Sergio Ramírez, en la apertura de la 77ª Asamblea General de la SIP. “La dictadura de Ortega ha convertido a Nicaragua en una gran cárcel”
Desde Madrid, el escritor nicaragüense se refirió al riesgoso ejercicio del periodismo libre en Estados policiales y autoritarios; “en América Latina, la lucha es entre dictadura y democracia”, advirtió
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Con el foco puesto en la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo en las Américas, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) dio inicio esta mañana a su 77ª Asamblea General, que se realiza por segundo año consecutivo en forma virtual. Algunos de los temas de la agenda de este encuentro son la sostenibilidad de los medios en la actualidad, los nuevos formatos y audiencias, la escalada represiva en países como Cuba y Venezuela, las regulaciones que limitan el ejercicio de la libertad de prensa y la estigmatización como “antesala” de la violencia, además de las nuevas tecnologías de espionaje, los resultados del Índice de Chapultepec (que mide los factores que inciden en forma negativa y positiva en la libertad de prensa en veintidós países) y los Pandora Papers. Participarán profesionales y directivos de medios de varios países, magistrados y representantes de organismos internacionales. El encuentro se extenderá hasta el viernes; ese día a las 12 habrá un panel de expresidentes, con la presencia de Mauricio Macri, el boliviano Jorge Quiroga Ramírez y el uruguayo Luis Alberto Lacalle, que debatirán sobre gobernanza global y libertades con Asdrúbal Aguiar, director de Iniciativa Democrática de España y las Américas. Las palabras preliminares estuvieron a cargo del director ejecutivo de la SIP, Ricardo Trotti, que auguró una “asamblea extraordinaria”. En la inauguración, hablaron el presidente de la SIP, Jorge Canahuati, del hondureño Grupo Opsa; Gabriela Cañas, presidenta de la agencia EFE, y el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, perseguido por el gobierno de Daniel Ortega a través de la Fiscalía de Nicaragua que, a inicios de septiembre, solicitó su detención. Este pedido suscitó el repudio de organizaciones internacionales y de intelectuales y escritores de Hispanoamérica. Ramírez se halla “autoexiliado” en Madrid, donde iba a tener lugar la asamblea presencial de la SIP.
“Lamentablemente, este fue un semestre desastroso en materia de libertad de prensa, en especial por la connivencia de la Justicia con el poder político en Venezuela y Nicaragua -dijo Canahuati-. Su delito fue practicar periodismo independiente. El Nacional era uno de los últimos diarios independientes que sobrevivieron al régimen de Nicolás Maduro. Lo cerró en connivencia pon el Poder Judicial, la misma que usó el régimen de Daniel Ortega para cerrar La Prensa”. Canahuati recordó que en lo que va del año fueron asesinados nueve periodistas en América Latina y más de una treintena se fueron al exilio, “perseguidos por los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua”. Se hizo un minuto de silencio por los periodistas muertos durante la pandemia y se reclamó que las plataformas de internet retribuyan a los medios por la difusión de sus contenidos. “Las plataformas no están siendo transparentes y son responsables de la fragilidad de los medios -afirmó Canahuati-. No puede haber democracia sin medios sustentables“.
Gabriela Cañas señaló que dos periodistas valientes -la filipina Maria Ressa y el ruso Dmitry Muratov- habían sido premiados con el Nobel de la Paz y que las denuncias falsas contra periodistas y el estrangulamiento de las fuentes financieras de los medios eran dos de las amenazas actuales a la libertad de prensa. Se refirió a la crisis del modelo de negocios y reclamó, como su colega hondureño, “contraprestaciones” a Google y Facebook, entre otras plataformas que difunden contenidos. “Nuestra voz, complementaria a la de los medios anglosajones, importa”, concluyó.
