Siguen las renuncias en el Fondo Nacional de las Artes
A veinte días del imprevisto despido de la presidenta del Fondo Nacional de las Artes (FNA), Carolina Biquard, continúa desintegrándose el directorio de esa institución que, paradójicamente, está celebrando sus 60 años de promoción y apoyo a los artistas.
Renunciaron en estos días, según pudo confirmar LA NACION el vicepresidente de la institución, Facundo Gómez Minujín y los directores Javier Negri, representante del área de derecho, y Juan Collado, de Arte y Tecnología. Alejamientos que se suman al del reconocido artista Eduardo Stupía, que comunicó su dimisión indeclinable ni bien se supo la salida de Biquard.
Todos los casos, incluido el de Sebastián Blutarch –que dejó en septiembre la silla de las Artes Escénicas– responden a las mismas razones: el desacuerdo con lo que consideran una vulneración de la autarquía del FNA por parte de la autoridad política a cargo de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto .
De esta manera, hasta el momento, el nuevo directorio del Fondo tendrá los primeros días de enero al menos cinco cargos vacantes, cifra que incluye el lugar del representante de la Literatura, que dejó Roca al asumir la presidencia, el día después de la salida de Biquard.
Consultado por LA NACION, Roca anunció que "en los próximos días serán nombrados los directores que reemplazarán los lugares vacantes" y afirmó que "el directorio del FNA sigue funcionando de la manera habitual".
Aunque no fue comunicado oficialmente, el rol de Blutarch para las Artes Escénicas está ya desempeñado por Alejandro Tantanian, quien ya trabaja en el ámbito de la secretaría de Cultura como director del Teatro Nacional Cervantes.
Sorpresas y apoyos
El 27 de noviembre pasado se supo que Biquard dejaba su cargo después de tres años al frente del FNA y una gestión elogiada por su eficiencia en la recaudación de fondos. "Es un fin de ciclo. Lo veníamos hablando desde hace tiempo", dijo Avellulto a LA NACION al ser consultado sobre los motivos de esa inesperada decisión. El funcionario también desmintió que hubiesen habido cuestionamientos a la conducta de Biquard y afirmó que hubo "un desgate natural" por "una gestión muy intensa". Biquard, en cambio, dijo que "Avelluto no cree en la autarquía del Fondo" y contó que desde la secretaría de Cultura se habían hecho pedidos de fondos propios.
Inmediatamente Avelluto designó en la presidencia del FNA a Mariano Roca –que también integra el equipo de Cultura, en un programa de difusión de la lectura. Pocas semanas habían pasado desde su ingreso al directorio del FNA, entonces como representante del área de Literatura en reemplazo de Alberto Manguel. Al día siguiente, convocados para una reunión de emergencia, un grupo de directores puso a Roca tres condiciones para continuar en sus cargos: que el nuevo presidente del FNA hiciera público que no existían irregularidades en la gestión llevada adelante por el directorio conducido por Biquard, que se asegurara que no se destinaría dinero del FNA a programas de la Secretaría de Cultura y que no se modificara la política arancelaria del FNA.
Negri, que presentó su renuncia el viernes pasado, fue uno de esos directores. En diálogo con La Nación dijo que (Roca) "nunca salió en defensa del directorio anterior hasta un reportaje que apareció ayer en un diario. Con la defensa del presupuesto ha sido muy enfático". Abogado y experto en derecho de autor, Negri agregó: "Mi decisión (como la de los demás renunciantes) fue motivada por la precipitada sustitución de Carolina Biquard como presidenta del Fondo, lo que me hace presumir el abandono de las políticas culturales en marcha. Si mi presunción fuera errónea, entonces no encuentro motivos que justifiquen esa decisión que puso fin abrupto a una tarea honesta que hasta hace pocos días no recibía más que elogios públicos y privados", agregó y compartió que a pedido de Roca dejará el directorio del Fondo a fin de año.
"La insistencia en que no habrá ningún cambio hace pensar por qué entonces pasó todo lo que pasó", reflexiona el abogado. "Si algo funciona, no hay por qué arreglarlo. Parecería que, antes que favorecer una política estable, consistente y duradera en el tiempo, y que estaba (y continúa) rindiendo frutos, una vez más se prefirió una excusa irrelevante para justificar una decisión personal que arrasó con una institución ejemplar", agrega al recordar que las razones de Avelluto para pedir la renuncia a Biquard fue "un desgaste" de la relación entre ellos. "Estamos hablando de políticas públicas, si hay diferencias hay maneras de discutirlas, negociarlas, conversarlas. Esto es una institución donde la gente está nombrada por plazos de cuatro años, respetemos ese plazo o hacer las denuncias si hay alguna irregularidad, pero descabezar una institución por una relación desgastada con alguien es hacer pagar un precio altísimo e innecesario por un cuestionamiento de tipo personal que le hace mucho mal a cualquiera institución", completó.
Collado también presentó su renuncia la semana pasada de "forma indeclinable" de lo que consideró "un ciclo cumplido" como "director adhonorem".
Al interior del directorio del FNA son varios los que comparten una percepción: "Tarde o temprano vamos a ver algún tipo de desviación de partidas o algún tipo de generosidad hacia algún medio hegemónico que mantiene una importante deuda con esta institución".
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