Se inauguró una montaña de obras de arte para escalar en Caballito
La intervención ganadora del Premio Azcuy 2021, de 43 metros de altura y creada por Fabián Bercic, se realizó en el edificio Donna Reggia
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La inspiración le llegó la primera vez que visitó el edificio, todavía en construcción. Fabián Bercic se asomó al hueco central y sintió “toda la energía de ese espacio”. “Era como algo salvaje, daba vértigo. Enseguida entendí que ese era el espacio más icónico para intervenir”, recuerda el artista, ganador de la tercera edición del Premio Azcuy en 2021. Así surgió la idea de crear La montaña concreta, una palestra de 43 metros de altura por la que se puede ascender aferrándose a recreaciones de pinturas de artistas como Raúl Lozza, Lidy Prati y Gyula Kosice, inaugurada ayer en Caballito.
En esta intervención realizada en el edificio Donna Reggia, las piezas que forman un mural abstracto para rendir homenaje a la vanguardia constructivista de la década del cuarenta se vuelven tridimensionales. Fueron creadas en resina y fibra de vidrio por Bercic creó en su taller, y luego el equipo de Azcuy se encargó de pintarlas. El montaje estuvo a cargo de un grupo de escaladores, hacia el final de un proceso complejo y desafiante que demandó considerar junto a arquitectos e ingenieros aspectos de resistencia, durabilidad y mantenimiento.
“Es una palestra para escaladores profesionales, que se va a activar cada tanto. Pero principalmente es una obra de arte”, aclaró a LA NACION Sol Juárez, cocreadora del Premio Azcuy, impulsado desde 2019 en alianza con el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Según ella, “todas las obras plantean un desafío diferente, tanto para nosotros como para los artistas. En este caso, es una obra que tiene una escala monumental, instalada en exteriores, que debe coexistir con los residentes del edificio y contar con la seguridad necesaria para ser escalada”.
Según Gerardo Azcuy, fundador y director general de la compañía de Real Estate que lleva su nombre, este concurso permite “una retroalimentación entre la espacialidad que proponemos como arquitectos y la mirada creativa del artista, lo que produce un círculo virtuoso”.
“Es una ocasión de celebración no solo de la obra de Fabián, sino también de esta oportunidad de apoyo para nuestro ecosistema cultural, concretamente a los artistas argentinos”, dijo por su parte durante la inauguración Victoria Noorthoorn, directora del Moderno, quien agradeció además a quienes se presentaron la iniciativa de “soñar algo mejor para el mundo”.
En noviembre último se anunció en dicho museo el proyecto ganador de la cuarta edición del Premio Azcuy: Sonos, una intervención que realizará Hernán Soriano en los espacios comunes del edificio Donna Magna. Una vez que esos “objetos sonoros” se ubiquen en la entrada, el lobby, el jardín de la planta baja, las paredes junto a la pileta y la terraza del primer piso, su activación colectiva aportará un “concierto a múltiples manos” a la vida cotidiana de cientos de habitantes de Caballito.
También el año pasado se inauguró Mutanti, intervención de Diego Bianchi en el edificio Donna Terra, ganadora de la primera edición del premio. “Es como una lombriz que se va metiendo en la tierra”, dijo entonces a LA NACION el artista sobre el enorme tubo de de acero inoxidable, hueco y ondulante, que se extiende por la planta baja desde la entrada, se interna bajo el deck que rodea la pileta y vuelve a salir a la superficie frente a la ventana del gimnasio. Una serie de puertas rebatibles permite alojar en su interior tierra, lombrices y desechos orgánicos; esto convierte a la escultura metálica en una compostera que transforma los residuos “en recursos para la enmienda del suelo”.
Está previsto que en agosto próximo se inaugure Mundo Imaginal, proyecto de Adriana Bustos ganador de la segunda edición. En este caso se trata de un mural desplegado en el cielo raso del lobby del edificio Donna Acqua; representa dos planisferios celestes y un mapa fluvial, rodeados por una constelación de imágenes.
Mientras tanto, se encuentra abierta la convocatoria para la quinta edición de este concurso, que invita a artistas argentinos -o extranjeros, con un mínimo de tres años de residencia en el país- a presentar un proyecto inédito para el edificio Donna Fiore. Cada finalista recibirá 1000 dólares y el ganador, 10.000 más la producción de su obra.
A los futuros participantes, Bercic les recomienda que “aprovechen las visitas previas a los edificios. Cada uno tiene rasgos muy particulares y a mí me ayudó mucho tener una experiencia física con los espacios y sus dimensiones.”