Robo en el Decorativo: “Soy el denunciante de los hechos y el principal perjudicado”, dice el director del museo
Cumplido un mes de conocidos los hechos, hay demandas en la justicia y prórrogas en la intervención, pero las obras no aparecen ni se colocaron aún las cámaras de seguridad
- 6 minutos de lectura'
Cumplido ya un mes desde que se conoció el robo hormiga en el Museo Nacional de Arte Decorativo (MNAD) de once piezas de arte, en el caso hay novedades, aunque no las mejores. Siguen sin aparecer las dos pinturas, tres jarrones y seis botellas de vidrio; tampoco están colocadas las cámaras de seguridad, aunque al 15 de marzo la compra de los equipos se había licitado y adjudicado. La intervención al museo se prorrogó dos meses más y el director suspendido de sus funciones presentó una demanda en la Justicia, en la que dice que fue injustamente separado de su cargo y pide que lo restituyan.
“Siento que las medidas impuestas buscan evadir responsabilidades de mis superiores, hacerme aparecer como responsable único de estos faltantes y aprovechar esta penosa situación para correr arbitrariamente de la dirección del museo a un funcionario concursado, con altas calificaciones e intachables antecedentes”, enuncia Martín Marcos, que llegó a la dirección hace cuatro años y fue separado del puesto luego de que él mismo presentara la denuncia en la comisaría de los faltantes en sus salas. “Solicito se me reponga de inmediato en mi cargo para poder contribuir a la investigación y se revierta mi injustificada y enormemente perjudicial suspensión sin goce de haberes”, concluye en el demanda de medida cautelar con la que inicia un juicio contra el Ministerio de Cultura, con el expediente número 14084/2022 radicado en el Juzgado Contencioso Nº 8 el 28 de marzo, patrocinado por el doctor Renato Móntali, para revertir la resolución firmada por el ministro Tristán Bauer, que lo separó de su función en el MNAD el 26 de febrero pasado.
“Fue prorrogada mi intervención y su suspensión por 60 días más”, confirma a LA NACION Marisa Baldasarre, superior de Marcos como directora nacional de Museos, que desde hace poco más de un mes está al frente del Decorativo. La decisión no tiene que ver con que haya pruebas que lo incriminen. “Es porque aún está en proceso la realización completa del visu del inventario”, explica la funcionaria. Se trata del relevamiento de visualización que implica contrastar ocularmente y describir el estado de conservación de todos los objetos que integran el patrimonio del museo, que son más de 6500 piezas, para corroborar que no falte ninguna obra más. Sobre el tema de la vigilancia remota tampoco hay avances. “Ya se cableó todo el circuito y en breve se instalarán las cámaras”, asegura Baldasarre.
La investigación policial también continúa sin avances. “Estamos trabajando en ello. No creo que antes de los seis meses sepamos algo”, informaron a LA NACION fuentes del Departamento de Protección del Patrimonio Cultural que depende de Interpol, Policía Federal.
La vía judicial
En las nueve páginas del escrito, Marcos hace un minucioso recorrido de los hechos. A las salas donde ocurrieron los robos tiene acceso el público en general, personal del museo, de empresas de limpieza y seguridad privada tercerizadas, como así también de la Policía Federal Argentina y cuerpo de bomberos, detalla el director. “De todos estos últimos el museo tiene registro. No hay cámaras de seguridad ni testigos presenciales de lo ocurrido”, declara.
También detalla las medidas tomadas después de iniciada la denuncia policial y administrativa. Dio inicio a la verificación total de la colección, instruyó al personal de seguridad para que continúe pidiendo la apertura de bolsos y mochilas de toda persona que egresa del edificio las 24 horas y que se vuelva a realizar una verificación de los lockers bajo llave del personal que se desempeña en la institución. “Así se hace, sin novedad”, señala. Decidió, además, suspender la limpieza de las salas del primer piso del Palacio Errazuriz Alvear por el personal de la empresa contratada hasta nuevo aviso. E insistió en priorizar la instalación de los nuevos sistemas de seguridad.
Cuando se le comunicó la suspensión de sus funciones, se declaró sorprendido: “Soy el primer interesado en esclarecer los hechos”. Declara Marcos también en el escrito a la justicia: “Tengo la sensación que se pretende buscar rápidamente una especie de chivo expiatorio sobre la base de presunciones y supuestos que no se condicen con la realidad ni con mis antecedentes”.
Arquitecto, Profesor Titular Regular en las carreras de Arquitectura y Diseño Industrial de la FADU UBA, ha trabajado en la Universidad de Buenos Aires, en el Gobierno de la Ciudad, en el Consejo de la Magistratura porteño, en la Corporación Puerto Madero. Entre 1990 y 2000 fue responsable del Centro Cultural Ricardo Rojas y en 2013 la Sociedad Central de Arquitectos le otorgó la dirección del MARQ. Llegó al MNAD tras ganar un concurso, bajo la gestión de Pablo Avelluto. “La DNM [Dirección Nacional de Museos] conocía perfectamente la situación sobre la seguridad en el MNAD y estaba en su competencia hacer las compras y contrataciones necesarias para minimizar riesgos, así como establecer protocolos de seguridad en los museos nacionales de su dependencia –sigue la demanda–. Respecto de la medida de suspensión tomada sobre mi persona tampoco parece justificada ni acorde a los hechos hasta aquí sucedidos”.
Marcos busca antecedentes como los faltantes en el Museo Histórico Nacional: el robo de un reloj que perteneció a Manuel Belgrano o, más recientemente, parte de la colección de monedas greco romanas de sus reservas patrimoniales, implicaron sumarios administrativos de investigación y deslinde de responsabilidades, pero nunca la suspensión sin goce de haberes de los directores. Lo mismo ocurrió cuando se registraron faltantes en el Museo Nacional el Grabado en 2006. “En el propio MNAD, en el año 2000, bajo la dirección de Alberto Bellucci, se produjo el robo de una pequeña, pero muy valiosa, caja de oro que integraba la Colección Zubov. Se sustanció el sumario, se realizó una investigación, la pieza nunca fue recuperada y el director de entonces nunca fue suspendido, ni dejó de cobrar sus haberes. Por el contrario, fue un protagonista y actor clave en la búsqueda de esclarecer el hecho. Siempre el criterio adoptado por la superioridad fue visualizar y presumir a los directores de museos como víctimas y no como sospechosos. En este caso no hay ningún elemento que modifique ese criterio. Soy el denunciante de los hechos y el principal perjudicado. Me parece desproporcionada, injusta, prejuiciosa e infundada la medida de suspensión, sin goce de haberes, que se tomó solo contra mí. Soy responsable, junto con muchas otras personas por debajo y por encima de mi línea funcional y jerárquica, y debemos dar respuestas y buscar la verdad, pero responsable no puede ser sinónimo de culpable. Siento que he sido sancionado severamente de manera arbitraria y sin fundamentos”.
Otras noticias de Arte y Cultura
Más leídas de Cultura
“Me comeré la banana”. Quién es Justin Sun, el coleccionista y "primer ministro" que compró la obra de Maurizio Cattelan
“Un clásico desobediente”. Gabriela Cabezón Cámara gana el Premio Fundación Medifé Filba de Novela, su cuarto reconocimiento del año
Perdido y encontrado. Después de siglos, revelan por primera vez al público un "capolavoro" de Caravaggio
Opinión. De “Fahrenheit 451″ a “Cometierra”: cómo empezó todo