"Somos la voz y la cara de Elena Ferrante": dos argentinas detrás del misterioso fenómeno en español
MADRID.– Aunque suene una paradoja, hay ocasiones en las que María Fasce tiene la certeza de estar frente a clásicos aún no publicados. La vida mentirosa de los adultos (Lumen), la última novela de Elena Ferrante, un thriller emocional ambientado en el universo napolitano que esta enigmática autora tan bien cincela, ingresa dentro de esta rara avis de tesoros. Fasce, argentina, radicada en España, es una de las editoras más importantes de Hispanoamérica. La directora literaria de Lumen es la responsable detrás de sucesos como el de Joël Dicker, Lucia Berlin y John Banville... y el de Ferrante. La vida mentirosa de los adultos es a diez días de su lanzamiento la ficción más vendida en la Argentina y ya cuenta con una segunda edición.
Ferrante, seudónimo de un autora o autor cuya identidad es un misterio, es el alma que creó la tetralogía Dos amigas, adaptada a la TV por HBO, destino que también le depara a la flamante La vida mentirosa de los adultos a través de Netflix: el gigante del streaming ya adquirió los derechos para llevarla a la pantalla. Amable, sofisticada, adictiva, dueña de una aparente simplicidad. Todas estas virtudes definen esta reciente ficción sobre la pérdida de la inocencia, traducida al castellano por otra argentina, Celia Filipetto, quien sorteó las dificultades dialectales del napolitano. "Nosotros somos la voz y nosotros somos la cara. Que Ferrante no apareciera [públicamente] nos ha hecho pasar al frente a todos sus traductores", consideró Filipetto ayer en Fundación Telefónica donde se realizó la presentación de la novela en España, acompañada por la actriz Aitana Sánchez-Gijón, la voz del audiolibro, y por editora.
"Ferrante toma elementos que uno asocia a la literaria femenina: el amor, las relaciones de pareja, pero lo aborda como lo anticursi, el anticliché. Hay un despertar al sexo muy antiromántico", opinaba ayer Fasce, quien además brindó a LA NACION su apasionada lectura de esta novela a la que deja abierta una puerta para una posible próxima entrega: "No nos puede dejar así".
–¿Cómo define la narrativa de Ferrante?
–Es única en la literatura contemporánea: es clásica y al mismo tiempo moderna. Se lee como un libro de Flaubert y al mismo tiempo con la adicción que provoca Stieg Larsson. Es romántica y al mismo tiempo brutal (basta con leer las escenas de sexo de La vida mentirosa de los adultos: muchos lectores se asombraron y me dijeron que para ellos era la prueba de que Ferrante era un hombre y no una mujer). Y desde luego, están sus grandes personajes, que se te quedan grabados en el alma y te son más cercanos y conocidos, te preocupas más por ellos que por mucha gente que te rodea.
–¿Por qué piensa que genera semejante adicción la narrativa de la autora?
–Porque construye sus novelas como un sofisticado arquitecto: como Hitchcock, de modo tal que sus novelas son thrillers emocionales. Leemos sin parar, incluso no reparamos a veces en las geniales observaciones y descripciones, porque queremos saber "qué pasará". En esta novela en particular tiene un recurso extraordinario: toda la intriga amorosa y de suspenso se anuda en torno a una pulsera que ha pasado y pasa de mano en mano: es exactamente el famoso "MacGuffin", de Hitchcock: una pequeña historia de suspense metida dentro de la trama. Hasta la última página.
–La violencia signa, con distintas máscaras y manifestaciones, la vida cotidiana de sus personajes y de sus escenarios. ¿Qué rol considera que tienen en el universo de Ferrante los escritores, o los profesores de letras? Quizá sea escribir (o leer) un modo de cicatrizar las heridas, de entender…
–La violencia es un tema omnipresente en Ferrante, acá, bajo la forma de la mentira. Por un lado, para la propia Ferrante y para sus personajes que escriben, la literatura nunca es catarsis, es un modo de análisis, de estudio de una realidad abrumadora y compleja. Pero sus personajes desvelan el falso brillo de los falsos intelectuales, la distancia entre sus "ideas elevadas" y sus bajezas, su enorme narcisismo, su capacidad de enamorar y seducir pero luego defraudar. Ferrante declaró que el personaje que le resulta más simpático, con la que más se identifica en esta novela, es la tía Vittoria: una mujer de clase baja, que limpia en casas, y es inteligente, brutal y apasionada. Una de las maravillas de este libro. Ya es la tía de muchos lectores.
–Hay una tesis quizá que signa toda la obra de Ferrante y que podría también resumirse con el título de su última novela: la capacidad de dañar que tienen los adultos (verbal, física y psíquicamente), con sus múltiples acciones, a los niños. ¿Es posible que los adultos digan alguna vez la verdad?
–El círculo vicioso lo pueden romper, sobre todo, los niños que se hacen adultos. Ferrante ha contado en una entrevista que de niña era mentirosa, y que a los catorce años decidió no mentir más. Pero que descubrió que mientras sus mentiras infantiles eran juegos de la imaginación, los adultos se mentían a sí mismos y a los demás con naturalidad. De algún modo, crecer, a cualquier edad, debería ser dejar de mentir. Es lo que afrontan todos los personajes de este libro.
–¿En algún momento se conocerá la identidad de Ferrante? No sé si eso se estipula en el contrato de confidencialidad.
–No creo que se conozca su identidad. Es una regla que ella ha establecido con principios muy sólidos: quiere que nos centremos en sus historias y en sus libros. (Y ésa es la maravilla de la "experiencia Ferrante", como diría Saviano). Lo curioso es que solo nos intriga su identidad porque sus libros son tan extraordinarios. Jonathan Franzen lo dice muy bien: "No me importa quién es Elena Ferrante… Bueno, casi no me importa".
–¿Es más sencillo o, por el contrario, más complejo, lanzar una novela después de una saga tan exitosa como las Dos amigas? ¿Puede a veces el éxito de un libro opacar otros libros de un mismo autor?
–Como todos los grandes autores, Ferrante se supera a sí misma en cada libro. Y los lectores saben que nunca defraudará. Hay novelas de Ferrante para todos los gustos. Para muchos, entre los que quizá me cuento, las preferidas son sus primeras novelas: El amor molesto, Los días del abandono y La hija oscura. De todos modos, esta gustará a los fans de la saga Dos amigas, de La amiga estupenda, y de sus primeras novelas.
–¿Conociste a Ferrante en persona? ¿Tratás con Ferrante o con la editora en italiano de Ferrante?
–No he conocido a Ferrante más que por sus declaraciones, como todos los lectores y editores del mundo, con excepción de su editora, Sandra Ferri. A quien sí conozco muy bien personalmente.
–¿Vas dialogando con la autora mientras escribe una novela (quizá capítulo o capítulo) o bien entrega un material acabado y sobre él se regresa?
–No. Ferrante se toma dos años de silencio para gestar una nueva novela, que espero con fervor. Y cuando llega (su editora me envía el manuscrito en italiano) es una de las experiencias más fascinantes de mi vida de editora: leer un clásico que aún no ha sido publicado, un clásico que pasará a la historia de la literatura y que aún no conocen los lectores. Eso es una nueva novela de Elena Ferrante.