Solo/sólo: la batalla por la tilde llega a una tregua, una semana después del estallido
La ortografía está en el centro de la opinión pública: aunque en la RAE se hayan calmado las aguas es muy probable que el tema no esté agotado y se convierta en el favorito del próximo Congreso Internacional de la Lengua que se celebrará en Cádiz en dos semanas
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MADRID.– Hubo momentos candentes en la discusión y algunos se marcharon “cabreados”, tal fue la expresión que utilizó un académico consultado por LA NACION sobre el pleno del 2 de marzo que se realizó en la Real Academia Española. El debate en cuestión: tildes, adverbios, adjetivos y una palabra como protagonista: solo. Este clima y las reacciones generaron algo insólito hacia la sesión que se celebró hoy: nunca antes había habido tanta expectativa en los medios y en la sociedad sobre el tradicional encuentro de los jueves por la tarde que se realiza en la madrileña calle Felipe IV.
Hay mucha confusión en torno a lo sucedido y acordado en la prestigiosa institución, a los alcances y conclusiones de los recientes anuncios, en particular porque ambas posiciones, dueñas de un exquisito poder retórico, se adjudican la victoria o explican lo ocurrido restándole importancia. ¿Qué se aprobó realmente en el pleno del pasado 2 de marzo? La buena noticia es que volvió la calma y el director de la institución destacó la cortesía en la que transcurrió el encuentro.
“Lo esencial es que no hubo ningún cambio. Y además no podría haberlo. La Academia no puede cambiar por su cuenta y riego nada sin el consenso de ASALE [la asociación integrada por las 23 Academias de los países hispanoparlantes”, explica un académico. “Limpia, fija y da esplendor”. Este es el emblema de la RAE y se refiere a la triple función que lleva a cabo con la lengua.
En esta tarea se encontraban los académicos la semana pasada cuando resurgió una antigua polémica que tiene dos posiciones antagónicas. De un lado, los escritores, con Arturo Pérez-Reverte a la cabeza, y Mario Vargas Llosa en concordancia -también lo estaba Javier Marías cuando vivía-. Del otro lado se encuentran los denominados anti-tildistas, como Salvador Gutiérrez, un académico de perfil bajo con respecto a los primeros, pero una pieza fundamental para la lexicografía española; un catedrático que ama la docencia y es adorado por sus alumnos. ¿Cuándo debe llevar tilde la palabra solo? También se discutía el caso de los pronombres demostrativos este, esta, ese, esa, aquel, aquella y sus plurales, pero el problema surgió con solo.
El 2 de marzo se acordó expresar de forma más diáfana una doctrina incluida en la Ortografía, pero no se modificó la norma. La RAE se expresó en su cuenta de Twitter, al día siguiente: “Se mantiene la obligatoriedad de no tildar el adverbio «solo» y los pronombres demostrativos cuando no exista riesgo de ambigüedad. Se mantiene la opción de tildar o no estas palabras cuando haya riesgo de ambigüedad. Al introducir «a juicio del que escribe», no se añade nada nuevo. Es siempre el que escribe quien valora si existe o no ambigüedad”.
Si desean realizar consultas lingüísticas, recuerden que deben incluir, además de la mención a @RAEinforma, la etiqueta #dudaRAE. De este modo podrán obtener respuesta a sus dudas. pic.twitter.com/N31rvRP5I4
— RAE (@RAEinforma) March 3, 2023
Pérez-Reverte rechazó esta explicación en la misma red social y, en lugar de apagar el fuego, lo encendió más: “¿”No se añade nada nuevo”? ¿”Lo tendrá que justificar”? Lamento decir que @RAEinforma, dirigida por un académico anti-tildista, está dando información sesgada e inexacta. Ayer, el pleno de la RAE aprobó una modificación importante. El pleno del próximo jueves será tormentoso”, escribió.
¿"No se añade nada nuevo"?¿"Lo tendrá que justificar"? Lamento decir que @RAEinforma, dirigida por un académico anti-tildista, está dando información sesgada e inexacta. Ayer, el pleno de la RAE aprobó una modificación importante. El pleno del próximo jueves será tormentoso. pic.twitter.com/5DYLCaQn9u
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) March 3, 2023
Hoy, después del pleno, el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, declaró que la sesión había transcurrido en un clima cortés y se hizo eco del tuit de Pérez-Reverte: “El anuncio de un pleno duro y tormentoso no ha dado más de sí, vengo sin ningún apósito. Hemos llegado a una solución pacífica del agrado de todos”. Casi a la medianoche del jueves, Pérez-Reverte volvió a aparece en las redes sociales sin críticas a la RAE y con una frase en condicional que pareciera ser la condición por la cual las aguas se calmaron: “Si el pleno la RAE, como hizo ayer, confirma que “sólo” puede escribirse con tilde “a juicio de quien escribe” si se considera que hay riesgo de ambigüedad, eso significa que la tilde en “sólo” cuando se refiere a “solamente” no puede considerarse falta de ortografía”.
