Sacó de la pared un mural de Banksy en Ucrania y dice que ahora es objeto de una investigación penal
Cerca de Kiev, las pinturas del grafitero anónimo son una fuente de inspiración, pero un activista habría llegado demasiado lejos; se reedita una pregunta: ¿de quién son las obras de arte que están en la calle?
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Kiev, Ucrania.- Para muchos ucranianos, las siete obras de arte callejero que el artista británico Bansky pintó el mes pasado en los edificios devastados por la guerra en Kiev y sus alrededores fueron un llamado a resistir y un mensaje de resiliencia. Pero al menos un activista le encontró otro tipo de provecho: sacó una de las obras, diciendo que su propósito era subastarla y donar lo recaudado al Ejército ucraniano.
El activista, Serhiy Dovhyi, dice que ahora es objeto de una investigación penal por retirar la obra de un paredón de Hostomel, un suburbio de la Kiev. Era la imagen de una mujer en bata de baño, con máscara de gas y un matafuego en la mano, simbolizando la intrusión de la guerra en la vida doméstica. Un marchand de arte de Ucrania estima que la obra podría venderse por hasta un millón de dólares.
En tiempos de guerra, las autoridades locales son designadas por los altos mandos militares. El hombre puesto al mando de Hostomel por los militares les dijo a los periodistas locales que la obra tendría que ser incluida en un futuro monumento conmemorativo de la guerra o quedarse donde estaba, como parte de un futuro edificio.
No es la primera vez que una obra de Bansky ha sido objeto de disputa. En 2014, una pintura de Banksy sobre madera enchapada apareció en el Club Broad Plain Boys de Bristol, Inglaterra. El dueño del club, Dennis Stinchcombe, planeaba subastar la pintura para recaudar dinero para el club, pero la ciudad intervino asegurando que esa representación de una pareja abrazándose y mirando sus teléfonos celulares le pertenecía al municipio. En una inusual intervención pública, Banksy escribió una carta diciendo que la obra debía usarse para ayudar al club.
En el caso de Ucrania, Dovhyi dijo en una entrevista que había que salvar la obra de arte de la inminente demolición ya programada de la pared donde estaba pintada. El activista agregó que el acto de retirar el grafiti, que se ocupó de documentar en video, era un acto adicional de arte escénico que podía aumentar su valor.
Dovhyi retiró el grafiti de la pared de Hostomel el 2 de diciembre, pero primero tuvo que quitar la capa de aislamiento del exterior del edificio en ruinas. “A diferencia de una obra de arte colgada en el Louvre, el arte callejero no le pertenece a nadie”, dijo Dovhyi. En cualquier caso, su acción desató un debate en Ucrania sobre el futuro de las obras realizadas por Banksy localmente. Su arte apareció en las localidades suburbanas de Hostomel, Irpin y Borodyanka, donde a principios de la guerra murieron cientos de civiles, víctimas de ataques aéreos, de artillería, y ejecuciones sumarias.
Hace casi dos décadas que al artista mantiene su anonimato bajo el seudónimo de Bansky, autor de obras con tintes sociales y políticos que fue dejando en las calles y lugares públicos de Nueva York, Londres, Cisjordania y muchos otros países. Algunas obras de Bansky también han incluido trucos publicitarios. En 2018, su pintura Niña con globo se autodestruyó en una trituradora a control remoto momentos después de que Sotheby’s en Londres la subastara por 1,4 millones de dólares. El mensaje encubierto sobre los excesos del mercado del arte solo incrementó el valor de la obra: Retitulada Love Is in the Bin (“El amor fue a la basura”), el año pasado Sotheby’s la revendió por 25,4 millones de dólares.
Pero Banksy también hace todo lo posible para regular la reventa de sus grafitis y evitar falsificaciones, y trabaja con un equipo que se ocupa de autenticar sus obras. Los marchands y las casas de subastas de renombre solo venden obras de Banksy certificadas.
Banksy ya había vendido algunas de sus obras para ayudar a Ucrania. En marzo, donó las ganancias de la venta de una de sus pinturas al hospital de niños Okhmatdyt, en Kyiv. Dovhyi argumenta que las necesidades del ejército durante la guerra justifican el intento de vender la pintura que retiró de un muro en Hostomel. “Quería capitalizarlo al máximo posible, para destinar todo el dinero a fines humanitarios y de ayuda a los militares.” Pero no bien el activista cortó la losa de aislamiento para retirar la pintura, apareció la policía, confiscó la obra, y detuvo a Dovhyi y a otros en su grupo para interrogarlos. Dovhyi dice que se lo investiga por daños a la propiedad, un cargo menos grave que el de vandalismo. Hasta el momento, no ha sido formalmente acusado.
(Traducción de Jaime Arrambide)
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