Rodolfo Terragno: "El Colón tiene que ser declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad"
El flamante embajador argentino ante la Unesco presentará también un proyecto para desclasificar documentos de la última dictadura
PARÍS.- Hace un mes, cuando Rodolfo Terragno asumió en París sus funciones de embajador argentino ante la Unesco, traía en su valija diplomática, no uno, sino varios proyectos de envergadura en el terreno de la educación, la ciencia y la cultura. Uno de los más simbólicos será sin duda lograr la inscripción del Teatro Colón en la lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad. "Hay muchos otros", confirmó el flamante embajador durante una entrevista con LA NACION. "Éste es un lugar ideal para afianzar la posición de la Argentina en materia cultural y científica. En lo cultural tengo muchos proyectos de distinta índole", precisó.
Cuenta que, apenas llegó, sus homólogos de México, Chile, Estados Unidos, Rusia, España y Brasil organizaron un almuerzo de bienvenida. Y enseguida corrige: "Yo digo embajadores, pero, en realidad, los representantes de estos últimos cuatro países son mujeres. Fue un momento encantador".
Para Terragno, que sucede en el cargo al pianista Miguel Ángel Estrella, su presencia en un organismo internacional que cuenta con 195 miembros y ocho miembros asociados, no sólo será la oportunidad de aprender de otras experiencias, conocer historias de éxitos y fracasos y ver lo que el mundo puede aportarle a nuestro país: "También será la ocasión de mostrarle al mundo lo que significa la Argentina", precisa.
En los pocos días que lleva en París, una vez concluidas las presentaciones protocolares con autoridades de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) y las reuniones de bienvenida, ha puesto en marcha varios de esos proyectos que llegaron con él desde Buenos Aires.
-¿Por ejemplo, el Teatro Colón?
-Exactamente. La Unesco atribuye la condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad a sitios de cultura de trascendencia mundial. Eso es el Teatro Colón. Voy a trabajar con la cancillería, la Conaplu, el Ministerio de Cultura y la Ciudad de Buenos Aires, para luego llevar adelante aquí en París la idea.
-¿Tiene esperanzas de que salga?
-No tengo duda de que va a salir. Nómbreme cualquier tenor mundialmente famoso; no hay ninguno que no haya cantado en el Colón, desde Caruso hasta Pavarotti. Y ahí tocaron Strauss, Stravinsky... Pasaron directores como Toscanini, bailarines como Nureyev, bailarinas como Anna Pavlova y Margot Fonteyn. Y argentinos universales, como Barenboim, Martha Argerich, Julio Bocca? Además, el edificio del Colón, por su magnitud -el teatro de ópera más grande del mundo hasta que se construyó el de Sydney-, por su arquitectura, y por su acústica, es un templo musical como muy pocos.
-¿Cómo lo recibió la organización? ¿Le parece un monstruo difícil de doblegar?
-Yo tenía percepciones previas de mi adolescencia, cuando coleccionaba El Correo de la Unesco. Siempre me interesaron las materias que trata la organización. Mi libro Argentina Siglo 21 es un proyecto de desarrollo económico para nuestro país, pero basado en la educación, la ciencia y la tecnología. De modo que el nombramiento me produjo una enorme alegría.
-También se reunió con la actual directora general del organismo, Irina Bokova. ¿Hablaron sólo de asuntos protocolares?
-No. También solicité la desclasificación de documentos relativos a todas las denuncias que recibió la Unesco durante la dictadura.
-¿Qué le contestó?
-Que lo iban a atender. Pero además, como la Unesco está muy comprometida con el programa sobre protección de monumentos históricos sujetos a la depredación de las guerras y el terrorismo, le informé que el Ministerio de Cultura de la Argentina acaba de firmar con Italia un acuerdo para aportar técnicos a ese programa. Ella aún no lo sabía y le produjo una verdadera satisfacción.
-Asimismo, tiene en carpeta un programa de envergadura en terreno científico?
-Estoy apoyando los trabajos del Ministerio de Ciencia y Tecnología sobre medicina de precisión. Ésta se basa en la variabilidad genética, porque las mutaciones, las combinaciones y las recombinaciones de genes abren un campo nuevo para el diagnóstico y la terapia. Y aquí en la Unesco hay un reservorio de información científica.
-En educación, seguramente su tarea será la promoción del proyecto del presidente Mauricio Macri, cuando prometió una "revolución educativa en la Argentina".
-La gran tarea que se nos plantea en el futuro inmediato es cómo conciliar educación de calidad e inclusión social. Y también en este terreno la Unesco es una fuente enorme de posibilidades. La organización tiene excelentes programas ya en marcha a los que podríamos recurrir. No hace falta comenzar todo de cero.
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