Surrealismo en la ruta 3: una roca azul levita en la meseta patagónica
La gigantografía de una pintura de Cynthia Cohen, instalada a la vera del camino, en Chubut, renueva la galería a cielo abierto que se instaló en esa vía del sur, donde antes había publicidad; estará allí hasta el final de la temporada de verano 2024
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Sigue bien activa la galería a cielo abierto en la ruta nacional 3, entre Trelew y Puerto Madryn. Hasta el final de la temporada de verano, en 2024, los viajeros que pasen a la altura del Bajo Simpson, en Chubut, podrán ver una gran reproducción de Azurita, obra de la artista Cynthia Cohen (Buenos Aires, 1969) en la que una roca azul levita sobre una cereza con crema, en la punta de una lengua, con un sinuoso paisaje despoblado detrás. La pintura forma parte de la serie Revelaciones, que se expuso en la galería MC, de María Calcaterra, hasta finales de septiembre.
“La iniciativa de Ruta Site Specific va tomando forma -dice Cristina Querol, del Espacio de Arte Distrito 1-. El arte conquistó el territorio y a la gente; hace dos años que hay una obra en un espacio que era exclusivamente para publicidad”. Para la instalación, la galerista esta vez contó con el apoyo del empresario trelewense Celso Pontet. “Esta obra en particular llama al placer, te incita a romper estructuras”, agrega. Forman parte del proyecto Vía Pública Patagónica, a cargo de Ezequiel Fernández, y Oveja Estudio.
“Encontrarse con un cartel sin ningún sentido en el medio de una ruta, tener un encuentro con una obra que tampoco pretende tener un sentido, tiene algo de gracioso y de poético -dice Cohen en diálogo con LA NACION-. Ese sinsentido lo relaciono con el absurdo del surrealismo, que fue el motivo de mi última muestra. El encuentro ridículo de cuestiones en una tela se parece al encuentro en la ruta con un cartel que termina sacando una sonrisa. Dentro de la oscuridad que hay en el país y en el mundo, con el brote antisemita internacional, sin ningún tipo de tapujo, y el regodeo sobre lo que fue el momento más siniestro de nuestra historia, con una liviandad que ofende y asusta, tener estos encuentros da un poco de esperanza. El arte es un refugio”.
“Cada cuadro es una indagación sobre percepciones que le permiten proyectar hacia afuera dinámicas internas -escribió la curadora Laura Batkis sobre las ‘revelaciones’ cohenianas-. Un proceso creativo que se emparenta con el ‘modelo interior’ de Batlle Planas y las asociaciones libres del automatismo, pero con una resolución pictórica muy diferente. Es un viraje del pop del consumo hacia un pop metafísico, con rasgos del camp y el surrealismo por el uso de la extravagancia, el humor y el absurdo”. En Azurita, una lengua lame una cereza con crema que parece sostener una enorme piedra azulada.
La lona soporta los climas extremos de la Patagonia, con vientos de hasta 120 kilómetros por hora. “También la estructura -agrega Querol-. Casi no se alteran los pigmentos, es increíble”. Para el próximo montaje, está previsto exponer una fotografía de Gonzalo Oxenford en Paso de Indios.
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