No es precisamente un reboot ni volver a cruzarle el paso a Brandon, Dylan, Brenda, Kelly, Donna o Steve. No, aquellos posadolescentes aventajados (salvo los gemelos Walsh, esos sapos de otro pozo) que brillaban bajo el sol californiano y vivían situaciones más dignas de un culebrón que de una dramedy juvenil, efectivamente se despidieron de nuestras vidas cuando en mayo de 2000, tras 10 temporadas, finalizó Beverly Hills 90210. Esto es otra cosa: se trata de una nueva "Beverly Hills" (llamada escuetamente BH90210) que se verá a partir del 7 de agosto, pero donde a lo largo de seis capítulos los actores que enamoraron a toda una generación harán de ellos mismos en versiones ficticias. El motivo de la reunión de estas exestrellas, cuya relación continuó fuera de los sets, es intentar producir nuevamente la serie, retomando así sus personajes, para, acaso, recuperar la vieja magia, sin importar que hoy peinen canas (eso sí, con look actual y renovado), sean padres y ya no beban de la fuente de la juventud. Claro que la cosa viene con condimentos acordes a los tiempos que corren: ironía y autoconciencia. Como aseguró Jason Priestley (el adorado Brandon) en una entrevista, "es gracioso y un poco trágico al mismo tiempo, pero eso es lo que lo hace divertido".
El hecho de esta vuelta (o algo así) es tan feliz como impensado a la luz de dos sucesos devastadores: la enfermedad de Shannen Doherty (aquella Brenda Walsh que ganó tanto amores como odios en el público norteamericano), diagnosticada en 2015 con un cáncer de mama que hoy está en remisión, y el fallecimiento de Luke Perry en marzo de este año a causa de un derrame cerebral. Sin embargo, aquí están Doherty, Priestley, Garth (Kelly), Spelling (Donna), Brian Austin Green (David), Gabrielle Carteris (Andrea) y Ian Ziering (Steve), añosos pero con actitud, entristecidos por la pérdida de Perry y, aun así, a punto de salir al ruedo en la búsqueda de reeditar, en formato de "show dentro del show", el éxito planetario que los marcó.
Si trataran de hacerlo en la vida real tampoco los culparíamos, Beverly Hills 90210 fue un acontecimiento cultural: pocas series en la historia provocaron spin-offs (Melrose Place, Models Inc.), reversiones (la 90210 que se emitió entre 2008 y 2013), libros que novelizaran sus guiones originales, toda una línea de muñecos que representaban a los protagonistas o una película para televisión que contara su génesis y apogeo (The Unauthorized Beverly Hills, 90210 Story). Y muy pocas se convirtieron en mito.
En una entrevista con Entertainment Weekly, Tori Spelling y Jennie Garth dieron más precisiones sobre la propuesta, que tuvo luz verde de Fox a principios de este año. "Queríamos hacer algo diferente, que causara ruido y que fuera innovador, al igual que lo que fue el show en los 90. Fue entonces cuando se nos ocurrió esta versión", dijo Spelling refiriéndose al team creador que armó junto con Garth, Chris Alberghini y Mike Chessler. Tori, vale recordarlo, es hija del productor ejecutivo de la serie original, el legendario Aaron Spelling. "Queríamos hacerlo con una perspectiva totalmente diferente y fresca, honrando el show", completó Garth. La ilusión se completó con la aparición de las primeras imágenes, un teaser que muestra a cada uno de los actores realizando tareas cotidianas al ritmo de la recordada canción de apertura.
Por supuesto que habrá lugar para un tributo a ese galán jamesdeaneano que fue Perry, para evocar las clases en la West Beverly Hills High School y para rememorar las hamburguesas de The Pit Peach, dinner favorito de la pandilla. Parte del universo que creó Darren Star y que sintonizó con el resto del mundo en los 90, cuando todavía el actual boom de las series estaba lejos.
El fin de la aventura
Fue menos un suceso de público y crítica que un éxito del boca en boca. The Affair llega a su temporada final (la 5ª) con su mecanismo narrativo –contar un mismo suceso desde dos puntos de vista distintos– agotado y muchos cabos sueltos. La serie que arrancó con el romance extramatrimonial de Noah (Dominic West) y Alison (Ruth Wilson) en perjuicio de sus parejas, Helen (Maura Tierney) y Cole (Joshua Jackson), tuvo su momento culminante en la 4ª temporada con el supuesto suicidio de Alison. Para esta útima tanda de capítulos –que adelanta la trama cinco años en el tiempo– se incorpora Anna Paquin como su hija, Joani, quien busca desentrañar el misterio de esa muerte.
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