Rosa Regàs, la autora que ganó 500.000 lectores con un galardón
La novelista catalana afirma que "sufre y disfruta" con el ejercicio de escribir
La cita inicial de "La canción de Dorotea" (Planeta), la novela con que la catalana Rosa Regàs ganó el año último el Premio Planeta, de España, anticipa que su autora se las trae: "La mayor tragedia para una persona es el deseo de ser diferente de lo que es". El libro -que se lee de un tirón- narra la historia de dos mujeres: una profesora domesticada por el hábito y su empleada doméstica, tan eficiente como siniestra.
Feminista y enérgica, esta reconocida ex editora de 69 años comenzó a publicar a los 52, después de descubrir que "había tenido muchos hijos (cinco) y había plantado muchos árboles, pero que moriría sin haber escrito un libro".
No le fue fácil. "No sabía que era tan difícil escribir. Mis primeras páginas quedaban chatas, hasta que entendí que escribía para saber lo que quería decir. Tenía que hacer intervenir la fantasía, la imaginación, la emoción y la memoria en la creación de un mundo propio, algo diferente a reproducir la realidad", precisó.
El día en que fue consciente de ello, Regàs imprimió una ruptura a su destino. Se empleó como traductora en las Naciones Unidas y dejó "un lugar libre" en su mente para la creación. Su irrupción en el mundo literario se hizo oír: en poco más de una década ganó los premios Nadal y Barcelona.
Ganar tiempo y lectores
En Buenos Aires, durante la entrevista con LA NACION, afirmó que el galardón le permitió comprar tiempo y ganar lectores. "Las preocupaciones económicas merman y eso da más tiempo, no para escribir, sino para caminar, para mirar el cielo y las calles, para perderlo y no hacer nada. La mayor satisfacción fueron los 500.000 lectores que gané y que de otro modo no hubiera podido imaginar", dijo.
-¿Es usted de las que sufren o disfrutan cuando escribe?
-Lo sufro y lo disfruto. Me cuesta mucho entrar en el mundo de la ficción, y eso me genera muchas angustias. Luego, cuando entro en ese mundo que me obsesiona, me produce un gran dolor entrar en mí misma y develar asuntos que no reconozco como propios. En ese otro mundo estoy tan desconectada del exterior que apenas tengo conciencia de mí misma.
-¿Su trayectoria como editora influyó en su oficio de escritora?
-Son dos mundos distintos. Tal vez influye la cantidad de lectura que uno tiene como editor. Sobre todo en una editorial pequeña como la mía (La Gaya Ciencia), donde todo pasaba por mis manos. Pero el juicio que tengo sobre otras novelas no puedo aplicarlo a las mías, porque no soy capaz de juzgarme. En la parte editorial uno está del otro lado. Tal vez por eso soy tan complaciente con mis editores, una labor que desarrollé por 20 años.
-¿Cree que la humanidad produce más libros de los que puede leer?
-Sí, lo creo. Pero también produce más alimentos de los que puede consumir y sólo una parte muy pequeña llega donde tendría que llegar. Tal vez para que los libros y los alimentos lleguen haya que producir muchos más.
-En el triángulo integrado por el escritor, el editor y el crítico, ¿hay un orden de importancia?
-El editor y el escritor son indispensables. No así el crítico, que en principio tiene que ayudar a discernir lo que un lector puede elegir. Hay críticos que te ayudan a discernir y otros, a caer. Esto también ocurre con los autores y los editores. Algunos te ayudan a amar la literatura y otros, a detestarla. Quizás el crítico tiene más poder de manipulación sobre el público y una responsabilidad mayor porque incide en la elección del lector.
-En el mundo actual, ¿el odio pesa más que el amor?
-No creo que sea tanto el odio, como el resentimiento y el anhelo de tener éxito y dinero, que parecen las dos únicas metas de los ciudadanos del mundo. Es la ambición lo que crea el malestar y las guerras. En América latina y en Europa, mientras el deseo de la gente va por un lado, los gobiernos van hacia el otro. En España existe la necesidad de crear una estructura contra los golpeadores y torturadores de mujeres. Este año han muerto casi 70 mujeres por esta razón. Pero los políticos no van a sus funerales, porque esto no significa votos.
Perfil
Editora: nació en Barcelona en 1933. Trabajó como editora en Seix Barral y fundó su propia compañía, La Gaya Ciencia.
Autora: escribió cuatro novelas y varios relatos, como "Luna lunera", "Azul" (con la que ganó el Premio Nadal en 1994) y "Sangre de mi sangre". El año último recibió el Premio Planeta por "La canción de Dorotea".