Tejidos, bordados y otras tramas del arte que van un punto más allá de lo decorativo
El campo del arte textil se amplía en la Argentina. Mientras en Madrid se celebra la VIII Bienal Internacional de Arte Textil Contemporáneo, organizada por Word Textile Art y con la Argentina como país invitado, en la ciudad de Buenos Aires varios espacios albergan muestras donde artistas locales experimentan con bordados, costuras, tejidos y tules. En la megamuestra federal La marca original, que se exhibe en el CCK hasta fin de noviembre, tampoco están ausentes esos trabajos que combinan la textura cálida de tapices y tejidos con la audacia del color y la representación de mundos diversos. Publicaciones y talleres, investigaciones, obras premiadas en el país y en el exterior confirman la expansión del arte textil.
En un principio, dos tradiciones se desarrollaron en simultáneo. En uno de los prólogos de Colección de arte textil del Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, publicado este año, la investigadora Silvia Marrumbe advierte, por un lado, el influjo de la herencia amerindia, que proviene de las comunidades originarias del continente y alienta un repertorio de formas vinculadas con la naturaleza, la vida cotidiana y la espiritualidad. Por otro, se asume un legado europeo, centrado en la realización de grandes tapices, alfombras y gobelinos con motivos religiosos, históricos y domésticos, no sin cuotas de fantasía.
Desde los años 60, artistas de vanguardia (en su mayoría mujeres) se apropiaron de técnicas artesanales para adaptarlas a sus propios lenguajes creativos. Es lo que hicieron Delia Cancela, Marta Minujín, Dalila Puzzovio, Nora Correas, Gracia Cutuli, Nora Aslan, Mónica Van Asperen y Carola Segura, entre otras. Con mayor visibilidad que en épocas anteriores, por fuera de criterios decorativos e incluso con ánimo de reivindicación de causas (como las del indigenismo, la ecología, las disidencias sexuales y el feminismo), el arte textil teje una trama tan popular como genuina.
De nuevo a escena
Para la artista e investigadora Rosa Skific, el textil representa "el quinto elemento" de las artes. Y en palabras de Cutuli, la metáfora textil está implícita en la Web, "la más antigua tecnología desarrollada por el ser humano presta su símbolo a la cibernética: web es telaraña, según el mito ha sido inspiración para las tempranas técnicas textiles". En el presente, ¿sueña el arte textil con formas híbridas o mestizas que combinan técnicas, ideologías y saberes?
"Es un momento de reaparición del textil en la escena del arte internacional y local –sostiene la docente, diseñadora e investigadora Constanza Martínez–. El textil es un elemento que atraviesa toda nuestra historia. Muchos artistas, desde hace tiempo y cada vez más, encuentran en la polisemia que atraviesa el objeto textil una perspectiva artística". En los trabajos de Alicia Silman, Alexandra Kehayoglou, Enrique Salvatierra, Mirta Zak y Marina De Caro, entre muchos otros, convergen sentidos creados con materiales textiles.
Martínez, que inició sus estudios con la guía de una investigadora pionera en el área, la doctora Ruth Corcuera, señala como hitos cercanos las instalaciones performáticas de una joven Ariadna Pastorini, en los años 90, en el Centro Cultural Rojas, junto con el artista paraguayo Feliciano Centurión. "El 2000 abre y sorprende con Diseño extralimitado, muestra al cuidado de Jorge López Anaya en Galería Klemm –sigue Martínez–. Y en adelante puedo mencionar a Chiachio & Giannone, Monica Millán, María Jalil, Guillermina Baiguera, Claudia Mazzola, Eugenia Streb y Ana Wingeyer, que reflexiona sobre arte y naturaleza".
Otros artistas, que vinculan el arte textil con el diseño, son Alejandro Bovo Theiler, Tadeo Muleiro, Verónica Ryan, y Guillermina Lynch, Agustina Galíndez y Marcos Xcella. "Hoy se puede encontrar encontrar textil en museos, en galerías clásicas como Ruth Benzacar y en otras alternativas", destaca Martínez.
La fundadora de Muchatela subraya la labor de difusión y análisis de Corcuera, autora de clásicos como Herencia textil andina y El arte del algodón en Catamarca: 1910-1961. "En sus escritos podemos interiorizarnos en cómo lo textil atraviesa los distintos campos de la historia de la humanidad –afirma–. Corcuera presenta el textil como un campo expandido, y va más allá al ubicar el tejido como factor protagonista en el inicio de la cultura. Un lenguaje que canaliza ideas de lo más variadas: magia, poder, saber, tiempo, expresión, vida cotidiana, economía, tecnología, lo íntimo, lo público, lo privado".
