Rodeado de amigos, Vargas Llosa celebró su “inmortalidad” en España

MADRID.– Solo un selecto número de amigos y familiares de Mario Vargas Llosa acompañó al autor en París cuando el pasado 9 de febrero se realizó el acto de ingreso en la Academia Francesa. Por eso, la Fundación Internacional para la Libertad (FIL) y la Cátedra Vargas Llosa convocaron esta tarde a una íntima reunión en la capital española, donde reside el Premio Nobel, para celebrar su distinción. Javier Cercas, Sergio Ramírez, Gioconda Belli, Arturo Pérez-Reverte, Andrés Trapiello, Pola Oloixarac y la exdiputada Cayetana Álvarez de Toledo, entre otros autores, acudieron a la cita.

La Academia francesa, fundada por el Cardenal Richelieu en 1635, confiere a sus miembros el estatus de “Inmortales”. Vargas Llosa es el primer autor en lengua no francesa que accede a esa institución. “Está excitado, contento, alegre”, dijo Álvaro Vargas Llosa, el primogénito, antes de que su padre recorriera el elegante salón del hotel saludando uno por uno a los presentes. Luego pronunció algunas palabras al micrófono, escudado por su hijo y el argentino Gerardo Bongiovanni, fundador y presidente de la Fundación Libertad.

“Estoy muy conmovido”, agradeció Vargas Llosa a quienes pudieron acudir al encuentro en un hotel de la zona de Retiro. El escritor le dedicó un mensaje a Sergio Ramírez y a Gioconda Belli, presentes en la sala, los autores nicaragüenses que viven exiliados en España: “Somos una institución liberal que concentra a escritores que son liberales y que no son liberales, pero nuestra exigencia es que sean profundamente democráticos y que defiendan la democracia con argumentos sólidos”.

“Creo que es muy importante que el mercado, y nosotros no tenemos vergüenza de hablar del mercado, realice de alguna manera integral el acercamiento de España y América Latina”, dijo el Premio Nobel. Vargas Llosa expresó además su deseo de que los españoles lean cada vez más a los autores latinoamericanos y viceversa. También se refirió a las crisis política que sufren muchos países de la región y cómo España se ha convertido en un sitio de acogida. La exdiputada Cayetana Álvarez de Toledo, Arturo Pérez-Reverte, el escritor y cineasta David Trueba, Darío Lopérfido, exministro de Cultura porteño, entre otras personalidades acudieron a la cita.

LA NACION conversó con algunos amigos de Vargas Llosa, como Javier Cercas. “El otro día un francés me preguntó qué significa para nosotros Vargas Llosa. Le dije que es nuestro Victor Hugo, pero no es del todo exacto, porque sí lo es en el sentido de calidad, potencia y representatividad, pero en realidad diría que Vargas Llosa es una mezcla de Víctor Hugo y Flaubert porque además tiene un estilo refinado”. Andrés Trapiello, autor de Las armas y las letras. Literatura y guerra civil (1936-1939), dijo: “Estamos aquí para agradecerle. Lo más llamativo de Vargas Llosa es la cordura política que ha tenido siempre. Ha ido contracorriente, con toda libertad de opinión, y ha mantenido siempre una inmensa calidad literaria”.

Sergio Ramírez, ganador del Premio Cervantes, destacó: “Vargas Llosa Es el último de los mohicanos del grupo que transformó la literatura latinoamericana. Es el novelista más completo que tenemos por la diversidad de temas, personajes, escenarios, países, geografías. Estoy seguro de que será leído en los próximos siglos con la misma avidez con la que lo leemos hoy”. Gioconda Belli destacó que La orgía perpetua es el ensayo más bello que haya leído jamás. También recordó con picardía que hubo un momento en su vida en el que no quería a Vargas Llosa por diferencias ideológicas [Belli fue miembro del Frente Sandinista de la Liberación Nacional]. “Destaco que Vargas Llosa fue siempre honesto consigo mismo. Además de ser su devota lectora, lo quiero mucho”.

Escritora y columnista de LA NACION, Pola Oloixarac declaró: “Tengo una relación muy fuerte con la literatura de Vargas Llosa porque crecí en un lugar de peruanos inmigrantes. La casa de mi abuela estaba empapelada con sus novelas”. Divertida conversaba con el autor español Daniel Gascón y el colombiano Carlos Granés.

Con paella, jamón y vino la velada transcurrió sin solemnidad, con el calor de un grupo de amigos que celebra el éxito de uno de ellos.

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