“Se entregaron como originales cuadros que no lo son”, dice el interventor de la Fundación Molina Campos
En diálogo con LA NACION, el abogado Denis Turnes se refirió a las causas y consecuencias de un largo derrotero por el legado del pintor de las pampas; mientras tanto, obras recuperadas se exhiben en Moreno y La Plata
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A más de 60 años de la muerte de Florencio Molina Campos (1891-1959), los interrogantes respecto del paradero y la venta de algunas de sus obras se intentan responder en tiempo presente. En 1969 se creó la Fundación que lleva su nombre, una entidad actualmente intervenida por la Justicia y cuyas últimas autoridades fueron desplazadas meses atrás por presuntas irregularidades en la gestión. Fundada por iniciativa de su viuda, Elvira Ponce, para custodiar, conservar y difundir parte del legado del pintor, la Fundación debía preservar las obras y velar por el funcionamiento del museo abierto a finales de los años 70 para su exhibición en el municipio de Moreno, localidad donde el artista pasó algunas temporadas en el rancho Los Estribos.
Las discrepancias entre algunos de quienes han pertenecido al consejo director de la Fundación y otros actores implicados en las decisiones sobre el legado de Molina Campos se han dado a lo largo del tiempo, con acusaciones cruzadas y voces que señalaron desde faltantes de cuadros hasta acciones contrarias a su preservación. El museo se ha encontrado por períodos sin obra, entre otros motivos por las deficiencias edilicias para una adecuada exhibición.
Por un sumario iniciado por la Municipalidad de Moreno, la Inspección General de Justicia (IGJ) intervino recientemente para intentar echar luz sobre la gestión de la Fundación. En mayo pasado, el interventor designado, el abogado Denis Damián Turnes, ordenó, en primera instancia, recuperar pinturas y objetos pertenecientes al artista que se encontraban en San Antonio de Areco con el fin de reunir la obra y proceder a su inventario a través de un acuerdo de colaboración con el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
“La intervención de la Fundación se produjo por la falta de presentación de estados contables, la ausencia de inventario y tasación de obras pictóricas y bienes de propiedad, y por incumplir el consejo de administración desplazado con su deber de colaboración con la IGJ, que fiscaliza a las entidades de bien público”, señala Turnes en diálogo con LA NACION. Y agrega: “Además, el presidente desplazado -quien ejerció como tal de 2019 a 2022- presentó en el marco del sumario una denuncia policial de extravío de libros sociales realizada un día antes de presentarse ante la citación de la IGJ, y se consideró como contraria al objeto social la venta de una obra Missia Duvige en 2017, cuyo destino de los fondos se encuentra en investigación. Recién a fines de 2022, el presidente desplazado entregó parte de la documentación que le fue requerida por intimación”.
-¿Cuándo, cómo y por qué se produjo el traslado de las obras de Areco al Instituto Cultural de la Provincia?
-A partir del momento en que el presidente desplazado entrega la documentación, se conoció el lugar donde estaban las obras: el Museo Güiraldes y la Universidad de San Antonio de Areco. Se intimó al Municipio de Areco y a la Universidad a presentar los convenios que habían firmado para ello con la Fundación y se los resolvió con el objeto de reunir la obra y recuperar posesión de los bienes. La Universidad prestó colaboración desde un primer momento. Por el contrario, bajo excusas dilatorias, el Municipio de Areco (localidad de donde son habitantes la mayoría de integrantes del consejo de administración desplazado) puso obstáculos para su devolución, lo que finalmente se pudo resolver mediante una gestión extrajudicial el 3 de mayo, ordenando el traslado de las obras y objetos pertenecientes al artista de Areco al Instituto Cultural de la Provincia, con el que se firmó un convenio de colaboración para estudiar e inventariar las obras.
-¿Dónde se encuentran hoy las obras en guarda?
-En una dependencia del Instituto Cultural de la Provincia. Lo importante es que la obra está en guarda en un lugar seguro y que se están desarrollando exhibiciones para que pueda ser disfrutada por el público. Cuando se retiraron las obras de Areco, sólo eran exhibidos 16 cuadros; hoy hay 29 en en el Museo de Bellas Artes Manuel Belgrano de Moreno, y una cantidad similar, a partir de la próxima semana, en el Teatro Argentino de La Plata.
-¿Se planifica una exposición permanente o, en principio, su carácter será itinerante?
-Se está trabajando con el Municipio de Moreno en un proyecto de refacción y reacondicionamiento del Museo Florencio Molina Campos ubicado en esa localidad, que actualmente y por falta de mantenimiento no se encuentra en condiciones para poder albergar la obra y mantenerse abierto para exhibiciones permanentes. Además, estoy en gestiones para planificar futuras exhibiciones y abierto a propuestas de entes públicos y privados, ya que para eso hay que garantizar la seguridad, cobertura de seguros y participación de empresas idóneas para el traslado.
-¿Cuántas obras de arte se recuperaron?
-La colección de bienes de la Fundación es amplia y diversa. Lo que mayor valor histórico y cultural presenta, sin duda, son las obras pictóricas. Próximamente se estará concluyendo el inventario y, frente a declaraciones públicas del presidente desplazado, prefiero no dar números parciales. No todas las obras son de Molina Campos, y en el número de cuadros que denuncia como entregados se encuentran cuadros que no son de Molina Campos ni de artistas reconocidos. Hay uno firmado por un tal “Pelele”. No quiero entrar en controversias, pero quieren pasar públicamente un “Pelele” por un “Molina Campos”.
-¿Cuál es el presente y futuro de la Fundación? ¿Qué ocurrirá con los directivos destituidos?
-Se está terminando el inventario. Del cotejo de éste con los objetos entregados e inventarios anteriores se investigará si hubieron hechos cometidos en perjuicio de la Fundación. Se está trabajando en una auditoría de los estados contables de períodos anteriores para regularizar la situación de la Fundación con la AFIP y la IGJ. Cuando asumí, la Fundación tenía la CUIT dada de baja. Esto determinará el futuro de la Fundación. Mi actuación es provisoria y se convocará a la integración de un nuevo consejo de administración que pueda concretar el objeto social principal de la entidad: reunir la mayor cantidad de obra y bienes del artista, y exhibirlo al público. En el corto plazo, es muy importante continuar con muestras que pongan en valor al artista y la historia de esta Fundación, creada en honor al pintor por familiares y amigos, y que requiere de una gestión administrativa, económica y cultural que esté a su altura.
-¿De qué forma está colaborando Gonzalo Giménez Molina, único familiar vivo del artista, quien desde 2008 dejó de integrar la Fundación, en el proceso actual de revisión del legado por el que debe velar esta entidad?
-Gonzalo se encuentra colaborando con la intervención de la Fundación y con el equipo de profesionales del Instituto Cultural de la Provincia en la revisión de inventarios y catalogación de obras. Compartimos el objetivo de que esta obra de su abuelo cuente con la protección de bienes de interés histórico, artístico y cultural para que no pueda venderse, gravarse o embargarse, para proteger el patrimonio de la Fundación. Además, alienta y acompaña a que continuemos con acciones culturales, muestras y exhibiciones de las obras recuperadas con los cuidados que merece.
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