Siguiendo el hilo
En simultáneo, en cuatro galerías independientes porteñas se exhiben obras de arte textil. Una de ellas es Urquiza (Pasaje Giuffra 370), donde Guillermina Baiguera, Emilia Molina y Maia Cosin exponen hasta el 28 de este mes trabajos vinculados con la memoria, la herida y las formas de escribir con el cuerpo. De manera concreta, Molina bordó con hilo dorado textos de carácter íntimo sobre faldas. Los textos, que se asemejan a soliloquios de una bordadora solitaria, se pueden leer con la prenda puesta. Por su parte, Baiguera instaló en la vidriera del local dos bastidores que parecen las páginas de un libro abierto y también una cortina donde se replican signos cosidos a mano. En las obras de Cosin (que presenta una publicación y un video protagonizado por una suerte de Sísifo serrana), la materia textil aparece de manera metafórica.
"Como docente de la técnica de bordado, puedo ver en cada encuentro la importancia que tiene el espacio compartido a través de este lenguaje y el valor de reunirse a hacer en grupo –dice Baiguera, artista y promotora del arte textil–. En esta trama grupal en la que dialogan lo íntimo y lo doméstico tiene lugar la conversación no como ornamento sino como una construcción de vínculos en los que se tejen nuevas perspectivas y formas de estar en el mundo". El bordado es a la vez una práctica manual e intelectual. "Hoy salimos de la clandestinidad, usando estas herramientas feminizadas como armas poderosas que resignifican el textil, y abandonamos el rol que se impuso para trascender ese orden que nos dejaba en la marginalidad pero que nunca dejó de hacernos inteligentes", sugiere la artista.
La exposición Musubi, de Teresa Giarcovich, está compuesta por dos situaciones: un textil de gran formato realizado en tul y textiles traslúcidos (cuya imagen está inspirada en el simbolismo de frescos italianos del Quattrocento y el Cinquecento), y una "cámara de color", reducto atmosférico sin representación alguna, que funciona como filtro desde donde se pueden observar las obras. La muestra de Giarcovich, que se exhibe en la joven galería Piedras (avenida Rivadavia 2625, piso 4), hasta el 4 de octubre, lleva por título una palabra en japonés, con varias acepciones. Como verbo, musubi significa unir y atar los extremos de un hilo o hacer un nudo, y como sustantivo, refiere a un lazo y, en sentido figurado, a una promesa.
"Actualmente trabajo el textil en relación estrecha con la pintura y la escultura –cuenta Giarcovich a LA NACION–. El tul como material me da la posibilidad de crear estas 'acuarelas corpóreas', que modelo con la iluminación, dando lugar a una experiencia más sensorial". La artista coincide con que hay un resurgimiento del textil y, de parte de jóvenes artistas, una puesta en valor de técnicas ancestrales. "Alejandra Mizrahi, por ejemplo, toma las randas tucumanas [un tipo de tejido en forma de red] y, a la vez que las presenta respetuosamente y les da lugar a sus realizadoras, las recrea en su propio trabajo de manera contemporánea, llevándolas al campo del arte". Así, prácticas artesanales enriquecen el universo artístico. "Otros artistas que trascienden las disciplinas son Guido Yanitto con sus telares o Yumi Kataota con sus shiboris", acota Giarcovich.
Hasta el 30 de octubre, la artista cordobesa Candelaria Traverso expone en Herlitzka + Faria (Libertad 1630) un conjunto de piezas hechas con retazos de arpilleras sintéticas. A modo de tapices, las composiciones expuestas en Chakana están inspiradas en la colorida ecología de las ferias andinas y en la llamada "estética chola". Como si fuera una etnógrafa, la artista va detrás del rastro del mercado de la ropa usada, cuya circulación (aunque prohibida en varios países) ha aumentado de modo considerable en los últimos años. Nieta de una costurera, Traverso cosió pedazos de bolsas de arpillera plástica (donde llegan los fardos de ropa) para dar a luz insignias nómades, que viajan de Seúl a Catamarca o de Estambul a La Paz, identificadas con iconos del presente y (como las chacanas de la cultura inca) con símbolos de un pasado vivo.
