“Se suman voluntades”: un círculo virtuoso de ventas se expande veloz en arteba
Coleccionistas y museos adquirieron obras durante las primeras horas de apertura de la feria a invitados especiales en el Centro Costa Salguero; abrirá al público desde el viernes hasta el domingo
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“¡Es la primera vez que vendo una obra en arteba el primer día!”, exclamó hoy entusiasmada a LA NACION Marta Minujín, artista con más de seis décadas de carrera, un par de horas después de que la feria inaugurara para invitados especiales en el Centro Costa Salguero. Cuando abra al público, desde el viernes hasta el domingo, muchas de las piezas exhibidas ya habrán pasado a integrar importantes colecciones y el patrimonio de más de una decena de museos.
Rumores de pandemia se titula la pieza de 2,7 metros de alto y dos de ancho realizada por Minujín en 2020, cuando la situación que imponía la cuarentena era muy distinta. “¡Si no trabajo me muero!”, se quejaba entonces desde su departamento de Recoleta la artista más popular de la Argentina, donde se sentía acorralada por no poder ir a su taller de San Cristóbal.
Hoy todo es celebración: su obra no solo ocupa una pared entera en el stand de Herlitzka y Co., donde acaba de venderla a la Colección Balanz, sino que además fue la elegida como su favorita de esta edición por Andrés Duprat, director del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). Esta última institución, en tanto, compró una instalación de Graciela Sacco en Rolf Art y tres témperas de Rómulo Macciò en Vasari; ambas incorporaciones se realizaron en el marco del Programa de Adquisiciones de Museos, con aportes de la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes.
Una pintura de otro artista de esa brillante generación, Edgardo Giménez, fue señalada como su preferida por Aldo Rubino, fundador del Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (Macba). No dudó en comprarla en la galería MC, mientras su stand aún se estaba montando. Agregó luego otras dos a su colección, que exhibirá en el museo: una de María Suardi en Diego Obligado y otra de Alicia Orlandi en Roldán, donde también se vendió entre otras obras el mapa invertido de Nicolás García Uriburu.
“Se suman voluntades: esta es la edición de arteba en la que el Moderno compró más obras”, dijo con orgullo Victoria Noorthoorn, directora de esa institución que recibe aportes públicos y privados para incrementar su patrimonio. En esta oportunidad adquirió doce piezas con fondos de la Fundación arteba; del Gobierno porteño; de Natalia Valdéz, del Grupo Lapachos Holding; de la Colección MYP; de César Curi y de la Asociación de Amigos y el Comité de Adquisiciones del museo. Los artistas elegidos fueron Joaquín Aras y Carrie Bencardino (Piedras); Trinidad Metz Brea (Valerie’s Factory); Sandro Pereira (The White Lodge), Sofía Bohtlingk (Nora Fisch), Florencia Levy (Cott) y Norberto Puzzolo (Herlitzka & Co.).
A tal punto se sumaron voluntades que, por primera vez, un grupo de sesenta diplomáticos de distintos países realizó una visita por la feria. La canciller Diana Mondino y un par de mujeres con hijab se contaron entre el nutrido grupo de hombres con traje convocados por la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería que seguían a través de auriculares los comentarios del coleccionista Joaquín Rodríguez. También estuvieron presentes el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y su ministra de Cultura, Gabriela Ricardes; Leonardo Cifelli, secretario de Cultura de la Nación; Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la Nación, y Jorge Telerman, exdirector del Teatro Colón.
“¡Qué semanita!”, comentó mientras algunos de ellos posaban para la foto Pela Herrero, integrante de la Asociación Amigos del MNBA, que los había visto también el lunes en la comida a beneficio del museo. Anoche, ella participó además de otra reunión organizada por Cecilia Remiro Valcárcel y Horacio Torcello; entre casi un centenar de invitados se contaron Manuel Segade, director del Museo Reina Sofía, y varios coleccionistas europeos.
Hoy, todos volvieron a encontrarse en el Centro Costa Salguero. Con gran entusiasmo porque ya se habían registrado ventas importantes, de seis cifras en dólares. Como la pintura de Guillermo Kuitca de 1986, que ocupa un lugar destacado en el stand de Barro. “Hace casi cuarenta años que esta obra no estaba en la Argentina”, aseguró Nahuel Ortiz Vidal, director de la galería que el viernes celebrará una década con una fiesta.
Un ánimo de festejo similar había en NN, en la sección Utopia, donde apenas abrió la feria no solo ya habían vendido tres de las cinco pinturas exhibidas de Amanda Tejo Viviani, sino también otras dos obras de la Porkería Mala que tenían previsto colgar mañana. En Ruth Benzacar ya se había concretado, entre otras, la venta de la instalación de Marie Orensanz con forma de casa.
“Ya le vendimos a tres museos”, dijo en tanto a LA NACION Gabriel Cott, director de Cott Gallery, que participa por segunda vez de arteba. Además de la mencionada obra de Levy adquirida por el Moderno, otras dos de Lucila Gradin y Verónica Goméz pasaron a integrar las colecciones del MAC de Salta y del Malba, respectivamente. Este último museo también compró obras de Florencia Böhtlingk (Hache), Anselmo Piccoli (Diego Obligado), Alfredo Londaibere (Nora Fisch) y Manuel Brandazza (Pasto), con apoyo de su Comité de Adquisiciones. Todo indica que, hasta el domingo, el entusiasmo no va a parar.
Para agendar:
arteba 2024 en el Centro Costa Salguero (Av. Costanera Rafael Obligado 1221), del 30 de agosto al 1 de septiembre, de 12 a 20. Entradas disponibles en arteba.org
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