Soluciones
El sábado, sin mayor cobertura mediática, la Agencia Espacial Europea lanzó la nave Euclides, cuyo telescopio está diseñado para intentar rastrear, entender o de alguna otra manera empezar a desentrañar dos entidades que la ciencia asegura que existen, pero que no se pueden medir y no interactúan con lo que llamamos realidad. Es decir, la materia oscura y la energía oscura. (Sí, podrían haber elegido nombres menos aptos para teorías conspirativas, pero ese es otro tema).
Junto con el telescopio James Webb de la NASA, están dando el siguiente paso en la comprensión del inconmensurable misterio que nos rodea, el Universo. Estos son problemas complejos. No se resuelven con sentido común. Ahora, para lo que concierne a la cosa pública, tenemos arraigado un hábito incorregible. Frente a varias soluciones, en lugar de elegir la más simple, económica, eficiente y segura, elegimos la peor. Es el caso de la boleta tradicional, a la que en algunos casos, para convertir los comicios en un ejercicio de hermenéutica, se le suma la ley de Lemas. Solo unas pocas provincias usan la boleta única de papel. Es simple, equitativa, eficiente y segura. Y, sin embargo, casi no la adoptamos. Para colmo, ni con docenas de boletas y ley de Lemas logran triunfar. Que alguien me lo explique.
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