El periodista uruguayo Danilo Arbilla, expresidente de la SIP, presentó a Ramírez como escritor, intelectual y político que enfrentó al somocismo en su país. Al inicio de su alocución, el autor de Tongolele no sabía bailar contó una historia. “En 1978, Somoza mandó silenciar todos los medios independientes de Nicaragua porque, como todos los dictadores, creía que era callar las voces. El diario La Prensa dejó de circular; antes, su director fue asesinado por sicarios de la dictadura y los noticieros de radio también fueron cerrados. Entonces, los periodistas inventaron una forma de llegar a la gente para que se supiera lo que la dictadura de Somoza no quería que se supiera, la crueldad de la represión, los asaltos nocturnos a los domicilios, los prisioneros, las desapariciones. Esa forma de transmitir las noticias fue novedosa. Se hizo dentro de las iglesias; desde el altar mayor, a veces a la luz de una vela, los locutores leían los boletines y la gente se agolpaba en la nave para escucharlos. Se lo llamó periodismo de las catacumbas”.
Ramírez afirmó que en su país la historia tiene un mecanismo vicioso, “una anomalía fatal”, que la hace repetirse. “Una dictadura provoca una revolución para derrocar a un dictador y esa revolución crea a un nuevo dictador que inicia un nuevo ciclo de opresión. Somoza engendra a Ortega y el dictador, ofendido por la palabra libre, cierra y ocupa los medios de comunicación, encarcela a los periodistas o los fuerza al exilio. Es la historia mordiéndose la cola; otra vez hoy el diario La Prensa ha sido obligado a detener sus rotativas”. El gerente general del diario nicaragüense, Juan Lorenzo Holmann, está preso sin asistencia médica.
El régimen de Ortega ha detenido a políticos opositores, empresarios, periodistas, dirigentes campesinos y estudiantiles. Otros, como Ramírez, tuvieron que huir para librarse de la prisión. “Sin juicio o sometidos a juicios amañados, sin derecho a la defensa, sin abogado y bajo condiciones inhumanas -dijo el Premio Cervantes 2017-. Mi primer ruego es que no olvidemos a esos prisioneros, que mantengamos vivo el hecho de que Ortega ha convertido a Nicaragua en una gran cárcel. Ahora, el periodismo de catacumbas se hace desde las redes sociales, en emisiones de YouTube y Facebook Live, en podcasts y blogs. No podrían silenciarlo sino a través de un gran apagón de internet. La dictadura quiere un país inmovilizado por el miedo y el silencio, mientas prepara una farsa electoral que no tiene la menor credibilidad”.
“Nunca antes la palabra libre ha tenido tanto peso como ahora -agregó Ramírez-. Es la palabra la que nos salva, la palabra libre que resuena desde las catacumbas. El de Nicaragua no es el único caso de Estado policial, basta citar a Venezuela y Cuba. Pero la rebelión empieza siempre por la palabra y son las palabras fieles compañeras de lucha. No hablo como un político sino como un escritor comprometido con las palabras. Es a las palabras con filo a lo que temen las dictaduras, sean de izquierda o de derecha”. Y destacó que en América Latina la lucha hoy se encuentra planteada entre dictadura y democracia.
Luego de responder algunas preguntas y de solicitar a la comunidad internacional que no deje de denunciar la situación en Nicaragua, Ramírez concluyó: “Lo único que sé hacer es escribir con una palabra libre. Los intelectuales no deben callarse, los escritores no deben callarse. No digo que quienes se callan son malos escritores, pero hay escritores que callan y otros que hablan. Yo estoy entre los escritores ciudadanos y sé que como escritor tengo un altoparlante para salir en defensa de la democracia. Viendo mi país desde el exilio, tengo la esperanza de que regresaré a una Nicaragua libre y democrática”.
A continuación, se realizó el panel “Sostenibilidad frente a la democracia. Estudio de sostenibilidad de los medios en 10 países por Unesco y The Economist”, con Rasmus Kleis Nielsen, director del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo; Guy Berger, director de Estrategias y Políticas Públicas del Sector de Comunicación e Información de la Unesco; Maximiliano Alonso, del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), moderados por Gabriela Vivanco, del diario ecuatoriano La Hora. Más tarde se realizará una entrevista a la directora de El País, María José “Pepa” Bueno, y varios editores de medios conversarán sobre la sostenibilidad de una profesión amenazada.
Más información sobre la 77ª Asamblea General de la SIP se encuentra en este enlace.
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