Soberanía y subjetividad
Carlo Galli propone una historia de la democracia en Europa que es, también, una reflexión sobre sus posibilidades
Había una vez un continente que daba lecciones de democracia porque la había inventado dos milenios y medio atrás y consolidado en (casi) todos sus países en las décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. Parece ahora un hecho remoto, pero hace apenas un lustro Europa comenzó a sentir que la democracia se le deshacía entre las manos. Desintegrada por la dictadura absoluta del capital financiero, la democracia sufrió en su madre patria, Grecia, antes y mucho más que en cualquier otra parte: un partido fascista crecía en las elecciones, un primer ministro fue eyectado cuando se le ocurrió someter a referéndum los ajustes impuestos desde el extranjero. Pero la desorientación, acelerada por la crisis económica, pronto se volvió continental.
Intelectuales europeos se alarmaron por el rápido ocaso de la democracia tal como la concebían. Jürgen Habermas, el más célebre filósofo alemán vivo, llegó a escribir que la Unión Europea era en realidad una oligarquía. Esta palabra, puesta en circulación por Aristóteles, también capta el ánimo dominante en las calles. La descripción corriente del vínculo entre un conjunto denominado "la gente" y otro titulado "sistema político" consiste en una serie de variaciones sobre el prefijo "des": desafiliación, desconfianza, deslegitimación.
El malestar de la democracia , de Carlo Galli se suma a otros intentos de reflexión que se multiplican en Europa, pero sin la carga de denuncia que caracteriza a la mayoría de ellos. Según el autor, la definición de democracia es su propia historia, y por ello brinda un compacto panorama que comienza en Atenas y culmina en las tormentas políticas del presente. Su relato se atiene menos a los hechos que a las ideas que los animaron.
La historia del pensamiento político moderno es paralela a una progresiva democratización, porque el Estado moderno no nace democrático y sus presupuestos no son ya los que sostuvieron los antiguos. Para los modernos, en la idea de democracia se entrecruzan las de pueblo y persona, soberanía y subjetividad. Estas nociones, con el tiempo, van alterando su contenido; también fueron en aumento las tensiones entre ellas, en particular desde la irrupción de las masas en el escenario electoral.
Como afirma Galli: "La contradicción fundamental de la democracia es la ausencia de pueblo, es decir, la pretensión de hacer coexistir democracia y pueblo, por una parte, con Estado y representación, por la otra". Estos conflictos teóricos tienen enormes efectos prácticos. El subjetivismo deriva en una especie de supermercado de derechos personales o comunitarios (en oposición al universalismo original del sistema); la crisis de representación atiza el populismo (término de usos inestables, entre panegíricos y apologéticos).
La globalización contribuyó a agravar este cuadro, puesto que desestructuró de tal manera formas y conceptos que la coordinación entre Estado, partidos y mercado quedó desbaratada. El capitalismo, que para Galli fue la precondición histórica de la democracia moderna, se halla hoy fuera de control y amenaza el propio sistema. La democracia de partidos dejó paso a la de opinión, algo que se verifica de forma drámatica en la Italia de estos días. ¿Es la democracia una "religión del pasado", como sugiere Galli? ¿Estamos ante la crisis final de la democracia?
Sólido en sus recapitulaciones y diagnósticos, la propuesta final de este libro resulta peculiarmente raquítica: un regreso a la buena vida de los antiguos, a los ideales del humanismo renacentista. Entre las ruinas de la política moderna, lo único claro es que la democracia significa igualdad y no opresión. Ésos son los puntos básicos para cualquier reconstrucción.
Un bestseller holandésCon el título literal de The Dinner, apareció hace pocas semanas en inglés la novela del holandés Herman Koch, disponible ya en castellano como La cena. Antes de cualquier juicio, la crítica del New York Times menciona el éxito en Europa de esta narración febril sobre padres, hijos y hermanos en el mundo contemporáneo. El dato curioso es que Koch es el primer holandés que figura en la lista de los más vendidos en Estados Unidos.
El malestar de la democracia
Carlo Galli
FCE
Trad.: María Julia De Ruschi
94 páginas
$ 67
El extranjero
Un bestseller holandés
Con el título literal de The Dinner, apareció hace pocas semanas en inglés la novela del holandés Herman Koch, disponible ya en castellano como La cena. Antes de cualquier juicio, la crítica del New York Times menciona el éxito en Europa de esta narración febril sobre padres, hijos y hermanos en el mundo contemporáneo. El dato curioso es que Koch es el primer holandés que figura ?en la lista de los más vendidos en Estados Unidos.