Por último, en este hilo del arte textil que recorre la ciudad, se pueden mencionar dos muestras en Camarones Arte Contemporáneo (Camarones 1645). El próximo sábado, de 19 a 23, será la última ocasión para ver Poéticas de la marea, al cuidado de Kekena Corvalán, donde exponen Rocío Corbera, Bárbara Hassen, Pao Lunch, María Pichot y Rosana Linari. Esta última artista presenta obras en textil. Y el 28, en ese mismo espacio, se inaugurará una muestra al cuidado de Lola Silberman, con obras de arte textil de Marino Balbuena, Miguel Ángel Cárdenas, Guillermina Lynch, Lía Porto, Verónica Ryan y Nilda Rosemberg. Estará abierta hasta el 9 de noviembre y, cada sábado, se realizarán performances o "activaciones" con artistas invitados que también trabajan en textil.
Gran acervo y carreras en curso
El Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori posee una de las colecciones más importantes de arte textil en el país. Se inició en 1971, con la exposición Tapices y alfombras contemporáneas. Debido al alto nivel de las obras y la buena recepción del público y la crítica, se decidió crear un acervo de esa disciplina para integrarla al patrimonio. Por ese motivo, se planteó un Salón Municipal de Tapices, hoy devenido en Bienal, que junto a la sección de Arte Textil del Salón Nacional constituyen los principales espacios oficiales de representación de esta técnica artística. Desde 1981 hasta hoy, la bienal concede premios adquisición, que nutren el patrimonio del Sívori.
Instituciones como la Universidad Nacional de las Artes, el Museo de la Historia del Traje y el Centro Argentino de Arte Textil ofrecen una amplia variedad de cursos y talleres. Al mismo tiempo, artistas e investigadoras de diferentes generaciones poseen experiencia, conocimientos y cuerpo de obra suficiente como para conformar una currícula educativa atractiva para los estudiantes.
En el flamante El bordado como trazo. El taller de Marian Cvik, de Laura Haimovichi y Cvik, maestra y artista del bordado que ha expuesto en la Argentina y en el exterior, se comparten las experiencias, técnicas y expresiones de sus cursos y seminarios especializados, que se brindan en el Museo Nacional de Arte Decorativo y en el Museo de Arte Popular José Hernández, entre otras instituciones. Las autoras presentan el libro esta tarde a las 18 en la librería de la Universidad de Belgrano (Zabala 1837).
Así en la vida como en el arte
La pareja de artistas conocida como [Leo] Chiachio & [Daniel] Giannone se identifica como un solo artista de dos cabezas y cuatro manos, abocado a la tarea de convertir en arte restos textiles. "Nuestro oficio académico es el de la pintura, pero desde que comenzamos a trabajar en colaboración nos interesó explorar y trasladar nuestros conocimientos en el manejo del color a técnicas como el bordado, patchwork, tejido -dicen a LA NACION-. Trabajamos en el terreno del textil como si fuéramos pintores, utilizando aguas, hilos, aros de bordar y tijeras como si fueran pinceles, acrílicos y óleos". Por sus obras, el dúo recibió varios premios internacionales.
"Como en estas latitudes el textil es un área relegada al mundo femenino, nos interesó apropiarnos de él y desdibujar las fronteras, bordes o límites entre género y tarea -agregan Chiachio & Giannone, pareja en la vida y en el arte-. Es en el bordado casi como escritura, donde encontramos la posibilidad de utilizarlo para contar esta historia de a dos". Los artistas utilizan materiales domésticos con la intención de darles una segunda posibilidad, además de hacer visibles huellas simbólicas de esos elementos. En repasadores, servilletas, cortinas y manteles, narran historias personales y comunitarias.
Para la mayoría de los artistas e investigadores, una visión "ortodoxa" del arte textil, que se limita solo a técnica y la materialidad de los trabajos, puede excluir el factor conceptual propio del arte contemporáneo. Un riesgo similar corren aquellos que consideran el textil un mero elemento para utilizar en sus obras. En esa línea tenue como un hilo, se decide el alcance y la impronta del arte textil.
Publicaciones clave sobre arte textil argentino
El tapiz, de Gracia Cutuli (1969)
Arte textil argentino hoy, de Rosa Faccaro (1986)
"Arte textil del '60 al 2000", de Ruth Corcuera, incluido en el volumen Historia general del arte en la Argentina (2015).
Revista Tramemos. Boletín del Centro Argentino de Arte Textil (más información aquí).
La Argentina textil, Fondo Nacional de las Artes (2018) (se puede ver y leer aquí).
El bordado como trazo. El taller de Marian Cvik, de Laura Haimovichi y Marian Cvik (2019).
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