Se renueva el Museo Ana Frank, dedicado a la joven escritora “auténtica, afilada y brutalmente honesta”
Con aportes de la asociación de amigos y empresas privadas, se ampliarán salas y se actualizará el guion museográfico; la institución celebra este año su 15° aniversario
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Este año, el Centro Ana Frank de la Argentina para América Latina (Superí 2647) celebra su 15° aniversario. A mediados de mes, recibió la visita de Menno Metselaar (1967), gerente de proyectos del Departamento de Colecciones y Presentaciones de la Casa de Ana Frank en Ámsterdam y autor de varios libros sobre la joven judía que quería ser escritora y periodista, y que murió en un campo de concentración del nazismo en 1945, a los quince años. Metselaar viajó a Buenos Aires para colaborar con los planes de ampliación y de renovación del guion curatorial del Museo Ana Frank, que tiene cuatro salas y desarrolla actividades educativas y de capacitación.
“Planeo ayudar en todo lo necesario; mi rol es de consejero”, dice Metselaar a LA NACION. De Europa trajo varios objetos de los años del ascenso y consolidación del nazismo en Alemania, entre otros, soldaditos nazis de juguete, una boleta electoral de 1933, álbumes de fotografías y billetes de alta denominación por la elevada inflación en la República de Weimar.
“No se paraba de imprimir dinero y las denominaciones de los billetes eran muy altas, hasta un millón de marcos alemanes -grafica Metselaar-. Es todo un nuevo mundo para empezar a buscar e investigar: billetes y monedas emitidos por bancos muy diferentes de la época. Otro objeto muy emblemático es un pequeño álbum de fotos de los Juegos Olímpicos de Verano de 1936, en Berlín, donde se ve a las personas haciendo el saludo nazi”. Las imágenes recuerdan escenas de Olympia, el documental de la directora filonazi Leni Riefenstahl.
“Tenía algunos de estos objetos, que traje con mucho gusto, pensando que el Museo Ana Frak era un buen espacio para ser exhibidos -agrega-. Algunos los compré en subastas. Como la nueva exhibición tendrá como destinatarios a niños y adolescentes, traje soldaditos de juguete que los niños usaban en su momento y que pueden llamar la atención de los chicos de hoy. Es muy sorprendente la cantidad de objetos en circulación de esos años y lo bien preservados que están”. También se podrán ver una boleta electoral de 1933 en la que solo había una opción (el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán), una radio camuflada en un libro y un libro ahuecado que usaban los miembros de la resistencia para ocultar documentos.
“Es importante reconocer a Ana como escritora y recordar que, cuando ella escuchó en la radio que un ministro pedía que conservaran los escritos de la época, porque iban a ser muy importantes después de la guerra, comenzó a reescribir su diario -dice Metselaar-. Por eso hay una versión espontánea del diario y luego una reescritura, que no pudo concluir, además de sus cuentos”. En algunas ediciones del diario de la joven coexisten ambas versiones.
Describe la escritura de Ana como auténtica. “Es la primera palabra que se me viene a la cabeza. Es real, brutalmente honesta, sobre ella y sobre los otros. Tiene una mirada afilada sobre las emociones ajenas y las interacciones entre personas. Es genial en muchas maneras y en el contexto tan complejo que vivió es increíble que encontrara su talento y pasión”, dice Metselaar, que empezó a trabajar en la Casa de Ana Frank a los veintitrés años. “Era joven y tonto -recuerda-. Me di cuenta el tiempo que toma poder emocionarse y dejarse llevar por esos sentimientos y emociones”.
“Ana Frank es una figura empática, sobre todo entre las adolescentes”, dice a LA NACION el director del Centro Ana Frank de la Argentina, Héctor Shalom. La institución, miembro de la Anne Frank House en los Países Bajos, tiene como objetivos difundir el legado de la joven holandesa y educar en contra de la discriminación.
