Sube y baja el martillo: comienza la subasta a beneficio del Museo Sívori
El remate anual es una gran ocasión para aficionados al arte de todos los bolsillos así también como para los que quieran iniciar una modesta colección
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Buena oportunidad para iniciar o enriquecer una colección personal o institucional: este jueves comienza la subasta anual de obras de arte a beneficio del Museo Sívori -uno de los más hermosos de la ciudad de Buenos Aires- que se extenderá hasta el 29 de este mes. Organizada por la Asociación Amigos del Museo Sívori (AAMS), la 22ª edición del remate es gratuita y online. Salen a la venta más de cien piezas de artistas clásicos y contemporáneos como Carmelo Arden Quin, Líbero Badíi, Juan Batlle Planas, Domingo Candia, Marta Minujín, Santiago Cogorno, Blas Castagna, Hernán Dompé, Eugenio Cuttica, Raúl Mazzoni, Mariana Villafañe, Juan Astica, Gustavo López Armentía, el recientemente fallecido Luis Wells, Cristian Mac Entyre, Guillermo Roux, Rogelio Polesello, Eduardo Stupía, Liliana Golubinsky, Tulio De Sagastizábal y Martín Di Girolamo, entre muchos otros.
Al ser virtual, se puede participar desde cualquier lugar del país y del mundo solo con hacer clic en este enlace, donde se exhibe el catálogo completo. Comienza esta medianoche y es posible hacer ofertas online hasta el 29 de junio a las 20, cuando el martillo de subasta empezará a subir y bajar en el cierre de los lotes por orden de catálogo. En la plataforma del Remate en el Sívori los interesados encontrarán información de las obras y la biografía de los artistas, y además, el certificado de autenticidad con que se presenta cada una de las piezas.
En el otoño de 2022, el remate fue exitoso, según cuenta a LA NACION Telma Satz, curadora y organizadora de la subasta. “No solo por su venta sino por el importante destino de una cantidad importante de las obras vendidas -dice-. El Jockey Club, una entidad centenaria, participó el año pasado con un doble gesto: por un lado, incrementar su acervo de obras de arte y, por otro, acompañar la tarea de la Asociación de Amigos del Museo Sívori. Es sumamente importante cuando se da esta sinergia entre instituciones sin fines de lucro que apuestan por el arte argentino. Doce piezas se sumaron a su colección: es de destacar la compra de la obra de Benito Quinquela Martín que realizó, todavía con su apellido Chinchella, su segunda exposición en el Jockey. Cuenta la historia que en la inauguración reunió a sus amigos del puerto con los señores de la alta sociedad. Todos compartieron el evento acompañados por una orquesta con piano y violín que interpretó obras de Schubert, Schumann, Beethoven y Juan de Dios Filiberto”.
“El remate se ha transformado en un clásico porque a lo largo de los años ha conservado un alto nivel de excelencia, tanto por los artistas convocados como por las obras seleccionadas -destaca Satz-. Siempre se ha buscado un amplio criterio de heterogeneidad: diferentes disciplinas artísticas, corrientes estéticas, artistas clásicos y contemporáneos, emergentes; en relación con lo económico siempre ha habido obras para distintas posibilidades de compra. A lo largo del tiempo hemos visto nacer muchos coleccionistas en nuestros remates”.
En 2023, el arco de precios de base es muy amplio. “Desde un conjunto de exquisitas pinturas en pequeño formato de Santiago Raffo, cuya base es de setenta dólares cada una, hasta la paradigmática obra madí de Carmelo Arden Quin, un acrílico sobre PVC espumado de 70 x 50,5 cm realizado en París en 2008, con una base de trece mil dólares”.
La presidenta de la AAMS, Irma Muslera, indica que la subasta nació con la idea de recaudar fondos “para apoyar la labor del Museo Sívori de una forma profundamente ligada al contenido específico de promoción del arte argentino; una propuesta convocante para coleccionistas que desean colaborar con este museo tan importante de la ciudad de Buenos Aires y el país”. Entre otros objetivos, los fondos recaudados servirán para asistir a la dirección del Sívori en vista de la producción de muestras, colaborar con la edición de libros, la creación de cursos y actividades para la comunidad, la donación y restauración de obras y la actualización de los medios digitales.
Este año, una de las “perlitas” de la subasta es Adiós Nonino, de Guillermo Roux. “Es una pequeña joya de esta colección -dice Satz-. Quedan muy pocas obras en este formato y estilo. Retoma el tipo de imagen fragmentada de los años 70 y usa como técnica el plumín, que para el artista tenía una carga afectiva muy grande, ya que era el medio con el cual su padre dibujaba las tiras de historieta. De él recibió el ejemplo de la disciplina en el trabajo y la búsqueda de la perfección”. La obra nunca se presentó en exposiciones y fue muy apreciada por el artista y su familia.
La obra más cara de la subasta es el acrílico sobre PVC de Arden Quin, que cuesta trece mil dólares. También se incluyen El muelle, de Domingo Candia, El asalto (1947), un trabajo en lápiz y cera de Raquel Forner, y piezas de María Luz Seghezzo, Lorena Faccio, Mariano Prestach, Blas Vidal, Remo Bianchedi, Mónica Caputo, Patrick Gläscher, César Sondereguer, Taty Rybak y Rosemarie Gerdes, entre otros. A romper el chanchito.