El fotógrafo, que mañana inaugura una muestra de retratos de porteños, recrea en imágenes una ciudad nocturna y mitológica; en ambas series, la crisis sobrevuela como un fantasma
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Como una criatura sobrenatural, la ciudad tiene varias caras que, depende del momento o el azar, se dejan ver ocasionalmente. De regreso de Barcelona, donde vivió varios años luego de la crisis de 2001, el fotógrafo y director de arte Claudio Larrea (Buenos Aires, 1963) comenzó a perseguir los rostros de una Buenos Aires nocturna, mitológica y semidesierta, poblada de náyades, atlantes, tritones y dioses y héroes de piedra. Un fotolibro reúne parte de esa exploración visual.
En 2021, Luz Castillo, responsable de la Fundación ArtexArte, le propuso publicar un libro con esas imágenes tomadas a lo largo de una década, entre 2010 y 2020. El flamante República de Waires reúne 78 fotos, y textos de la historiadora y curadora María Teresa Constantin (que define a Larrea como un “arqueólogo visual”) y el crítico de arte Eduardo Villar. En el título resuena el nombre que se le dio en Alemania al periodo que va desde el final de la Primera Guerra Mundial al ascenso del nazismo, y que estuvo marcado por la zozobra social: la República de Weimar.
“Regresé a Buenos Aires en 2010, luego de vivir nueve años en Barcelona, con una mirada nueva -dice Larrea a LA NACION-. Con mi compañero, José Manuel Elliot, nos conmovían ciertos paisajes urbanos porteños cuyos estilos, materiales o diseños nos generaban una extraña nostalgia. Mediante esa emoción percibíamos en Baires la existencia de un ‘espíritu’ inmanente que no sabíamos describir. Tal vez por haber estado en Berlín, Praga y Budapest, nos remitía a Europa Central. Así fue como al espíritu de Baires lo rebautizamos Waires, con la W alemana, aproximándonos así a Weimar y su república”. Escaleras, salones y cúpulas; patios, pasajes, puertas y palacios configuran el alfabeto de esta expedición iconográfica.
En República de Waires, las imágenes son las que narran. “Con un lenguaje visual próximo al cine expresionista alemán de Fritz Lang, F. W. Murnau, G. W. Pabst, Robert Wiene, contemporáneos de Weimar, comenzamos a relatar el nacimiento de la República de Waires, en seis capítulos que describen esta república imaginaria y sus instituciones, hogares, ciudadanos, el misterio de la noche, la oscuridad de la crisis, concluyendo en la soledad final del apátrida”, cuenta el fotógrafo.
Todas las fotos son en blanco y negro (este último predomina en la serie). “El blanco y negro fue la gramática escogida para describir el silencio de Waires, este espíritu iniciático con el que la república se funda, presente en la bella y majestuosa arquitectura de sus instituciones -dice Larrea-. El blanco y negro potencia el contraste entre los hogares suntuosos y modestos”. Como en algunas pinturas de Giorgio de Chirico y Alfredo Prior, la presencia de seres solitarios parece acentuar “el carácter ficcional, en algunos casos casi fantasmal, de los ciudadanos de Waires”.
Varias fotos fueron tomadas en terrazas, lobbies, miradores, cúpulas y balcones. “Pude acceder a ciertos edificios emblemáticos de la ciudad gracias a mi participación como fotógrafo de arquitectura en la revista Brando -cuenta Larrea-. El libro no tiene la intención de retratar a la Buenos Aires que formalmente conocemos, sino reflejar un mundo paralelo, oscuro, misterioso y bello: Waires, aquel espíritu que por inmanente nos resulta inefable”. Del Palacio Ortiz Basualdo al Mercado del Progreso, y de la confitería La Ideal al Salón Comedor de la estación de trenes de Constitución, la cámara registra el viaje a una edad más dorada que la actual (al menos en materia arquitectónica).
Para el fotolibro, trabajó con su pareja, el curador José Manuel Elliot. “Fue fundamental, puesto que desde el principio, en 2016 para la galería LEKU, concebimos con él la exposición República de Waires, seleccionando aquellas primeras veintisiete fotos y estructurando el relato de la exposición en seis capítulos. Desde aquella época, ha sido el responsable de la selección, el ordenamiento y la secuencia de las obras que fueron sumándose a los capítulos, según crecía mi producción”. El diseño estuvo a cargo de Juan Manuel Fiuza.
“Los libros fotográficos brindan una oportunidad única, pues permiten contemplar las fotografías en un tiempo y espacio más íntimos. Soy un amante de los libros de fotografía”, revela Larrea, que describe el panorama de la fotografía en el país como muy activo. “Confluyen ferias, galerías y editoriales dedicadas a la fotografía, con un nivel internacional muy respetado -destaca-. Y existe un mercado pujante que apuesta por las obras fotográficas”.
Larrea es autodidacta y los fotógrafos que admira -Horacio Coppola, Eugène Atget, Alfred Stieglitz, Edward Steichen, Walker Evans, August Sander, André Kertész- han sido sus maestros y en las imágenes de República de Waires es posible descubrir homenajes a esos referentes del arte de la luz y las sombras.
En las cuentas de Facebook e Instagram (@claudiolarrea) se pueden ver otros trabajos del artista “wairesiano” que este jueves, a las 18.30, inaugurará Porteños, muestra de retratos en Otto Galería (Paraná 1158). El texto de sala, “Ser es ser en la ciudad”, es obra del porteñísimo Juan José Sebreli y Marcelo Gioffré. “Buenos Aires, una ciudad caminable, amoldada al pie humano, es el sitio donde ese hombre se siente cómodo -se lee-. En las fotos de Larrea hay una exaltación secreta del individuo: es a la vez un asterisco y la terminal nerviosa por donde cruza lo significativo, lo considerable”.
República de Waires cuesta $ 6300 y se consigue en la Fundación ArtexArte, el Malba, el Museo Nacional de Bellas Artes, la Fundación Proa y el Museo MACRO, y en las librerías Eterna Cadencia y Asunto Impreso.