Retrato de un poeta controvertido
Se cumple medio siglo de la muerte de Gottfried Benn, una de las grandes figuras del expresionismo alemán, autor de influyentes poemas que causaron sensación en la primera mitad del siglo XX, pero también virulentos ataques en su contra
Dos personalidades sobresalen en el campo de la lírica alemana de la primera mitad del siglo XX, aunque ambos cultivaron también con éxito otros géneros: Gottfried Benn y Bertolt Brecht. La poesía de Benn y la de Brecht, contrapuestas en muchos sentidos, sirvieron de inspiración a diversas generaciones y están lejos de haber agotado su repercusión.
Gottfried Benn nació el 2 de mayo de 1886 en Westprignitz, una pequeña localidad de Prusia oriental. De su padre, pastor protestante, heredó probablemente la naturaleza austera y la índole reservada. La madre, Caroline Jequier, provenía de la Suiza francesa y quizás le aportó su inclinación, al menos en el vocabulario de sus versos, por un mundo cercano al Mediterráneo. Al año la familia se trasladó a otro pueblo pequeño, Sellin. El poeta solía recordar con nostalgia el paisaje del terruño y los juegos con sus camaradas. Cursó el Gymnasium humanístico en Francfort sobre el Oder y siguió cursos de filosofía y teología en la Universidad de Marburgo, donde años más tarde, tras la Segunda Guerra Mundial, pronunciaría su célebre conferencia "Problemas de la lírica", en que acuñó la fórmula das Gedicht wird gemacht , algo así como "El poema es fabricado".
Entre 1905 y 1910 estudió medicina en la Kaiser-Wilhelm-Akademie, para médicos adscriptos al ejército. Del interés por la actividad científica quedaron trabajos como su premiada "Etiología de la epilepsia de la pubertad" (1911). Licenciado del ejército por motivos de salud, ejerció como médico especialista en enfermedades del sexo y de la piel. Así sirvió, por ejemplo, en un hospital donde trató a prostitutas y soldados. De esas experiencias surgieron los poemas de Morgue (1912), que constituyen su ingreso en un expresionismo bastante joven todavía, al que Benn no dejó de serle fiel en el período en que los nazis condenaron el movimiento por su carácter cosmopolita, su actitud suprapersonal y por estar, según ellos, infestado de judíos.
Los poemas de Morgue , acogidos con opiniones encontradas en los cenáculos literarios, causaron sensación y furiosos ataques por parte de quienes adherían a las pautas del verso tradicional, musical, rimado, y a una concepción donde la belleza verbal era condición principal. Se los consideró algo así como un puñetazo al plexo solar de los espíritus sensibles, habituados a George, Hofmannsthal y Rilke. Pero en su brutalidad y en su ambientación, donde se pasa revista a las clases trabajadoras y menesterosas, anida una gran compasión por la miseria humana. Durante la Primera Guerra Mundial, Benn fue destinado en calidad de médico a la ocupada Bruselas. De regreso en Berlín, abrió un consultorio especializado en el tratamiento de enfermedades venéreas que mantuvo hasta 1935.
En 1932 fue elegido miembro de la sección de literatura de la Academia Prusiana de las Artes, a la que también pertenecían Thomas y Heinrich Mann. Tras un romance con el nacionalsocialismo que duró un año y medio, desde 1933 hasta 1934, Benn abjuró de esas ideas. Rotos sus lazos con el nazismo, solicitó en 1935 su reactivación como médico militar y permaneció en el ejército hasta el fin de la guerra. A esta etapa la calificó como "la forma aristocrática de la emigración". Instalado en Landsberg an der Warthe, su prosa cristalizó en obras como Doble vida , Zimmer 66 (Habitación 66) y el Roman des Phänotyp (Novela del fenotipo). Su reacción contra la barbarie nazi se lee en el extenso y furioso poema "Monopolio", por ejemplo. Pero los tiempos sombríos ya estaban encima y sus actitudes de opositor, aunque discreto, le valieron la exclusión de la Asociación de Médicos Alemanes. En 1938 llegó a prohibírsele la publicación de sus obras. En su caso, su fugaz adhesión a la política ensució su nombre durante largos años.
La prosa y el verso de Benn poseen un denominador común absoluto que, con su definición de "prosa absoluta" y "poesía absoluta" se plasma en la fórmula Ausdruckskunst (Arte de la expresión). Despojadas de psicologismo, de armonía verbal, de sociologismo u otras "deformaciones" del arte, a su juicio, aspiran en Benn a lo intemporal, permanente, objetivo. La forma lo es todo, el contenido le está subordinado. El habitante del "Quärtar" (Cuaternario), el último de la especie (según fórmulas de Nietzsche, su filósofo predilecto, al que, sin embargo, no acompaña en los raptos líricos del Zarathustra ), eleva el arte a una categoría metafísica. La posesión de cerebro es una maldición que el hombre debe soportar inevitablemente. Así, Benn acuña términos como "perspectivismo", que alude a un múltiple punto de vista en la consideración de las cosas.
En la madurez tardía, escribió los versos perfectos incluidos en los Poemas estáticos , Trunkene Flut (Río embriagado) y Aprèslude , título que combina el inglés con el francés, mezcla que le complacía. El arte, la poesía nada tienen que ver con la verdad -afirma- y se convierten en tristeza, dolor ( Trauer ), ante lo irremediable de la existencia humana. Así se aúnan sus conceptos sobre "lo alucinatorio" y "lo perspectivístico" y valores o desvalores, sentido y sinsentido se convierten en una y la misma cosa.
Después de la guerra volvió a su práctica médica privada y poco a poco fue redescubierto. En ese "comeback", como gustaba decir, menudearon los homenajes y premios, entre los cuales se contó el Georg Büchner, el más preciado de las letras alemanas. Su prestigio, a pesar de sus temporarios errores anteriores, se había restablecido. Falleció a los setenta años, el 7 de julio de 1956.
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