Restaurarán el imponente baldaquino dorado de la Basílica de San Pedro
Los trabajos en esta joya del Vaticano, obra de Bernini, comenzarán el mes próximo y terminarán antes del Jubileo de 2025; con sus famosas columnas, equivale a un edificio de diez pisos, y demandará una obra de unos 700 mil euros
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CIUDAD DEL VATICANO.- El imponente baldaquino de bronce dorado de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, obra de Gian Lorenzo Bernini, será objeto de trabajos de restauración para el Jubileo de 2025. ”Una restauración de gran valor simbólico porque el baldaquino, que se eleva solemnemente sobre el altar mayor, señala con su magnificencia el lugar de la tumba del apóstol Pedro, a quien está dedicada la Basílica Vaticana”, subrayó hoy en rueda de prensa el arcipreste de San Pedro, el cardenal Mauro Gambetti. ”Una restauración exigente y necesaria”, la definió, de carácter “conservador”, “pero también de particular importancia porque se emprendió en la perspectiva del Jubileo de 2025. La obra que el Papa autorizó y que hoy se anuncia, finalizará en diciembre de este año, poco antes de la apertura de la Puerta Santa”.
El baldaquino, tan alto como un edificio de diez pisos, con las famosas columnas retorcidas, es el punto de apoyo de la Basílica, destaca la presencia de Pedro en la Confesión Vaticana y representa la bisagra alrededor de la cual gira toda la arquitectura de la Basílica. La restauración, bajo la dirección técnico-científica de los talleres del Vaticano, la célebre Fabbrica di San Pietro, será de unos 700 mil euros, y estará a cargo de la Orden de los Caballeros de Colón.
”Por qué hacemos esto?, se preguntó Patrick Kelly. “Bueno, en primer lugar, ¡es el baldaquino de Bernini! Una obra maestra única del arte sacro, inmediatamente reconocible e impresionante”. El ingeniero Alberto Capitanucci, jefe del área técnica de la Fabbrica di San Pietro, recordó que el baldaquino, “la única obra en la que se aprecia la colaboración entre Bernini y Borromini, es una asombrosa ‘máquina’ de inspiración procesional, única en su tipo por la monumentalidad”. Tiene casi 30 metros de altura y más de 60 toneladas de peso total, bases de mármol de aproximadamente 2,5 metros de altura y columnas de bronce decoradas en oro de unos 11 metros, que sostienen marcos y cortinas decoradas en los cuatro lados. El techo es de madera, adornado con elementos de bronce dorado. El estado de conservación, más allá de una “degradación significativa del metal”, revela “pátinas oscuras intensas debido a sustancias grasas y partículas atmosféricas ahora incorporadas a las pátinas”. Y en techo de madera hay varias separaciones entre los tablones, elementos ya arrancados, desprendimientos. Frente al progresivo avance de la degradación, la intervención de restauración se considera “más que una buena práctica, una necesidad real de conservación del bien”, y afectará a las superficies metálicas (bronce y hierro), a las superficies de las lápidas y a las estructuras de madera, agregó el ingeniero Capitanucci.
”El plazo previsto para la intervención es de 10 meses, detalló, incluidos los tiempos de adquisición, montaje y desmontaje de las obras provisionales. El inicio de las obras está previsto para la segunda semana de febrero”. La presencia de la obra y de los andamios “no impedirá que las celebraciones papales se desarrollen en el altar mayor”, precisó el cardenal Gambetti.
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