Sin carnet de socio, la “terracita” de Eterna Cadencia abre su club social y literario de verano
Emmanuel Taub, Gonzalo Heredia e Hinde Pomeraniec conversarán con los asistentes sobre sus libros recientes, procesos de escritura y proyectos; el ciclo continuará toda la temporada, pandemia mediante
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Se multiplican las propuestas culturales veraniegas en la ciudad de Buenos Aires. Un filósofo e investigador dedicado al pensamiento judío, un actor y escritor, y una editora, académica y periodista forman parte de edición 2022 del ciclo #EternaSocialClub, ideado por Fundación Filba y que se desarrolla a partir de hoy en la librería palermitana Eterna Cadencia (Honduras 5574). Los restantes jueves de enero, cuando caiga la tarde tropical en la ciudad de Buenos Aires, Emmanuel Taub, Gonzalo Heredia e Hinde Pomeraniec conversarán con la periodista Lala Toutonian (integrante del equipo de Filba) y los asistentes. El ciclo comenzó a finales de 2021 y tuvo como invitados a Osvaldo Baigorria, Marina Yuszczuk, Hernán Ronsino, Jorge Consiglio, Ana Ojeda y Maru Leonhard. El propósito de la iniciativa es la misma de Filba: que la literatura circule.
Las librerías son espacios culturales que no cierran por vacaciones (excepto que cierren por la crisis). “La idea es volver a abrir las puertas de la librería -dice la directora del Filba, Amalia Sanz, a LA NACION-. Es un ciclo organizado por Filba pero con sede en Eterna Cadencia, aprovechando la terraza preciosa que tenemos, el aire libre, con distancia social y demás. Surge con el espíritu de volver a encontrarnos y que los lectores y autores puedan conversar. Ahora todo está puesto un poco en pausa por el nuevo pico de casos de Covid, pero el ciclo no se suspende porque tomamos todos los recaudos. Volver a abrir las puertas de la librería, reencontrarnos y generar un espacio de charla con un trago o algo para picar”. Habrá una programación todo el verano, “si omicrón y la ola de calor lo permiten”, acota Sanz. No hay que anotarse y el ingreso es por orden de llegada.
Hoy a las 19, el investigador del Concicet en filosofía, pensamiento y mística judía Emmanuel Taub hablará de toda su obra y su último libro, La palabra y la errancia. Para una filosofía de la in-existencia (Paidós). “Va a estar lindo -dice Taub-. Es importante e imagino que lo llevaremos al lado de la creación”. Su libro ha recibido buenas críticas. “No puedo quejarme -agrega el autor-. Franco Torchia y otros periodistas lo han llamado uno de los libros del año en las redes y me ha dado mucho orgullo”. Para Taub hay un creciente interés en libros de filosofía desde diferentes perspectivas. “Y, en especial, aquellas que abordan el problema de la religión y la filosofía así como el de la espiritualidad y la institucionalidad; además son libros para leer, no necesariamente para entender en el sentido moderno de la razón. Mi libro tiene mucho trabajo en la escritura, poética, para que pueda ser leído por un público amplio”.
El jueves 20 a las 18, el escritor y actor Gonzalo Heredia se referirá a su segunda novela, El punto de no retorno (Alto Pogo). “El libro ese está leyendo -dice Heredia a este diario-. Y las devoluciones que tuve fueron hermosas, de lectores y lectoras q admiro y respeto”. Su novela, justamente, trata de las relaciones entre escritores noveles y escritores consagrados que se dan en presentaciones de libros, talleres literarios y otros eventos (como el que propone #EternaSocialClub).
Y el 27 de este mes a las 19, la periodista, editora y escritora Hinde Pomeraniec repasará su vasta obra que incluye desde libros infantiles como Lu, Lucy, Lucía hasta libros de investigación como Katrina, el imperio al desnudo y Rusos de Putin. Este año se reeditará su biografía de Blackie (Blackie: la dama que hacía hablar al país) en el sello Gourmet Musical. “Se cumplen 45 años de su muerte y 110 de su nacimiento -dice Pomeraniec-. Así que es ideal”. Además, la autora trabaja en un libro para la editorial Godot, que reúne algunos de los perfiles de grandes autoras “sepultadas” por la historia; el título será La escondida. “Durante dos años tuve la sección La Escondida en mi programa de radio, Vidas prestadas, que arranca en febrero en su cuarta temporada -agrega-. Apoyo con fervor todo lo que sea divulgación cultural de calidad. Y desde el lugar que se me necesite, estoy. Como periodista, como público y, en este caso, también como autora”, concluye.
Un texto de Emmanuel Taub sobre Marcel Duchamp
Hagadá V
I. El no-ser del lenguaje en el mundo del arte: Marcel Duchamp
1. En una conversación que mantienen Pierre Cabanne y Marcel Duchamp en 1966, el pintor recuerda que luego de que su cuadro “Desnudo bajando las escaleras” fuera rechazado en el Salón de los Independientes de 1912, se dio cuenta que aquel rechazo lo había ayudado a liberarse del pasado y de los grupos de pintores, y comprendió que lo único que restaba para el arte era la soledad de uno mismo.[1]
La liberación que se abre por la negación del “poder soberano” a la obra convierte el arte en un estar consigo mismo que habita en la propia soledad. Esta soledad devenida obra se transforma en la atadura de lo bello: re-creación de lo ya dicho, re-creación inmóvil del mutismo de la cosa creada. Testimonio del mundo.
2. Esa soledad también es el desierto.
3. La soledad re-creadora del arte en el punto extremo de la conclusión de la obra arranca del artista su propio ser. El lenguaje de la soledad re-creadora es el otro lenguaje poético de la errancia: expresión de la palabra sin sentido, re-creación de la belleza.
4. El lenguaje de la re-creación artística se expresa en todas sus manifestaciones: en la pintura, en la música, en la danza. Y siempre, en el instante de su finalización, la expresión artística y el autor se entrelazan como obra. Y esta obra es la re-creación del mutismo fuera del ser de la cosa creada.[2]
5. La obra acabada es la expresión del no-ser del artista –espejismo mundano de la in-existencia creadora de Dios–, pero también de la cosa creada re-creada en ella. Con la conclusión de la obra el lenguaje del mundo queda atrapado en el mutismo de la imagen encarnada.
6. El artista como un no-ser es también otra cosa que el ser, en el final de la obra es cosa.
7. La experiencia del arte es la de un lenguaje que deforma el mundo. Su búsqueda es la de fracturar la relación entre la cosa y el sentido; deformar el mundo de su forma creada: una experiencia que ya no dice la cosa, su ser, sino que hace de la cosa una epifanía: lo que llamamos belleza.
[1] Marcel Duchamp: “Si las cosas son así, nada de meterme en un grupo; solo puede uno contar consigo mismo y estar solo”.
De La palabra y la errancia
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