Si el pleno la RAE, como hizo ayer, confirma que "sólo" puede escribirse con tilde "a juicio de quien escribe" si se considera que hay riesgo de ambigüedad, eso significa que la tilde en "sólo" cuando se refiere a "solamente" no puede considerarse falta de ortografía.
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) March 9, 2023
Si nada cambió el 2 de marzo, si solo se aclaró aquello donde había dudas o sombras, ¿por qué tanta trascendencia? Los nombres de quienes participan en este debate es una de las claves, pero también ha cobrado relevancia porque la lengua es un tesoro compartido por 600 millones de hablantes y en un momento donde se discuten otros cambios (fundamentalmente gramaticales, en un contexto de debate sobre el lenguaje inclusivo). Algunos académicos hubiesen preferido que esta discusión se dirimiese en privado y otros, ubicados en una zona intermedia, no afines a ninguna posición, consideran que los escritores, virtuosos, célebres, prestigiosos o populares no tienen necesariamente un conocimiento profundo en la historia de la lengua o de la ortografía.
Solo es una voz que se utiliza como adverbio (“Mi dieta solo incluye proteínas”, es decir, solamente) o como adjetivo (“Comió solo, sentado en la barra del bar”, es decir, en soledad). “Lo vi solo saliendo del banco”: en este caso aparece la necesidad de la denominada tilde diacrítica, el acento gráfico que permite distinguir palabras con idéntica forma, pero de categorías gramaticales diferentes. Para comprender esta historia es fundamental el rastreo que hace Pedro Álvarez de Miranda, miembro de la RAE, y director de la 23° edición del Diccionario de la lengua española, a través de su artículo “La tilde en los demostrativo y en solo” (publicado en Rinconete, del Instituto Cervantes) y de Más que palabras (Galaxia Gutenberg). En 1959 la RAE publica “Nuevas normas de prosodia y ortografía de la Real Academia Española. Declaradas de aplicación preceptiva desde 1.º de enero de 1959″. Allí se establecía que “la palabra solo, en función adverbial, podrá llevar acento ortográfico si con ello se ha de evitar una anfibología [es decir, un sentido equívoco que presenta una palabra o una expresión en un determinado contexto]”.
Capítulo dos: en 1999, en la nueva edición Ortografía de la lengua española precisa: “Cuando quien escribe perciba riesgo de ambigüedad [en la palabra solo] llevará acento ortográfico en su uso adverbial”.
Capítulo tres: en la Ortografía de 2010, se establece: “A partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de doble interpretación”. De un lado se enfrentaron por primera vez aquellos que exigían más rigidez y, del otro, se ubicaron quienes piden la eliminación total de la tilde diacrítica. “Se podrá prescindir” no es sinónimo de “se debe prescindir”, es decir, la primera es una posibilidad, la segunda, una exigencia. Incluso los eruditos de la lengua, se pierden a veces en sus laberintos, porque nunca dejó de existir la posibilidad de hacer uso de la tilde diacrítica. En el imaginario y en muchas escuelas se dio por ley aquello que siempre fue una sugerencia. Algunos escritores, como Pérez-Reverte, e hispanoparlantes anónimos continuaron utilizando la tilde en el adverbio solo, más allá de que en su contexto no pudieran surgir ambigüedades.
Capítulo cuatro. 2 de marzo: Se está trabajando en una nueva edición del Diccionario panhispánico de dudas (DPD), que ha quedado, en cierto modo desfasado, porque su última edición es de 2005, es decir, es previo a la última edición del Diccionario de la lengua española (la versión 23.6 fue presentada en diciembre de 2022) y de la Ortografía de 2010. Fue precisamente en el pleno de académicos, el pasado jueves, cuando se discutían las modificaciones que el nuevo DPD debería incluir cuando la polémica volvió a desatarse. ¿Qué decía el artículo sobre el uso de la tilde en “solo” en el DPD hasta el pasado 2 de marzo? “(…) cuando esta palabra pueda interpretarse en un mismo enunciado como adverbio o como adjetivo, se utilizará obligatoriamente la tilde en el uso adverbial para evitar ambigüedades”. Los medios de comunicación han titulado mal, muchos lectores se han enojado, y no se ha explicado correctamente la aclaración de la RAE. Nuevamente: existe la opción de tildar o no estas palabras cuando haya riesgo de ambigüedad y en ningún momento se alude al regreso de la tilde en el adverbio sólo. Sobre estos conceptos volvió Muñoz Machado a referirse tras el pleno celebrado hoy.
La ortografía está en el centro de la opinión pública y aunque se hayan calmado las aguas al menos en la RAE es muy probable que el tema no esté agotado aún y que se convierta en el favorito del próximo Congreso Internacional de la Lengua que se celebrará en Cádiz en dos semanas.
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