Samanta Schweblin invita a dar un paseo por la imaginación del lector
La autora de “Distancia de rescate”, entre otros libros premiados, viajó desde Alemania para inaugurar el encuentro de lectura que se hace en Resistencia hasta el viernes. “Mi propuesta es pensar juntos cómo funciona la imaginación cuando leemos o escuchamos una historia”
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De Berlín al Chaco, con un paso fugaz por Buenos Aires: así fue el camino emprendido estos días por Samanta Schweblin, que viajó especialmente al país para brindar, en el Día del lector, la conferencia de apertura del 27º Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura. La escritora argentina, que reside en Alemania, eligió una de las palabras del lema de la edición 2022 (“Lectura, imaginación y conocimiento”) para invitar a los asistentes a dar “un paseo por la imaginación del lector”.
“Todos somos grandes consumidores de contenidos, vivimos saturados de información. Pero cuando escuchamos una historia que nos interesa, que nos atrapa, entonces nos concentramos, miramos y escuchamos con verdadera atención. El tema del Foro de este año es la imaginación, y mi propuesta en la conferencia es pensar juntos, de la forma más practica posible y desde nuestra propia experiencia como lectores, cómo funciona la imaginación cuando leemos o escuchamos una historia; qué es lo que nos fascina y porqué, y cómo nos impactan esas impresiones”, dijo Schweblin a LA NACION antes de embarcar para volar de Buenos Aires a Resistencia, sede del encuentro durante tres días.
Después de las suspensiones obligadas por la pandemia, el Foro volvió a realizarse de manera presencial con conferencias, debates, talleres, lecturas y visitas a escuelas. Además de la autora de Distancia de rescate, participan, entre otros invitados, Evelio Cabrejo, lingüista colombiano residente en París; el novelista dominicano Rey Andújar (que presentará el sábado a las 18 su novela Candela, en la Casa de la Lectura de Buenos Aires); la escritora peruana Micaela Chirif; la académica mexicana Consuelo Sáizar, coordinadora de la Feria del Libro de Monterrey; María Cristina Ramos; María Fernanda Maquieira; Salvador Biedma; Mario Méndez y Dolores Reyes, a cargo de la conferencia de cierre, “Ganar las aulas”.
Schweblin participó del Foro en 2011, “recién llegada al mundo literario”, como ella misma dice. “Me impactó la cantidad enorme de lectores con los que me encontré. Para mí, es tan valioso visitar la Feria del Libro de Buenos Aires como asistir a este Foro en Resistencia, quizá incluso más, porque son lectores con los que no tengo tanto contacto”, explicó.
En 2013, cuando se fue del país, la escritora donó su biblioteca a la Fundación Mempo Giardinelli, que organiza las jornadas de lectura hace 27 años. “Es la biblioteca que me acompañó desde mi adolescencia hasta que me fui. Ahí fueron todos mis ejemplares del boom, heredados a su vez de la biblioteca de mi mamá. También, ejemplares de autores que considero mis primeros maestros, como todas y cada una de las colecciones de cuentos de Ray Bradbury, Ballard y Ursula K Le Guin, todo Kafka, Cortázar, Borges, Bioy Casares y Antonio di Benedetto, Silvina Ocampo y Sara Gallardo. Libros de mi infancia de María Elena Walsh y Elsa Bonnerman y, también, colecciones de revistas literarias, como El Pendulo, mi favorita absoluta, V de Vian o La mujer de mi vida”, recordó Schweblin, una de las autoras argentinas más premiadas de los últimos años.
En ese punto, cuando se le pregunta qué le genera recibir tantas nominaciones y distinciones, si finalmente resultan una presión o un desafío a la hora de escribir materiales nuevos, se pone seria y responde: “En algún punto, decidí que es algo que le pasa a mis libros, y no tanto a mí. Creo que tenía miedo, o quizá aún lo tenga, de que algo de esto pudiera acartonarme o limitarme. Cuando publiqué mi primer libro, a mis 22 años, la crítica apenas me dio bolilla, y si dijo algo fue pura amabilidad y cálidas bienvenidas. Aun así, la exposición me aterrorizó tanto que dejé de escribir por dos años y me llevó siete volver a publicar. Quizá de ahí vienen los miedos. Pero es ese mismo temor el que me da la confianza: cuando escribo y estoy realmente conectada con el material, todos estos fantasmas desaparecen por completo y es una de mis señales de que todo va bien”.
En la actualidad, además de continuar con la escritura, Schweblin da talleres y seminarios de escritura creativa. “Y viajo, a veces, para apoyar las traducciones de los libros. El año pasado escribimos con Claudia Llosa, la directora de la versión cinematográfica de Distancia de rescate, un segundo guion juntas. Ahora estoy trabajando en una nueva colección de cuentos, que ya tengo bastante avanzada”, contó.
Sobre el resultado de la adaptación al cine de su novela, se siente una “privilegiada”. “Estoy muy contenta con cómo quedó la película. Sé que decir esto es un privilegio absoluto, porque en general los autores nos sentimos muy incómodos con estas traducciones de la literatura al cine. Pero Claudia Llosa fue muy generosa conmigo en todas las instancias de la producción. Escribimos juntas la adaptación, participé del casting, estuve en el rodaje y en el montaje. Fue un desafío mantener los diálogos con los que está construida esta novela como voces en off, porque en el cine puede cansar, y es una historia que necesita, para funcionar bien, mucha tensión”, reconoció la autora que trajo en la valija ropa para el calor chaqueño y para el frío patagónico.
“Aprovecho el viaje para visitar a mi familia, que vive en Chubut, en Lago Puelo. Así que en la valija llevo abrigo para los -2º grados del sur, y sandalias para los 34º grados del Norte. Pero en Buenos Aires estaré solo dos días, de pasada, y no haré ninguna actividad más que visitar a algunos amigos muy queridos y alguna librería. Está bien también alguna vez desairar un poco a mi querida Buenos Aires”, remató.
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