Robaron el bronce del lugar donde se cantó por primera vez el Himno Nacional Argentino
Durante el Mundial, desapareció de Florida al 200 la placa conmemorativa donde estuvo la casa de Mariquita Sánchez de Thompson
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La destrucción del pasado opera de distintas formas. Ahora, el bronce que estaba en Florida 271, que indicaba que en ese lugar había estado la casa de Mariquita Sánchez de Thompson y donde se había cantado por primera vez el Himno Nacional Argentino, el 14 de mayo de 1813, había desaparecido. “Durante sesenta años, en Florida 271, en la que había sido la casa de Mariquita Sánchez de Thompson, una placa contaba que allí se había cantado por primera vez el Himno Nacional Argentino. Desde hace algunos días, el lugar quedó vacío... ¡Hasta el número se robaron!”, escribió días atrás el periodista y escritor Diego Zigiotto en su cuenta de Twitter sobre el triste hallazgo. El tuit que compartió estaba ilustrado con fotos con la placa y sin la placa. En ese lugar actualmente hay un local de la cadena de hamburguesas Mostaza. LA NACION intentó comunicarse (sin éxito) con los responsables del local.
Durante sesenta años, en Florida 271, en la que había sido la casa de Mariquita Sánchez de Thompson, una placa contaba que allí se había cantado por primera vez el Himno Nacional Argentino.
— Diego M. Zigiotto (@dmzigiotto) December 22, 2022
Desde hace algunos días, el lugar quedó vacío...
¡Hasta el número se robaron! pic.twitter.com/maTsQruUVN
En 2020, LA NACION había informado sobre la “guerra del bronce” que involucra una red de mercado negro de alcance internacional y en la que el patrimonio cultural porteño -estatuas y lugares históricos- es a la vez el campo de batalla y la víctima principal.
“El robo de la placa en la que había sido la casa de Mariquita Sánchez de Thompson, en Florida 271, lo descubrí hace un par de semanas -cuenta Zigiotto a LA NACION-. Se suma al robo de placas que hubo también en la que había sido la casa de Manuel Belgrano, en avenida Belgrano 430: allí se llevaron por lo menos tres, de grandes dimensiones. Y también en la que había sido la casa de la familia Escalada, en Perón y San Martín, un edificio hoy abandonado. Esta última placa decía que ese solar lo había donado Josefa de San Martín y Balcarce, una de las nietas del Libertador, al Patronato de la Infancia (Padelai). También falta desde hace un tiempo la que conmemoraba el solar natal de Mariano Moreno, en Moreno 433″.
El autor de Buenos Aires misteriosa y Las mil y una curiosidades de Buenos Aires señala que, si bien hace años se roban diferentes placas recordatorias, “en estos tres últimos lugares habían sobrevivido al vandalismo, pero en estos meses terminaron cayendo nomás”. Para el escritor, especializado en las historias y secretos que guardan los espacios porteños, la solución reside en colocar placas de materiales plásticos o, a lo sumo, mayólicas. “Estas pueden romperse, pero no tendrían valor comercial sostiene-. De plástico, incluso, hasta se podría hacer una campaña de reciclaje y mostrar que el resultado es conmemorar diferentes lugares históricos”.
Consultado por LA NACION, el subsecretario de Paisaje Urbano, el arquitecto Juan Vacas, confirmó que el espacio público, los monumentos y obras de arte de la ciudad de Buenos Aires “vienen teniendo episodios de vandalismo, destrozos y robo de metales y bronces, desde hace mucho tiempo”.
Y agregó: “Si bien esto se da también en otras ciudades del mundo, acá el contexto económico y social no ayuda y lamentablemente repercute en lo que es de todos -afirma-. Es importante destacar que el trabajo que implica reponer piezas, restaurar y en muchos casos volver a comprar, se vuelve complejo, lleva tiempo y mucha mano de obra. La ciudad es la casa de todos, es increíble que veamos lo qué pasa en determinadas situaciones donde todo se destruye como si fuera de otro y no se dimensiona lo que cuesta volver a poner en condiciones”.
Es un lugar común decir que las personas, comunidades e instituciones que engrandecieron el país con sus actos y obras han pasado a la historia y quedarán por siempre en el “bronce”. Por la prolongada crisis socioeconómica, eso es cada vez menos evidente y habría que idear una nueva expresión.
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