Suspenso, erotismo y drama en La Boca: abre un nuevo espacio para la fotografía
El coleccionista Jean-Louis Larivière inaugurará su fundación con una muestra que podrá visitarse desde el miércoles; su título evoca “El beso de la mujer araña”, la novela de Manuel Puig
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Lo primero que llama la atención es el cuchillo, hecho con el catre de una prisión. Al lado, los cinturones que usó un psicólogo para estrangular a un violador durante un interrogatorio policial, junto a la camisa ensangrentada de un periodista asesinado. Las fotografías tomadas por la artista peruana Milagros de la Torre, de su serie Los pasos perdidos (1996), anticipan la intensidad de la aventura. La que propone la Fundación Larivière en su nueva sede de La Boca, que abrirá al público el miércoles con una muestra que reúne todos los ingredientes de un atrapante guion: suspenso, erotismo, drama, drogas, romance, violencia.
La historia de América Latina, podría decirse, condensada en más de 200 imágenes seleccionadas por Alexis Fabry para exhibirlas en otros tantos metros cuadrados. Aunque no hay un relato cronológico ni texto curatorial que condicionen la interpretación del visitante, sí es posible percibir el clima y las emociones compartidas por gran parte de los habitantes de un mismo continente. La única pista la da el título de la exposición: Los sueños de la mujer araña, una referencia a la famosa novela de Manuel Puig centrada en la convivencia de dos presos -un guerrillero y un homosexual- en una celda.
“Eso es lo que narran estas fotos: las aventuras del cuerpo en ese País de las Maravillas Sangrientas que es América Latina –escribe Alan Pauls en el catálogo-. Perseguidos, golpeados, baleados, desnudos, posados, exhibidos, formados, adiestrados, esculpidos, son los cuerpos los que hablan en estas fotos: a media voz, entre líneas, para no levantar la perdiz ni alertar al que manda, o a voz en cuello, en la crispación de un grito capaz de matar tres pájaros de un tiro: furor, dolor, goce”.
Hay algunas sorpresas en este viaje, capaz de producir cualquier sentimiento menos indiferencia. Como el fusilamiento recreado por Antonio Berni en 1974, con recortes de diario intervenidos con pintura, o las escenas eróticas registradas por Facundo de Zuviría en la década siguiente. También las escenas cinematográficas de George Friedman, de mediados de los cincuenta, exhibidas muy cerca de otra que hoy también parece una ficción: El candidato (2004), de Nicolás Goldberg, muestra al expresidente Carlos Menem sentado a la mesa de Mirtha Legrand; mientras la conductora se maquilla rodeada de asistentes, él mira hacia el lado opuesto y escucha a un asesor.
Esos hallazgos se superponen con otros clásicos de la historia de fotografía argentina, como las imágenes de presas y de manifestaciones tomadas por Adriana Lestido –artista que la galería Rolf Art acaba de presentar en Paris Photo, en una selección curada por la actriz española Rossy de Palma-; las Bocanadas de Graciela Sacco –que intervinieron semanas atrás el Jardín de las Tullerías gracias la misma galería, en el marco de Paris+ par Art Basel-; la serie Cóctel (1996) de Alejandro Kuropatwa, que muestra las drogas que tomaba para combatir el HIV, o el autorretrato de espaldas de Oscar Bony, intervenido con disparos, de la serie El triunfo de la muerte (1998).
La vida es lo que gana en estos días en La Boca, pese a la inestabilidad económica y las internas políticas. Este proyecto demorado por la pandemia abrirá finalmente sus puertas en Caboto 564, meses después de que el Centro de Investigación Fotográfico Histórico Argentino (Cifha) inaugurara en el mismo barrio su sala de exposiciones 1101 Foto Espacio. El sábado próximo será el turno de la nueva sede de Ungallery: con una muestra de Jorge Miño estrenará un galpón reciclado de 350m2, ubicado sobre Ministro Brin 1335, que solía guardar accesorios navales.
“Taller mecánico de camiones” se lee todavía sobre una de las paredes linderas al flamante edificio de Larivière diseñado por el estudio de Rodolfo Machado y Jorge Silvetti, argentinos radicados en Estados Unidos. Justo al lado se está remodelando un espacio similar de techos altos, que sumará desde el año próximo otros 430 m2 a la fundación.
“El propósito de este espacio es que sea más dinámico para muestras más cortas de artistas más jóvenes y emergentes, acciones con presentaciones de libros, talleres, encuentros que permitan darle vida a todo el conjunto –anticipó a LA NACION su directora, Clarisa Rueda-. Caboto 564 va a tener muestras más formales y convencionales, con condiciones más controladas; Caboto 574 permite algo más efímero y con más diversidad. También contará con un laboratorio de revelado, para que los artistas puedan usar”.
Por ahora es posible acceder a parte de las más de 3000 fotografías de artistas latinoamericanos adquiridas por Jean-Louis Larivière, coleccionista nacido en Buenos Aires y educado en París. Este valioso acervo que abarca piezas vintage desde fines del siglo XIX hasta fotografías contemporáneas se guardará en una cámara que regula las condiciones de temperatura y humedad, a la que solo se podrá entrar con un código. También estarán disponibles en la fundación los libros de la editorial fundada por él hace dos décadas junto a Dudu von Thielmann, que lleva unos 180 títulos publicados, y a otros cuatrocientos de editoriales y artistas latinoamericanos. Un gran comienzo.
Para agendar
Los sueños de la mujer araña, muestra curada por Alexis Fabry en Fundación Larivière (Caboto 564). Desde el 16 de noviembre hasta el 15 de marzo, de jueves a domingo de 12 a 19. Entrada: $300.
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