Saraceno en Francia: de la tierra al sol en un castillo del siglo XIII
La muestra impulsada por la coleccionista francesa Garance Primat, recorre el imaginario creativo del artista argentino en un entorno natural excepcional
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MASSIGNAC, Francia.- Una tarde de verano lejos del mundanal ruido, un castillo del siglo XIII, con una sala de exposiciones digna de un museo, aquí inauguró ayer Du sol au soleil, “De la tierra al sol”, la última muestra del artista argentino Tomás Saraceno (Tucumán 1973), con curaduría de Rebecca Lamarche-Vadel, por iniciativa de Garance Primat, mecenas y fundadora de la Colección Dragonfly.
En su trayectoria meteórica, global y multidisciplinaria, Saraceno conquistó años atrás Carta Blanca para una muestra de 10.000 metros cuadrados en el Palais de Tokyo; ocupó con tensores arácnidos la sala del Padiglione en la 53a Bienal de Venecia; instaló un mundo suspendido y habitable en la terraza del Met neoyoquino y asombró al público de Buenos Aires con la recordada muestra del Moderno, en colaboración con las arañas laboriosas y, créase o no, ¡argentinas!.
En enero de 2020, sin barbijo, y antes de que pandemia fuera una palabra cotidiana, Saraceno voló con los pies sobre la tierra. Puso en el aire un globo impulsado por el sol. Ese día glorioso conquistó 32 récords, registrados oficialmente en Suiza, al volar sin combustibles fósiles un globo gigante tripulado por Leticia Vásquez, mujer frágil y poderosa, que se ganó el corazón de todos por su pasión y tenacidad. Aquella fue una experiencia emocionante en sintonía con el entorno, según los principios del proyecto Aerocene Pachamama. Dicen los que conocen la inmensidad blanca de las Salinas Grandes, que ese día el viento se detuvo y la tierra le dio permiso al artista para volar su sueño. Así será.
Mundos paralelos y la capacidad de Saraceno para crear lazos: el vuelo de Leticia fue celebrado y apoyado por el conjunto pop surcoreano BTS, como parte de su proyecto Connect. El X-Pop sonó en las alturas jujeñas con la presencia masiva de sus fans: no hay fronteras para el arte, porque habla un idioma universal.
“Aquí y ahora!, decía Aldous Huxley en su maravillosa novela La Isla. Estamos en un campo de pastoreo de vacas raza limousine, consagrado a la cría Bio; al norte de París. Dos horas de TGV con barbijo obligatorio, rigurosamente vigilado (135 francos de multa) … y otro mundo.
Los estanques y las obras de arte enmarcan las torres de piedra del castillo del siglo XIII, transformado con respeto patrimonial en un hotel cinco estrellas, con su colección de arte, una huerta orgánica, restaurante alta gama y una pareja de pavos reales que encontraron su lugar en el mundo.
En este mismo lugar, hace 210 millones de años, la energía del cosmos cayó en la tierra con la forma del meteorito de Rochechouart que dejó un enorme cráter, una huella profunda. Memoria profética citada en el texto curatorial, que fortalece la conexión entre cielo y tierra, una de las obsesiones en la obra de Saraceno.
Du sol au soleil es una muestra gestada en la misma matriz de Aerocene, esa “máquina de pensar y crear” con base operativa en un edificio ladrillero de Berlín. Los grandes momentos de Saraceno lo muestran como el director de una orquesta sinfónica, cada gesto implica múltiples conexiones en el modelo del tejido azaroso y misterioso de las arañas. De la tierra al sol es un recorrido intimista y cercano; una pausa para rendir homenaje a la naturaleza en un entorno privilegiado. Lo que va de la sinfonía a la música de cámara.
La selección de Rebecca Lamarche recorre el imaginario del artista y plantea también nuevas asociaciones con la complicidad de Garance Primat, ¿Es posible un diálogo entre las arañas laboriosas y la libélula del vuelo evanescente que es el símbolo de su colección de arte? “En Domaine des Etangs una araña y una libélula unen sus fuerzas para contar una historia de vida, de eso se trata”, recuerda Rebecca Lamarche Vadel, curadora y directora de la Fundación Lafayette. Un devenir a través del universo humano y no humano, como una coreografía suspendida de jardines flotantes; bellas esferas espejadas, que cambian con la luz y el movimiento; nubes suspendidas como se vieron en Venecia. Son 20 obras históricas e inéditas, desde 2016 hasta hoy.
Cuando el mundo mira en suspenso y con curiosidad la carrera de millonarios vuelos espaciales que amenazan el ecosistema, Saraceno propone un camino poético; una invitación a pensar juntos en nuevos modos de estar en el mundo.
Nunca más cierta y oportuna la reflexión que en estos días, cuando lo inmediato reclama con urgencia el cuidado de todos y cada uno. Nadie se salva solo, solidaridad sensorial con el planeta.
Desde 2019, con el programa desarrollado por el equipo multidisciplinario de Saraceno, existe la aplicación Aracnophilia, que permite observar los secretos de la tela de araña y consultar los oráculos de Spider-web. El proyecto fue presentado en la última Bienal de Venecia con enorme convocatoria.
La muestra de Domaine des Etangs, abierta hasta abril de 2022, culminará con Movimiento, una instalación permanente y monumental. Será un site specific imaginado por Tomás Saraceno como una estructura aérea, que “será a la vez tela de araña y nube, una escultura que quita el velo a perspectivas inaccesibles de otro modo”.
La construcción suspendida en el aire como las Clouds venecianas, estarán sostenidas por la acción del aire y el sol y se desplazarán con el viento. Estos nuevos mundos móviles, llamados por el artista Aeroglyphie, estarán equipados con Aerocene Backpack, un registro permanente de los desplazamientos en el espacio. Grabarán la huella en el cielo de esos movimientos, que luego podrán ser contemplados por los visitantes en realidad aumentada con la aplicación Aerocene.
Será otro un vuelo creativo de Tomás Saraceno, que esperamos ver in situ en 2022. Desde la magnífica atalaya de la campiña francesa, todo parece posible. Hasta escribir en el cielo.
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