Sale a la venta un Caravaggio que no puede moverse
Es de un banco que fue a la quiebra; el comprador no podrá por ahora llevárselo del lugar en el que está
- 4 minutos de lectura'
ROMA.- Otra vez, una obra de Caravaggio, el pintor maldito, vuelve a dar que hablar. Se trata de Coronación de Espinas, un óleo sobre tela de 125x178 cm que el genio del barroco realizó entre 1602 y 1603 y desde décadas se encuentra en la galería del Palazzo degli Alberti de la ciudad de Prato, cercana a Florencia, en el centro de Italia. Esta joya de Michelangelo Merisi da Caravaggio a fin de mes será subastada junto a varias otras obras de arte de maestros como Tintoretto, Filippo Lippi, Tiepolo y demás, que forman parte de una maravillosa colección que estaba en manos de la ex Banca Popolare di Vicenza, instituto bancario que quebró en 2017, dejando sin nada a 8000 pequeños ahorristas. La colección incluye una Crucifixión de Giovanni Bellini y una Madonna col bambino de Filippo Lippi, también sita en el ya mencionado Palazzo de Prato y otros varios tesoros, guardados en el Palazzo Thiene de Vicenza, en el noreste de Italia, con obras de grandes maestros vénetos que van de Tintoretto a Tiepolo.
El remate de todo este patrimonio extraordinario fue dispuesto para obtener la mayor cantidad de dinero posible para indemnizar a los damnificados, que hicieron juicio a la entidad bancaria colapsada para obtener, justamente, un resarcimiento.
El gran problema es que Caravaggio, que siempre sacude el mercado internacional del arte cada vez que una obra suya aparece en el horizonte, es Caravaggio. Nadie sabe exactamente cuánto puede valer esta “Coronación de espinas”, pintura que representa el momento en el que es puesta sobre la cabeza de Cristo la corona de espinas y en la que salta a la vista la gran mano del pintor en el uso del claroscuro. Hay quienes hablan de un valor de 500 millones de euros.
Por otro lado, y aquí reside el gran nudo de la cuestión, es una obra que, en verdad, aún si llega a ser vendida por cifras así de astronómicas, presenta un pequeño-gran obstáculo. Debido al vínculo que mantiene con la máxima autoridad de tutela del patrimonio artístico del país, la “Coronación de espinas” de Caravaggio (y, además, la Crucifixión de Bellini), no puede absolutamente moverse del Palazzo degli Alberti de Prato, donde se encuentra. Ahora, allí, tiene su sede otro instituto de crédito, Banca Intesa, entidad muy metida en el mundo del arte y dueña de varias obras de valor.
El diario La Repubblica explicó que hay dos juicios pendientes ante el Consejo de Estado para liberar estas dos obras del vínculo que les impide moverse de donde están. Y que, si deberán quedarse en el Palazzo degli Alberti, por supuesto su valor será mucho menor al que podría alcanzar.
Por toda esta situación de lo más compleja, casi toda la colección del banco fundido –que nació en 1866 y en épocas de vacas gordas invirtió en arte- será subastada por la casa de remates Pandolfini. El Caravaggio en cuestión, en cambio, cuyo valor es imposible de estimar, por lo que es mejor que lo decida el mercado, fue objeto de un procedimiento especial. Los comisarios publicaron un aviso de la apertura de los juegos en el Giornale dell’Arte y en dos revistas del sector de Francia e Inglaterra. Antes de fin de mes, quien está interesado podrá manifestar su interés no vinculante. A partir de marzo las ofertas serán vinculantes y, después, se abrirá el diálogo con los posibles compradores. Nadie descarta que pueda aparecer como adquisidor el Estado, que tiene derecho de preferencia.
Aunque el gran temor es que la subasta quede desierta, como sucedió hace unas semanas con el Casino dell’Aurora, un maravilloso edificio a metros de la Via Veneto de Roma que la noble familia romana de los Boncompagni-Ludovisi, por peleas de herencia, fue obligada a vender, en un remate que partía de la increíble cifra de 471 millones de euros. El gran tesoro de esta villa es un fresco –el único jamás pintado por Caravaggio- que, naturalmente, también es intocable e inamovible.
Cuestiones que hicieron recordar lo que sucedió en abril pasado con un Ecce Homo de Caravaggio descubierto cuando estaba por salir a subasta para ser vendido por 1.500 euros en Madrid. España de inmediato lo vinculó, es decir, declaró esa pieza “bien de interés cultural”, para darle máxima protección, evitar que fuera vendido y exportado y no se moviera de dónde está.
Más leídas de Cultura
“Un clásico desobediente”. Gabriela Cabezón Cámara gana el Premio Fundación Medifé Filba de Novela, su cuarto reconocimiento del año
Perdido y encontrado. Después de siglos, revelan por primera vez al público un "capolavoro" de Caravaggio
Esta tarde. Se presentó un libro que recorre vida y obra de un notable médico en el Museo Mitre