y, en algunos casos, escasos por cierto, incluyen propuestas o aproximaciones a posibles programas de acción. Por ejemplo, la compilación de trabajos de unos cuarenta autores de diferentes disciplinas que abordan problemáticas porteñas que hizo Recalde en el libro que presentó cuando aún aspiraba a ser candidato a jefe de gobierno.
La compilación como formato también es usada por otras dos figuras kirchneristas. La propia Cristina figura como autora de Una política exterior soberana (Colihue), publicado en junio, una recopilación de sus discursos de política internacional, y Agustín Rossi, uno de los primeros en postularse a candidato presidencial en los primeros meses de este año, reunió trabajos propios y ajenos sobre "una economía política para el empleo, el crecimiento y la justicia social" en Hay otro camino (Colihue). Rossi presentó ese libro en abril en la Feria del Libro, escenario en el que comenzaron a calentarse los motores para las elecciones. A ese encuentro llegaron con sus libros el candidato presidencial por Frente Despertar, José Luis Espert, La sociedad cómplice (Sudamericana); el exministro de Economía kirchnerista y ahora candidato a gobernador bonaerense Axel Kicillof, autor de Y ahora ¿qué? (Siglo XXI), y otro exministro de Economía y actual candidato a senador porteño por el macrismo, Martín Lousteau, con Debajo del agua (Sudamericana), por citar algunos.
La elección del libro por parte de algunos políticos se puede interpretar, según señala el editor y ensayista Alejandro Katz, a partir de su funcionalidad para alcanzar sus objetivos. Katz, que dirige su propia editorial, afirma que el libro es un recurso "dador de prestigio" que resulta barato para el político, ya sea que la inversión fuese de una editorial o del propio político; es eficaz para llamar la atención de los medios de comunicación y ocupar espacios en ellos y justifica hacer reuniones públicas donde la política no convoca militantes. "Vas a una ciudad a presentar tu libro en lugar de hacer un acto de masas. El caso de Cristina es paradigmático. Está haciendo eso en todos lados donde va a presentar el libro".
La existencia de estos libros, agrega Katz, "reconoce que la política tiene hoy una mezcla bastante ambigua de lo público y lo privado, que el candidato sea alguien conocido tuyo, que entra a tu casa y cuya vida conocés a través de su propio relato. Esta forma, como dice Beatriz Sarlo, de intimidad pública es también una prolongación de Facebook en la que te cuento mi vida, mis deseos y, en vez de dar una plataforma, subjetivizo todo".
Por fuera de los autores-candidatos, se mantiene la vigencia del libro político como tal, que sumará en los próximos meses al menos dos investigaciones de periodistas de la nacion: una sobre Los secretos del Congreso (Ediciones B), de Gabriel Sued, y otra de Jaime Rosemberg sobre el diputado radical Mario Abel Amaya. Además se publicará un nuevo ensayo de la socióloga Paula Canelo, ¿Cambiamos? La batalla cultural por el sentido común de los argentinos (Siglo XXI).