Surrealismo y psicoanálisis, dos pasiones argentinas en un congreso abierto del Malba
Hoy y mañana, con la participación de artistas, performers, críticos e investigadores, se verá esta interesante relación en el arte americano
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Comienza esta tarde “Estados de ánimo del surrealismo”, organizado por el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), que se extenderá hasta mañana, con actividades gratuitas transmitidas por Zoom con inscripción previa y por el canal de YouTube del museo porteño. El encuentro toma prestado su título de una conferencia de Jacques Derrida (luego publicada como libro), Estados de ánimo del psicoanálisis, brindada durante el crucial cambio de milenio por el autor de Glas. “No evitaremos pues la pregunta: ¿cuál es hoy la crisis del psicoanálisis mundial? o incluso, o más bien, ¿cuál es la crisis de la globalización para el psicoanálisis? ¿Cuál es su crisis específica?”, se preguntaba el filósofo francés. A fin de reformular los interrogantes, se podría reemplazar la palabra “psicoanálisis” por “arte”. En esta ocasión, el socio del psicoanálisis es uno de los movimientos artísticos más destacados del siglo pasado, el surrealismo o, como postulan los organizadores del congreso, los surrealismos en la Argentina y en otras regiones.
El pretexto -o el motivo- del encuentro es la exhibición Terapia, que se puede ver en el Malba hasta mediados de agosto, y que permite trascender el campo de las artes visuales hacia la literatura, la historia, el cine y la disciplina creada por el (para algunos) primer surrealista: Sigmund Freud. Durante dos días habrá intervenciones académicas, propuestas de artistas, ensayos, proyecciones y debates con el público sobre esta corriente artística que conjuga el proceso creativo con las teorizaciones del padre del psicoanálisis. La coordinación del encuentro quedó a cargo de los curadores e investigadores Santiago Villanueva y Verónica Rossi. Junto con Gabriela Rangel, directora artística saliente del Malba, ambos trabajaron en la “puesta en acto” de Terapia y los tres abrirán las jornadas hoy, a las 15.
“La relación entre surrealismo y psicoanánalisis en la Argentina tiene otro tipo de temporalidad que la que tuvo en Europa -dice Villanueva a LA NACION-. Hay cierto desfasaje temporal y una influencia más directa del psicoanálisis, en especial de los textos de Freud en los primeros surrealistas. Acá hay una relación de simultaneidad, una influencia que va estar presente desde los inicios, sobre todo con la interacción de la figura de Enrique Pichon-Rivière con Juan Batlle Planas, que dio conferencias sobre artes visuales y Freud muy tempranamente en la Argentina. Pichon-Rivière trabajó con los Cantos de Maldoror, del conde de Lautréamont, que influenciaron directamente a los surrealistas”.
Esos núcleos se van a abordar en el encuentro, no solo en referencia a los artistas de la muestra sino también a otros como Antonio Berni y Tomás Maldonado. “Una de las ideas fundamentales del congreso es trasladar el surrealismo a la actualidad y repensar esta vanguardia en el presente, no de forma comparativa sino ver qué apropiaciones del imaginario se dan hoy”.
Para Rossi, en la Argentina más que en otros países de la región el surrealismo tuvo estrecha relación con el psicoanálisis desde sus orígenes. “Si bien André Breton había coqueteado con el psicoanálisis en un principio, después se enfrentó con las ideas freudianas -señala la curadora-. Acá la relación fue más estrecha. Por ejemplo, en la revista Nervio, en 1933, Pichon-Rivière escribió una columna sobre psicoanálisis con un grabado de Pompeyo Audivert sobre Freud. Y no nos olvidemos de Mauricio Neuman, que fue el gran coleccionista de los surrealistas en la Argentina”.
La actividad tendrá dos sesiones, que se inician con la presentación de dos escenas del surrealismo -en Chile y en el Caribe, a cargo de Soledad Novoa Donoso y María Clara Bernal, respectivamente- para luego continuar con las mesas de debate donde se abordará el surrealismo en sus inicios, los vínculos con la literatura y la posibilidad de vincularlo con el arte contemporáneo. Ambos días se presentarán artistas con propuestas en video, como el grupo Tótem Tabú (integrado por Laura Códega, Hernán Soriano y Malena Pizani), el performer post-apocalíptico Orkgotik, Mónica Heller y El Pelele. Al final de cada jornada, Malba Cine proyectará dos cortos -uno de Raúl Rosales (hermano de Alejandro Doria) y otro de David Kohon- que conectan psicoanálisis con surrealismo hacia comienzos de la década de 1950, cuando esta corriente artística hacía sentir sus efectos paradójicos en América del Sur.
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