Creado en 2009, es el único centro de América Latina dedicado a la historia de la adolescente. El equipo de guías está integrado por jóvenes de 16 a 25 años. “Es una decisión de la institución: la historia de una adolescente la relata un adolescente. Son guías jóvenes, que se forman y se siguen formando para ser transmisores del legado de Ana Frank. Su lenguaje tiene frescura”. La ley 26.809 estableció el 12 de junio, natalicio de Ana Frank, como “Día de los Adolescentes y Jóvenes por la Inclusión Social y la Convivencia contra Toda Forma de Violencia y Discriminación”.
“Haremos modificaciones de contenido, conceptuales, e incorporaremos nuevos temas -anticipa sobre los cambios en la institución-. La exposición actual tiene catorce años, y han envejecido su gráfica, su diseño; también evaluamos qué contenidos son más relevantes para los visitantes y cuáles queremos agregar nosotros. Y habrá una ampliación de los espacios para multiplicar la capacidad receptiva de visitantes, que durante el periodo escolar está colapsado. Aspiramos a ampliar la capacidad de visitantes; en 2023 nos visitaron más de mil escuelas”.
Parte de la financiación corre por cuenta de la Asociación Amigos del Centro Ana Frank, entre quienes están la periodista Romina Manguel, el diputado Leandro Santoro, la artista Cynthia Cohen, el empresario Carlos Rottenberg y el juez Daniel Rafecas. “Básicamente, son donaciones privadas y de empresas, sin aportes estatales -puntualiza Shalom-. Estamos en contacto con las nuevas autoridades del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Horacio Rodríguez Larreta vino en reiteradas oportunidades y esperamos consolidar la relación con el nuevo jefe de gobierno porteño, Jorge Macri”.
En una línea de tiempo diseñada en la planta baja del Museo, confluyen la historia de Ana con la del ascenso de Hitler. El nuevo proyecto curatorial aspira a incorporar objetos que aborden otras instancias, como la propaganda durante el régimen y las actividades de la resistencia, con imágenes en movimiento y videos creados a partir de fotografías.
Otra de las salas, en el primer piso, analiza los métodos del nazismo adoptados en la última dictadura militar en la Argentina, como la persecución de minorías y grupos sociales, la quema de libros, la utilización de grandes eventos deportivos con fines de propaganda, las escenas de humillación en público para generar terror, el robo sistemático de bebés y niños y la deshumanización del enemigo para justificar torturas y asesinatos. También hay una réplica escenográfica de la “Casa de Atrás” donde se refugiaban Ana y su familia.
“El concepto pedagógico del museo es cómo, a través del impacto en una familia y una persona, se puede explicar un momento atroz de la historia de la humanidad -resume Shalom-. No somos un museo de historia, somos un centro educativo donde la historia tiene que llamar a reflexionar sobre los vínculos actuales, sobre la violencia, la discriminación, sobre el cuidado y la responsabilidad sobre el otro. Ana pudo escribir un diario escondida porque había protectores, una figura clave, seis personas asumiendo el riesgo de esconder a los perseguidos”.
El Centro Ana Frank promueve la reflexión ética entre los visitantes. “Destacamos el valor de las víctimas y el modo en que sostuvieron esperanza, cultura, espiritualidad, todos mensajes que nos interpelan. Construimos proyectos itinerantes en el país; trabajamos con cadetes jóvenes de la policía y con chicos en situación de cárcel, siempre construyendo convivencia en la diversidad. Es una experiencia intensa y extensa”, dice Shalom.
Para ambos, las manifestaciones antisemitas en la actualidad provienen tanto de la extrema derecha como de la izquierda. “Han crecido luego del conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamas, tanto procesos antisemitas como islamofóbicos”, dice Shalom, para quien hay “un debilitamiento del valor de las instituciones de la democracia”.
Metselaar sostiene que en todos los países hay un porcentaje de gente que tiene tendencia a seguir a líderes populistas. “Hay hoy en día mucha desesperación y desesperanza y es una combinación de ese enojo, esa frustración. Eso hace que la gente escuche más a esos líderes”.
