Se subastó un inédito de Cortázar por más de 42 mil dólares
El original de “Historias de cronopios y de famas”, mecanografiado por el autor en 1952, se vendió esta tarde en Montevideo; uno de los participantes de la subasta fue el Ministerio de Cultura de la Nación, que no pudo superar la oferta del comprador
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El original de Historias de cronopios y de famas, de Julio Cortázar, fechado en París en 1952, se remató esta tarde en Montevideo por 42.100 dólares. La suma final (que incluye impuestos) duplicó la cifra máxima estimada por la subastadora uruguaya Zorrilla, donde se ofreció el codiciado hallazgo que incluye siete relatos inéditos del autor de Rayuela.
La pieza, cuyo comprador sería un coleccionista argentino del que no trascendió el nombre, es un cuadernillo tipeado a máquina por Cortázar cuando intentaba darle forma definitiva al icónico libro que se publicaría en 1962, diez años más tarde. Los 46 textos mecanografiados y corregidos a mano por el escritor argentino fueron presentados con un precio base de 15.600 dólares por la casa Zorrilla, en colaboración con el anticuario argentino Roberto Vega, dueño de la librería, galería de arte y casa de subastas Hilario Artes Letras Oficios, que estuvo a cargo de su catalogación.
El martillero de la rematadora montevideana, Sebastián Zorrilla, inició la puja del lote 187 voceando una oferta de 12 mil dólares, que en breves minutos ascendió a los 36 mil de la bajada de martillo, superando en más de un 70 por ciento los 21 mil dólares estimados como techo antes de comenzar el remate. El costo final de esos mecanoscritos, comunicado en 42.120 dólares, tiene que ver con que a esa “bajada de martillo” se le suma el 17 por ciento de su valor en dólares, en concepto de comisión más impuestos, que en este caso representó una cifra de 6.120 dólares.
Esos textos -escritos por Cortázar (1914-1984) en 60 hojas, a razón de una carilla por página- fueron probablemente la adquisición más costosa de la subasta, donde se pusieron a la venta 199 piezas de arte entre grabados, mapas antiguos, libros, objetos históricos y fotografías. El remate se realizó en la sede de la rematadora Zorrilla del centro de Montevideo, Uruguay, pero también fue seguida por Internet, mediante las plataformas Invaluable, de Estados Unidos, y Drouot, de Francia.
El lote cortazariano se encontraba “en muy buen estado”, integrado por 35 relatos que “con algunas variantes formaron parte de una primera edición de Historia de cronopios y de famas, publicada en Buenos Aires en 1962; cuatro que fueron publicados en revistas literarias mientras Cortázar vivía; y otros siete inéditos hasta ahora”, según explicó Vega. Los cuentos nunca publicados son “Inventario”, “Carta de un fama a otro fama”, “Mariposas automáticas”, “Los viajes y los sueños”, “Diminuto unicornio”, “Rabia de espejo” y “Rey del mar”.
Los mecanoscritos permanecieron 70 años escondidos en el fondo de una caja sin catalogar que había en la biblioteca de un particular en Montevideo, de quien la subastadora no dio a conocer el nombre. Tampoco trascendió el nombre de la compradora o el comprador de esta “pieza temprana” de la obra de Cortázar, “indispensable como material pre textual para el estudio genético y del proceso creativo de una de las más afamadas obras del autor”, explicaron los especialistas.
Hoy solo se supo que el comprador sería un coleccionista argentino. También, que en la puja participaron instituciones de la Argentina, como el Ministerio de Cultura de la Nación, que no logró efectuar la compra debido a que tenía un presupuesto menor, según contó a LA NACION uno de los organizadores de la subasta. Hubo también interesados de México, España y Chile. Hubo, en total, siete potenciales compradores. Solo uno consiguió el preciado tesoro. Claro que no podrá publicar los inéditos sin negociar primero los derechos de autor. Tampoco podrá exhibirlos por el mismo motivo. Como explicó Vega a LA NACION, el flamante dueño del ejemplar sí podrá exhibir el original de los textos ya publicados.
La gran pregunta ahora es si estos originales cruzarán el Río de la Plata desde Montevideo, rumbo a la Argentina, o pasarán a incrementar el volumen de archivos de escritores y artistas argentinos en el extranjero.
Un tesoro escondido
Se trata de una carpeta cuya autenticidad llevó casi un año acreditar, resultado del trabajo minucioso del escritor uruguayo Aldo Mazzucchelli y del librero anticuario argentino Lucio Aquilanti, dos expertos en la producción cortazariana. El hallazgo se produjo tras la muerte de aquel particular, identificado por la prensa como “El emperador de los libros del Río de la Plata”, cuando un hijo suyo intentaba ordenar su biblioteca.
La carpeta estaba traspapelada en una caja, “como en un doble fondo”, contó Vega, donde el coleccionista había metido novelas de los 90 sin valor aparente. Es así que las expectativas de hallar más manuscritos o textos de Cortázar, uno de los más notables referentes del boom latinoamericano, se mantienen en pie: “probablemente haya más material, y cuando digo más material me refiero a primeras ediciones, libros muy raros; no me cabe duda en ese maremagnum de títulos, seguramente vamos a encontrar obras muy interesantes”, anticipó Vega.
“Uno de los especialistas que estudiaba el material, el bibliógrafo de Cortázar, Lucio Aquilanti, junto con la familia propietaria, advirtieron que nosotros organizábamos el remate en Montevideo, en alianza con la casa Zorrilla Subastas, y se pusieron en contacto conmigo”, había contando Vega a LA NACION cuando se conoció la fecha del remate. Tras el peritaje, el original cortazariano fue incluido en el catálogo de la subasta. En la newsletter de Hilario se publicaron los artículos de ambos especialistas.
“En mi carácter de librero anticuario y de coleccionista e investigador de la obra de Julio Cortázar, puedo afirmar sin lugar a dudas, que se trata de un original del autor, mecanoscrito, de extraordinaria trascendencia”, remarcó Aquilanti en su artículo, titulado “Nada más cronopio que un cronopio inédito”. Aquilanti es coautor de Todo Cortázar. Bio-bibliografía, 2014 y su colección se conserva en el Tesoro de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno con el nombre de “Colección Aquilanti. Julio Cortázar”.
El original subastado fue escrito con la misma máquina con la que Cortázar mimeografió otros textos en 1956, con un aparato adquirido en un remate de la Unesco (donde oficiaba como traductor) a finales de 1956. Era una máquina de escribir Royal con la que el autor de Bestiario escribía en París hasta que, en 1966, su pareja, la traductora y escritora Aurora Bernárdez, le obsequió una Olivetti Lettera 32. Son sesenta hojas de 28,5 x 22,8 centímetros, escritas en una sola cara, que se hallan bien conservadas.