Rosario arde: en el clima preelectoral, la agenda cultural suma a la Feria del Libro el desembarco de Bienalsur
ROSARIO.– A dos semanas de las elecciones que consagrarán al futuro gobernador de la provincia y al nuevo intendente de la ciudad, la agenda cultural de Rosario está más que completa. En medio de un sinnúmero de muestras, presentaciones, talleres gratuitos, conciertos y lecturas, dos acontecimientos de carácter internacional palpitan, para decirlo con el título de una novela de Luis Gusmán, en el corazón de junio.
Con la presencia del gobernador Miguel Lifschitz, la intendenta Mónica Fein y la presidenta de la Fundación El Libro, María Teresa Carbano, se inauguró el jueves en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa (San Martín 1080) una nueva edición de la Feria Internacional del Libro de Rosario, evento que retornó en 2018 a los pagos del autor de El mundo ha vivido equivocado, luego de diez años de ausencia. A diferencia de Buenos Aires, la entrada a la FIL de Rosario (que se extenderá hasta el lunes 10) es libre y gratuita.
"La Feria volvió a la ciudad de Rosario a partir de una decisión política de la intendenta, que convocó a las editoriales y librerías rosarinas -dice Guillermo Ríos, secretario de Cultura y Educación de Rosario-. Se ha privilegiado que las librerías y editoriales de la ciudad tengan un lugar especial, para hacer visible los materiales que producen, sobre todo los de los sellos independientes". En esta ocasión participan 42 expositores, entre editoriales, librerías y espacios institucionales. Para los visitantes, uno de los mayores atractivos reside en las propuestas de los sellos locales, como Homo Sapiens (editorial y librería que en 2020 cumplirá 40 años de vida), Baltasara (que cumple diez años en 2019) y la impar Iván Rosado. Por otro lado, la municipalidad cedió a trece sellos un stand para que mostraran y comercializaran sus trabajos "made in Rosario". Allí están Casagrande, Serapis, Último Recurso, Ciudad Gótica, El Salmón, Le Pecore Nere, Aguará, QueSapa, Yair Ilustrado, Listocalisto, Truenos & Misterios, Libros Silvestres y Editorial Biblioteca (de la legendaria Biblioteca Vigil, clausurada por la última dictadura y reabierta en 2013), con libros para todo público. Capítulo aparte merecen las ediciones de la Editorial Municipal de Rosario, que publica colecciones de poesía, novela corta, fotografía e historieta.
Luego de un comienzo titubeante, a causa del clima destemplado y los bolsillos de fin de mes, el Fontanarrosa se colmó de público y las ventas repuntaron respecto de los primeros días. La programación, que incluye más de ciento cincuenta actividades bajo techo y en la plaza Pinasco, se puede consultar aquí.
El escritor homenajeado por la Feria este año fue nada menos que el narrador, novelista, poeta, ensayista y traductor Elvio Gandolfo. Acompañado por Leonardo Berneri, que lo definió como una "brújula en el mapa de la literatura contemporánea", Gandolfo brindó una cálida conferencia inaugural. Nacido en San Rafael en 1947, el autor de Mi mundo privado y Los lugares creció en Rosario con su familia. "Cuando ingreso a Rosario en ómnibus, por bulevar Oroño, me suelo fijar que el pasillo donde vivimos tantos años con mi familia siga en pie. También he pasado por un pedazo de calle San Juan que tiene la misma tienda, la misma ferretería y la misma vidriera", contó Gandolfo a la audiencia el viernes pasado. En su discurso, el escritor señaló la preeminencia de tres ciudades en su vida y en su obra literaria: Buenos Aires, Montevideo y, desde luego, Rosario.
Ya visitaron la ciudad el colombiano Jorge Franco y los argentinos Guillermo Martínez, Martín Kohan (que acompañó al ensayista Alberto Giordano en la presentación del segundo tomo de sus "diarios de Facebook"), Francisco Bitar, Mariana Travacio, Tatiana Goransky y Tute, entre muchos otros. Y en las próximas jornadas, Luciana Peker, Thelma Fardin, Enzo Maqueira, Juan José Becerra, Rep y Juan Sklar, por mencionar solo a algunos participantes de una extensa lista.
