Sheila Cremaschi, la argentina detrás del Hay Festival que ganó hoy un premio Princesa de Asturias
MADRID.– María Sheila Cremaschi posee varios rasgos distintivos, de aquellos que incluso en multitudinarios encuentros internacionales, como los que organiza con éxito, la hacen destacar de los demás: una caballera roja y una risa contagiosa. La argentina radicada en España impulsó y dirige desde hace 15 años la edición del Hay Festival en España que cada septiembre se realiza en Segovia. Es esta versión castellana la que conoce el jurado del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades que hoy distinguió al Hay Festival of Literature & Arts (galardón compartido con la Feria Internacional del Libro de Guadalajara).
Además de haber sido condecorada por la reina Isabel II de Inglaterra con la Orden del Imperio Británico en 2013, la misma que fue entregada a Victoria Ocampo y a Jorge Luis Borges, el rey de España le otorgó a Cremaschi en 2015 la Cruz de la Orden de Isabel la Católica. Hoy, poco antes de ser anunciado a los medios, fue contactada por el jurado del Premio Princesa de Asturias y en esta breve llamada le anunciaron que el Hay Festival, una organización sin fines de lucro, nacido en Gales, obtenía esta distinción. Este Festival cuenta además con ediciones Querétaro (México), en Arequipa (Perú), en Rijeka (Croacia), en Medellín y Cartagena (Colombia), y en Abu Dhabi (Emiratos Árabes), pero los encuentros de Gales y Segovia son los más importantes en convocatoria de figuras y de público.
A Ken Follett , Carolina de Mónaco, Vanessa Redgrave, Emmanuel Carrère, Fernando Savater, Hanif Kureishi, Mario Vargas Llosa y Stephen Frears, a un periodista de un medio local, a la prensa internacional, a los políticos de izquierda y también a los de derecha, a los empresarios y a la recepcionista del hotel, a los miembros de las embajadas que acompañan a sus figuras y al chofer del taxi que la lleva a un evento. A todos trata de igual modo: con elegancia y sencillez.
Cremaschi es una personalidad argentina destacada de la cultura, aunque su nombre es quizá más conocido fuera del país. El motivo es el éxito con el que ha creado el Hay de Segovia que cada año convoca la atención no solo de los medios europeos. Aquí se discuten ideas, tal es la propuesta de este Festival, que no es solo literario, sino que también dedica parte de su programación a las artes visuales, a la filosofía y a la historia. El imponente acueducto romano del siglo II, el castillo donde vivió Isabel la Católica, y la excelente comunicación con Madrid (un tren de alta velocidad comunica a la capital y a Segovia en un tramo de 27 minutos) convierten a esta ciudad en un sitio ideal para este encuentro.
Antes de radicarse en España, Cremaschi era dueña de Café Mozart en Buenos Aires, al que también dirigía con alegría y creatividad. Esta gestora cultural está casada con el abogado y autor Beltrán Gambier (Tierra del Fuego es su primer novela), también letrado del Festival, y quien brindó su conocimiento jurídico y tiempo para evitar que el Teatro Albéniz, en Madrid, fuese demolido.
Este año, a causa de la pandemia, la edición del Hay Festival en Gales fue cancelada. El de Segovia, que cada año convoca un promedio de cien figuras de la cultura, será el gran representante de este encuentro que se realizará con especiales medidas de seguridad. Celebrar la naturaleza es el lema de esta nueva edición, donde el planeta será el gran protagonista.
–¿Cómo recibió la propuesta de dirigir la edición española del Hay Festival?
–En 2004 un amigo francés me comunicó que estaba la propuesta de llevar a cabo en España un festival. Estaban buscando cómo hacerlo. Cuando recibí un mensaje con más precisiones, inmediatamente tuve la intuición de hacerlo. Había que buscar el lugar, la ciudad, y el dinero. Hice una exploración por distintos puntos de España y le presenté al creador del Hay, Peter Florence, tres ciudades. Finalmente, se decidió que Segovia era el indicado. Luego vino otro proceso que es el que consiste en lograr que las autoridades te apoyen. Fue una tarea muy laboriosa, hasta que en 2006 se inauguró.
–¿De todos los invitados, tan prestigiosos, recuerda a alguien con particular cariño?
–Una de las personas que más me conmovió fue Eduardo Arroyo. Allí hizo su última exposición y además habíamos organizado una serie de debates sobre su obra, con Fernando Savater, por ejemplo. Después de la inauguración, donde estuvo presente, me dice: "Me voy al hospital, pero no quiero perjudicarte. No digamos nada. Que nada se suspenda". Murió a los pocos días. Era un caballero en lo espiritual.
–¿Qué suma la impronta y experiencia de un argentino en la organización?
–Lo más positivo de ser argentino, de quienes hemos vivido en la Argentina, es que hemos aprendido a sobrevivir y a no rendirnos nunca. Esa fortaleza que nos da el haber nacido en el sur es la que nos ha permitido trabajar con todo tipo de dificultades. En mi caso, el la crisis económica, luego el Brexit, ahora la pandemia.
–¿Cómo será el próximo Hay Segovia en época de Coronavirus?
–Me he puesto muy rigurosa para que sea un festival seguro. Vamos a ocupar un tercio de la capacidad de las salas, vamos a desinfectar las salas después de cada evento, vamos a usar mascarillas, evitaremos aglomeraciones, transmitiremos eventos vía streaming, etc. Va a haber un riguroso cuidado de la salud, tanto del público como de los invitados, como de aquellos que trabajan en la organización. Los festivales masivos van a desaparecer, no volverán a ser como eran, al menos hasta que nos se descubra la vacuna contra el coronavirus. Creemos que la gente está muy triste en este contexto y es necesario el reencuentro. La gente lo necesita. Les hemos dado una ilusión: el Hay se va a hacer. Hay un futuro diferente. Pronto vendrá la alegría.
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