Shalom coincide. “Las democracias no mejoraron las condiciones de vida de las personas y se buscan soluciones mágicas en ciertos liderazgos autoritarios. Enseñamos que los fracasos de la democracia se abordan con más democracia, y advertimos sobre los riesgos, las tentaciones de los regímenes totalitarios, los liderazgos paternalistas, a veces mesiánicos. Es un desafío posicionar los valores de la democracia, la convivencia en la diversidad, siempre con una mirada pacifista, prodemocrática. Las escuelas nos buscan por esa mirada, porque ayudamos a pensar sobre la violencia interna y a entender las dificultades del mundo que nos rodea. Ana Frank, en condiciones de vida muy hostiles, eligió leer, escribir, estudiar. Es una posibilidad de generar esperanza más allá de las dificultades, con una visión propositiva de la vida”.
El “negacionismo” del genocidio nazi también puso en duda la veracidad de la historia de Ana Frank. “Otto Frank en vida tuvo que luchar contra el negacionismo del Holocausto -señala Metselaar-. Hoy es muy difícil poder cuantificar cuánto se niega o no, en especial en las redes sociales. Es terrible. Después de la muerte de Otto se tuvo que seguir probando”.
“Nosotros no respondemos esas distorsiones y banalizaciones; construimos contenido educativo en la redes -dice Shalom-. No respondemos a la provocación. Ya explicamos la veracidad del diario”. Respecto del célebre volumen, desde el Centro Ana Frank recomiendan las ediciones de Eudeba y Ramdom House. “En la Argentina identificamos once versiones ilegales; el Diario de Ana Frank se vende mucho”.
“El discurso de odio construye violencia, estigmatizaciones -concluye Shalom sobre las semejanzas del nazismo con las circunstancias actuales en el mundo-. Antes de las elecciones de 2023 hicimos encuentros sobre la convivencia en la diversidad del pensamiento político. Sabemos cuánto ha destruido al mundo la demonización del otro. En el contexto actual es muy complejo. Debemos reconocer que los discursos de odio construyen capital político, es más fácil construir capital denostando al adversario que construyendo espacios reflexiones de diferenciación”.
Aunque han sido invitados a conocer el Centro Ana Frank, aún no hubo respuesta por parte de referentes políticos del oficialismo. Solo el secretario de Educación, Carlos Torrendell, anunció que visitaría la institución. El viernes pasado, el presidente Javier Milei participó del acto conmemorativo por el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto en el Museo del Holocausto; como destacó el presidente de la institución, Marcelo Mindlin, Milei fue el primer presidente en visitar el Museo.
Búsqueda de objetos
Para la renovación, ampliación y puesta en valor del Museo Ana Frank, en enero el Centro Ana Frank inició una búsqueda de objetos judíos para documentar la amplia y rica vida judía que florecía antes de 1930. Por eso, se solicita la donación de objetos previos a 1930: dos candelabros de la celebración del Sábado, un libro de oraciones de tapa plateada y turquesa, un señalador en la lectura de los rollos del pentateuco (Yad), un juego de té, una copa de bendición del vino (Kidush), un Shofar, una máquina de coser sin pie, una pirinola utilizada en la celebración de la festividad de Janucá y una Cruz de Malta (Cruz de Hierro), recibida por quienes lucharon en el ejército Alemán en la Primera Guerra Mundial.
Para agendar
Durante las vacaciones de verano, el Centro Ana Frank (Superí 2647) recibe a los visitantes los jueves, viernes, sábados y domingos, de 14 a 19 (jueves y domingos de febrero, hay 2 x 1 con pago en efectivo). Los recorridos guiados abarcan cuatro salas con objetos originales de la familia Frank, la única recreación escenográfica de la “Casa de Atrás” y el castaño al que Ana Frank solía escribirle en su diario; también hay una actividad para los chicos: “Leer y escribir con Ana Frank”.
Para que más personas de la Argentina y América Latina conozcan la historia de Ana Frank, la institución lanzó el Museo Virtual, una experiencia interactiva con guías en vivo. Las visitas se realizan desde la plataforma Zoom, para visitantes particulares pero también para grupos. Los recorridos duran 90 minutos. Más información en este enlace.
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