Serpientes y seres misteriosos: los hallazgos de Malba Puertos en Escobar
Las muestras que se inaugurarán el sábado en el museo incluyen símbolos de todo tipo y sujetos híbridos; un recorrido gratuito que incluye salas a cielo abierto invita a conectarse con la naturaleza y lo místico
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“Por fin veo nítidamente al dios de antes. Tiene una cabeza de serpiente y un gran ojo negro arriba con un cabito, una boca ancha que se mueve, alas grises y triangulares como mantos en cada brazo en forma de tentáculos, y una panza rayada como la de un bicho”. Eso escribía Xul Solar en San Signos, uno de los textos más importantes del artista, en el que reunió sus visiones astrales. Las mismas que luego recrearía en sus pinturas. La cita se puede leer ahora en una de las salas de Malba Puertos, donde decenas de sus obras se exhibirán desde el sábado próximo con otras de Daniel Leber.
Símbolos de todo tipo y seres híbridos habitan las creaciones de ambos, que expresan “la misma vocación por el estudio de las tradiciones filosóficas, por hacer de cada imagen un puente hacia lo intangible y por buscar en la cotidianidad manifestaciones impensadas de lo divino”. Así lo resume Alejandra Aguado, curadora de Vuelo infinito. Una muestra que integra obras de Malba, de la Fundación Pan Klub y de Colección Amalita. Y una oportunidad imperdible –con entrada gratis- de acompañar a estos dos artistas nacidos con más de un siglo de diferencia en sus viajes místicos.
Una “colección de símbolos” de diferentes tradiciones componen la instalación de piezas de hierro realizada por Leber que recibe en la entrada de la sala con vista al lago. Entre ellos se cuenta la silueta de una serpiente, que evoca la transformación. Y se repite en otras obras, no solo en esta exposición alojada dentro del edificio diseñado por el Estudio Herreros, sino en la que se podrá ver en una de las tres salas a cielo abierto, rodeadas por bosques de alisos.
Yendo por dentro del agua, he llegado muerta de sed se titula está última, compuesta por instalaciones especialmente realizadas para la ocasión por Florencia Sadir. Una de ellas es una construcción con muros anchos de barro y cal, inclinados de modo tal que forman una suerte de templo con vista al cielo, y ofrecen amparo a un tronco de algarrobo con gotas de cerámica. Originaria de los Valles Calchaquíes, esta artista propone según Aguado “un encuentro con esas otras fuerzas vitales, para reconocernos como parte de una conjunción de elementos”.
Hay algo de toma de conciencia también en las intervenciones de Ivana Vollaro en la reserva del museo, que invita a detenerse en el límite entre lo visible y lo invisible de una institución. Desde la sala de enfrente observan estas piezas las esculturas de Gabriel Chaile que representan a sus familiares con formas de hornos de barro, adquiridas por Eduardo Costantini en la Bienal de Venecia de 2022.
“Es un museo que está formando nuevas audiencias para el arte contemporáneo. El 80 por ciento de la gente que viene, un promedio de 3500 por día los fines de semana, nunca visitó un museo de arte”, dice con orgullo a LA NACION Eleonora Jaureguiberry, coordinadora general de esta institución inaugurada el año pasado en Escobar, hasta donde llega un público diverso proveniente de lugares tan distantes como Rosario, Gualeguaychú, Paraná y la zona sur de Buenos Aires.
Vale la pena llegar hasta aquí ya que la oferta cultural no se termina en el museo: continúa en los espacios públicos de Puertos, ciudad donde se instalaron de forma permanente 23 obras de artistas como Jorge Macchi, Diego Bianchi y Matías Duville. Los sábados también hay talleres vinculados con las muestras, como los que se ofrecerán para acompañar la de Leber y Xul Solar.
Allí podrá descubrirse por ejemplo qué es la panlengua inventada por este polifacético artista definido por Borges como un “hombre versado en todas las disciplinas, curioso de todos los arcanos, padre de escrituras, de lenguajes, de utopías, de mitologías, huésped de infiernos y de cielos, autor panajedrecista y astrólogo, perfecto en la indulgente ironía y la generosa amistad”. Algunas de sus obras viajarán a Qatar, donde integrarán desde fines de abril la primera gran exposición de arte latinoamericano en Asia occidental y el norte de África.
Para agendar:
Vuelo infinito, de Xul Solar y Daniel Leber; Yendo por dentro del agua, he llegado muerta de sed, de Florencia Sadir, y Reservados, de Ivana Vollaro desde el sábado 29 de marzo a las 17 hasta el 31 de agosto en Malba Puertos, Escobar. Entrada gratis.
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