Salvator Mundi sigue dando que hablar
A medida que se acerca el 18 de septiembre, fecha en que el Louvre Abu Dhabi colgará la pintura de Leonardo Salvator Mundi en sus salas, se agregan nuevas investigaciones que ponen en duda, ahora, el "pedigrí real" de la obra de arte más cara vendida en una subasta. "Perdido y escondido durante tanto tiempo en manos de privados, este Da Vinci es un regalo para el mundo. Pertenece a todos nosotros", dice Mohamed Khalifa Al Mubarak, presidente del departamento de Cultura y Turismo de Abu Dhabi, en el tiempo de descuento de la primera exposición de una "obra maestra revelada".
Lo cierto es que ya en las semanas previas al remate histórico donde se vendió en 450 millones de dólares en Nueva York, el cuadro que para algunos especialistas es el hallazgo artístico del siglo era para otros todavía materia de discusión. Este cristo pintado alrededor del 1500 fue identificado en una muestra en 2011 en Londres como el original perdido de un Leonardo que en el siglo XVII era propiedad de la reina Enriqueta María de Francia, esposa del rey Carlos I de Inglaterra.
Entonces se dudó de la autenticidad de la pintura, se habló de su mal estado de conservación y del derrotero que había sufrido con los años en un pasamanos poco preciso . Y ahora vuelve a generar debate entre los expertos del Renacimiento. La revista especializada The Art Newspaper, por ejemplo, plantea una nueva hipótesis del historiador de arte Jeremy Wood que pone en duda el origen del famoso cuadro.
La historia cuenta que Salvator Mundi estaba hecha para el rey Luis XII de Francia y que aparece en la Inglaterra del siglo XVII, como propiedad de Carlos I, cuando la princesa francesa Enriqueta María se casó con él, en 1625. Hay eruditos que contemplan que ella pudo haber llevado la imagen, que permaneció en sus apartamentos de Greenwich –como propiedad real–. Se la identificó como "A peece of Christ done by Leonardo" (registrada en la Venta de la Commonwealth de 1651), explica The Art Newspaper. Pero ahora la investigación del profesor Wood sitúa un Salvator Mundi de Leonardo en la casa de Chelsea de James, tercer marqués, más tarde duque de Hamilton, entre 1638 y 1641. ¿Cómo podría ser que la pintura estuviera en dos lugares a la vez?
El mismo artículo cita a la especialista Margaret Dalivalle, que como otros estudiosos trabaja en un libro sobre el tema para el año próximo, y explica que no encontró confirmación de que Enriqueta María llevara la imagen, que fue registrado como parte de su dote en 1649, a Francia. Se cree que, a partir de ahora, en el examen de las obras que Hamilton compró y el análisis de los cuadros que heredó se encontrarán las respuestas.
Según publicó el diario El País, hace unas semanas, Matthew Landrus, otro especialista británico del Renacimiento, aseguraba que la obra, adquirida por un príncipe saudí en la subasta que organizó Christie el año pasado, no fue realizada por el maestro italiano sino por uno de sus alumnos: Bernardino Luini.
Sin duda, esta puja entre interrogantes y certezas sobre la procedencia y el camino que recorrió hasta aquí la obra continuará tan apasionante como aquella noche del 15 noviembre en la sala de Christie's de Nueva York. Incógnitas que esperan más respuestas que misterios para 2019, cuando Salvator Mundi llegue a la exposición que le dedicará el Louvre de París.
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