Restauran el salón de actos de la Facultad de Derecho, un espacio emblemático de la cultura porteña
El monumental edificio de la Facultad de Derecho alberga en su interior un tesoro. Tras atravesar la inmensa escalinata, el gran pórtico de columnas dóricas y el Salón de los Pasos Perdidos que da la bienvenida, flanqueado por gigantescas esculturas, se llega al corazón de la construcción: su imponente salón de actos.
Este espacio, reconocido entre los más significativos del país, ha sido testigo, entre otros acontecimientos, del paso de grandes músicos a través de su exitoso ciclo de conciertos y de la graduación de varios presidentes de la Nación. A pesar de ello, han tenido que transcurrir 70 años para su puesta en valor, emprendida gracias a una iniciativa de la Fundación Konex en coordinación con la institución académica.
El gestor cultural, empresario y abogado Luis Ovsejevich, presidente de la fundación que otorga los premios del mismo nombre, ha sido el principal impulsor de la propuesta, que se centró en la restauración de un elemento icónico de la sala: sus 900 butacas revestidas en terciopelo.
Cuando en 2017 se entregaron los Konex de Comunicación y Periodismo, Ovsejevich contempló en primera persona el "deplorable" estado del lugar. Sentado en la primera fila, vio cómo tuvieron que colocarse tablas bajo los asientos para que los asistentes no se hundieran en las butacas. De inmediato, reaccionó y propuso a la dirección de la Facultad materializar una mejora.
Así, se llevó a cabo el retapizado de las butacas, que estaban rotas, descoloridas y con los rellenos vencidos. Lustradores, carpinteros y otros especialistas se encargaron de los trabajos de ebanistería y repintado de los realces dorados de los asientos, que se hizo con purpurina traída de Estados Unidos.
Se acondicionaron los rosetones ornamentales, se añadieron banquetas, se compraron dos pantallas LED para colocar en las paredes y se cambiaron todas las alfombras y el capitoné de las diez puertas de acceso. Se restauraron los manijones, se reparó todo el escenario, se incorporaron medidas de seguridad y accesos para personas con movilidad reducida y ahora se prevé mejorar la iluminación escénica y el sonido. Todo ello bajo la coordinación general de Federico Carenzo y la dirección técnica de la arquitecta Sonia Terreno, quien encabezó la restauración del Colón.
La obra, que comenzó el 4 de enero, se inaugurará el 9 de abril, coincidiendo este año con el 70° aniversario de la sede de Figueroa Alcorta de la Facultad, los 40 años de los Konex y el centenario del Rotary Club de Buenos Aires, ente colaborador.
El proyecto fue financiado íntegramente mediante sponsors: empresas, instituciones y particulares que aportaron dinero según cuatro categorías: platino (donaciones de 10.000 dólares o más) -que tendrán el derecho a uso del salón sin cargo una vez–, oro (5.000), plata (3.000) y bronce (1.000). La recaudación superó todas las expectativas: se reunieron más de 240.000 dólares. Quienes deseen realizar sus aportes, aún pueden hacerlo estos días, y por ello serán mencionados en una placa honorífica que se colocará a la entrada de la sala.
El decano de la Facultad, Alberto Bueres, destaca la relevancia de la actuación y el apoyo de las instituciones y ex alumnos que aportaron dinero espontáneamente. El presidente de la Fundación Konex agregó LA NACION que, entre los benefactores, figuran casos como el de un recién egresado "que aportó mil dólares por haber recibido enseñanza gratuita" o el de particulares como Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría, que colaboró a título personal en la categoría "oro" con igual gesto de agradecimiento por la formación recibida. De momento, ha sido el único político que contribuyó.
Ovsejevich considera que ahora la sala podrá ser alquilada para nuevos actos y eventos destacados, proporcionando una nueva fuente de ingresos para la Facultad y refortaleciendo las actividades académicas y culturales en la institución.
La arquitecta Sonia Terreno destaca de la sala su "majestuosidad", dada "por su gran escala y composición espacial", así como su importancia dentro de la oferta de infraestructuras culturales de la ciudad, ubicada en un área que también integran el Museo de Bellas Artes y el Centro de Convenciones. "Junto con los arquitectos Eduardo Scagliotti y Nora Papa nos encargamos de estudiar la totalidad, de diagnosticar y de proponer. Queda mucho por hacer, pero este esfuerzo inicial le brindó a la Facultad la evidencia de que con una acción sostenida, metódica y profesional, se podrá concluir la recuperación de esta pieza de extraordinario valor", indica.
El vicedecano de la Facultad, Marcelo Gebhardt, agrega: "El salón se usa casi a diario con actividades estrictamente académicas como conferencias, presentaciones de libros, colaciones permanentes de grado que nuclean a no menos de mil personas y visitas de renombre. Se llena de público, pero estaba inutilizable por el uso excesivo que ha tenido y por falta de atención, de manera que el acuerdo de puesta en valor es muy valioso".
Siguiendo la tradición, en el salón prestan juramento los alumnos cuando culminan su carrera de grado y se celebra con éxito indiscutido el ciclo de conciertos gratuitos que actualmente conduce Juan Carlos Figueiras y que desde hace décadas congrega a destacados conjuntos corales y orquestas sinfónicas. Dentro de este evento musical, creado en 1949 -cuando se inauguró el edificio, nueva sede de la Facultad–, se estrenaron allí una gran cantidad de obras sinfónicas nunca antes escuchadas y se presentaron solistas y directores de todo el mundo. Ese mismo año, el filósofo del derecho austríaco Hans Kelsen también mantuvo entre estas paredes un debate con su par argentino Carlos Cossio. Más cerca en el tiempo, el Salón acogió varias entregas de los Premios Konex y, en 2015, el debate de los candidatos a presidir la Nación.
Allí donde en tiempos pasados recibieron sus diplomas de graduación los ex presidentes Arturo Frondizi, Raúl Alfonsín, Eduardo Duhalde y Adolfo Rodríguez Saá, se luce por fin una cara renovada.
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