Desembarca Bienalsur
A partir de hoy, diversos espacios culturales de Rosario se convertirán, otra vez, en sedes de Bienalsur, la bienal de arte que este año se inició en Tierra del Fuego. Con presencia de funcionarios, artistas y gestores culturales, esta tarde se inaugurarán cuatro muestras, entre las que se destaca Dos museos y un río, en el Macro-Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, más conocido por locales y visitantes como "los silos pintados" situados en una de las márgenes del Paraná.
Al cuidado de Ticio Escobar, la exposición reúne más de un centenar de obras del formidable patrimonio del Macro y el Museo Castagnino. "Se parte de un concepto curatorial de lo contemporáneo que no marca un corte de tiempo –dice Escobar a LA NACION–. Lo contemporáneo adopta una posición y señala un enfoque: la perspectiva de la diversidad. Diversidad de épocas, de medios técnicos, de culturas, de géneros". Esa pluralidad puebla las salas del museo, que fueron pintadas de distintos colores, mediante obras de artistas como Francisco de Goya, Fernando Fader, Nicola Costantino, Feliciano Centurión, Guillermo Kuitca y Ananké Asseff. "Cada sala inicia una narrativa que aparece interceptada por ciertas obras, elementos expográficos o colores que rompen la linealidad expositiva y plantean problemas a la propia narrativa; la desvían, la interceptan, la interpelan", indica el curador. Se exhibirá, además, el fotomontaje de Grete Stern adquirido por el museo en la reciente edición de arteBA. "Lo contemporáneo es fundamentalmente anacrónico", postula el autor de La belleza de los otros: arte indígena del Paraguay. Por intermedio de Escobar, la Bienal Internacional de Curitiba, aliada regional de Bienalsur, donará al Macro una obra de la artista brasileña Juliana Stein.
En el Museo de la Memoria, Leo Núñez presenta Desilusiones ópticas, una instalación que reflexiona sobre el Mundial de Fútbol de 1978, evento deportivo que fue utilizado por la dictadura como una herramienta de propaganda política. En la misma sede, se expone Burladero, un conjunto de obras de Esteban Álvarez realizadas con chapas de zinc abolladas que aluden a ese verde objeto de deseo (el dólar estadounidense) y las protestas de los ahorristas defraudados por el "corralito" en la antesala de la crisis de 2001. Y Eduardo Basualdo emplaza en el Museo de la Ciudad una obra de dos rejas metálicas que ya había sido expuesta en la primera edición de Bienalsur, en 2017.
A cuatro años de la primera marcha de Ni Una Menos, desembarcarán mañana en el Centro de Expresiones Contemporáneas integrantes del Proyecto NUM para alumbrar Recuperemos la imaginación para cambiar la historia, una propuesta de acción feminista surgida al calor de las históricas marchas, que alentaron debates y transformaciones en la sociedad argentina. El proyecto artístico tuvo origen en el libro homónimo compilado por Laura Arnés, Nina Kunan, Lucía Reissig, Mai Lumi y Eugenia Salama; de la muestra participan Ana Gallardo, Camila García Reyna, Fátima Pecci Carou, Federico Hurtado, Gabriela Cabezón Cámara y más artistas y activistas.
En esa misma sede ribereña se podrá apreciar Curvilíneos, escultura de una grande del arte argentino, Noemí Escandell. Y en el Centro Cultural Parque de España, también situado en la amplia costanera rosarina, se abre la exposición Ensayos sobre el trabajo, con obras de artistas nacionales e internacionales como el tunecino Ali Tnani, el chino Chieh-Jen Chen, el español Rogelio López Cuenca, el uruguayo Diego Massi y los argentinos Federico Mattioli, Antonella Aparicio y Viviana Zargón, entre otros. Como las muestras de Bienalsur estarán abiertas al público desde el otoño hasta bien entrada la primavera, en Rosario el arte florecerá durante todo 2019.
Para más información sobre Bienalsur (que ya se aproxima a Buenos Aires), clic aquí.