Tania Bruguera, la performer que no pudo venir
Está retenida en Cuba; hoy se verá en Buenos Aires un registro en video
La Bienal de Performance, que termina hoy en Buenos Aires, iba a tener un cierre impactante con la presencia de Tania Bruguera, cubana radicada en Nueva York, Chicago o París, según le demande su carrera enfocada en el arte como instrumento de transformación ideológica. Pero Bruguera no puede salir de su país, a donde llegó en diciembre pasado para realizar una performance en la Plaza de la Revolución. Después de cuatro encarcelamientos, que desataron un fuerte respaldo internacional, Bruguera permanece aislada y con el pasaporte retenido. Pero no está sola. El equipo de la BP.15 mandó un representante que filmó un registro extenso de otra performance que Bruguera realizó en La Habana mientras espera su libertad; su proyección en el Centro de Arte Experimental Unsam (Sánchez de Bustamante 75), hoy, a las 17, dará cierre a estos 40 días de bienal.
El 30 de diciembre de 2014 comenzaron las persecuciones contra Bruguera, cuando se propuso hacer la performance El susurro de Tatlin #6: un micrófono y una invitación a disfrutar de "un minuto de discurso libre de censura", justo cuando se anunciaba el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Ya lo había hecho en 2009, en La Habana, en un ámbito cerrado (Centro Wifredo Lam). Pero esta vez, en la plaza, además de la clausura, Bruguera y los participantes fueron arrestados por incitar al desorden público. Pese a los teléfonos pinchados, Bruguera no se queda callada: "Es una situación bastante absurda, porque lo único que estoy tratando de hacer es de usar el derecho de libertad de expresión".
La idea que había pensado junto con la curadora Andrea Giunta para Buenos Aires era trabajar sobre acciones artísticas durante el Proceso. Pero ante la imposibilidad de viajar, se propuso leer y discutir el libro de Hannah Arendt Los orígenes del totalitarismo. El 20 de mayo pasado, a las 10 de la mañana, la artista se sentó en una vieja mecedora y micrófono en mano empezó una lectura ininterrumpida, durante 100 horas. La performance ocurrió en su casa de La Habana Vieja y sumó a los participantes que se turnaron para leer y a los inverosímiles embates oficiales, como una cuadrilla que se puso a taladrar el piso en la puerta de su casa durante la lectura, y silenció su voz que salía a la calle mediante parlantes. Al final del cuarto día, otra vez fue temporalmente detenida. Todo lo que ha vivido en estos cinco meses integra un work in progress, titulado "Yo también exijo", con fuerte apoyo en las redes sociales. "El gobierno cubano es autor de esta obra. El arte es un instrumento para cambiar la realidad, y tiene que ser parte de estos momentos de transición simbólica y reconfiguración social", explica.
En estos días se desarrolla en Cuba la Bienal de la Habana, que la excluyó de su calendario y le prohibió entrar a sus exhibiciones. "Fue muy doloroso que no me dejaran entrar en el Museo de Bellas Artes". Su situación ha dividido a los 300 artistas de 45 países que participan en la XII edición de la bienal. De todas formas, más de 2500 artistas e intelectuales del mundo le han dado su respaldo. En abril, en Nueva York, Dallas, Chicago, San Francisco, Roma y Rotterdam se reescenificó El susurro de Tatlin: los participantes tenían un minuto para expresar su apoyo a Bruguera y a quienes no gozan de la libre expresión. "Esa presión internacional ha hecho que ellos no puedan hacer conmigo lo que quieren", dice.
El 1° de mayo, Bruguera ganó el 21° Premio Anual de las Artes Herb Alpert, por su "compromiso con la resistencia a las presiones del mercado" y porque "ha reinventado el lenguaje del activismo dentro de la cultura contemporánea". Pero sigue sin poder ir a cobrar los 75.000 dólares del premio. Tampoco pudo participar en la Bienal de Venecia y las clases ya han empezado en la Escuela de Artes de París, donde es profesora. Mientras, sigue peleando: "Estoy batallando por hacer mi historia con mi propia voz y no dejar que ellos construyan una Tania que no existe". Para eso, nada mejor que el arte: "Es más fácil sentir algo que pensarlo o verbalizarlo. Y la performance habla a partir de la conducta humana, las acciones y los gestos, y eso es algo que todos comprenden", dice.
Espera conocer los resultados de su presentación virtual en Buenos Aires: "También tuvieron una dictadura y saben de autocensura y la presión. Todavía existen en el mundo contemporáneo, aun en países supuestamente libres". Mientras, la vida se hace difícil: "El Ministerio de Cultura lee mis correos. Me cuido mucho de con quién hablo porque sé que después van a ir atrás a molestarlos. Pierdo a veces la noción del tiempo. Es como si estuviera presa. No puedo planificar mi vida. Quieren ahogarme. Pero bueno, yo tomé la decisión de hacer una obra y siempre digo que el verdadero arte político crea consecuencias con las que se tiene que lidiar, personales o sociales. En este caso, estoy siendo responsable con las consecuencias de mi obra. Estoy satisfecha con eso".
Tania bruguera
Profesión: artista
Edad: 46 años
Origen: Cuba
Itinerario
Practica el arte de conducta, performance, instalación y video. Sus obras han sido expuestas en importantes museos. Participó en las ferias Documenta (Kassel), y en bienales internacionales en Liverpool y Venecia.