Renunció la directora del Centro Cultural de la Ciencia, que está cerrado hasta nuevo aviso
La nueva gestión de Ciencia y Tecnología del gobierno nacional suspendió el programa de guías que trabajaban en las salas participativas e interactivas del C3, decisión que motivó la salida de Guadalupe Díaz Costanzo, al frente del museo
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Desde que comenzó el año, el Centro Cultural de la Ciencia (C3), museo ubicado en el Polo Científico y Tecnológico (Godoy Cruz 2270), permanece cerrado. La medida se debe a la decisión de las nuevas autoridades de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, a cargo del licenciado en Administración de Empresas y contador público Alejandro Cosentino, de suspender el programa de guías que asistían a los visitantes del C3 (en especial, familias con niños y, durante el ciclo lectivo, grupos escolares con docentes), integrado por 73 estudiantes de universidades nacionales. Esto impide el normal funcionamiento de un espacio que genera actividades culturales y educativas con permanente interacción y estímulo para la participación del público, la cual resulta imposible sin la asistencia de estos facilitadores. Las propuestas de verano del espacio se habían convertido en un clásico de las vacaciones de verano en Buenos Aires para chicos y jóvenes.
Por el cierre de este programa, inscripto en el proceso de reforma del Estado del Gobierno nacional, la directora de Desarrollo de Museos, Exposiciones y Ferias del Ministerio de Ciencia (hoy Secretaría) y directora del C3 desde 2018, la doctora en Física Guadalupe Díaz Costanzo, presentó su “renuncia indeclinable” ante Cosentino y el jefe de Gabinete, el ingeniero Nicolás Posse, que se hizo efectiva este lunes.
En diálogo con LA NACION, desde la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología confirmaron la salida de la directora e hicieron saber que aún no había nuevas autoridades designadas en el centro cultural, donde se estaba “reestructurando todo”. En el C3 trabajan 45 personas; los contratos de otras seis fueron discontinuados por tratarse de ingresos de 2023, así como los de los 73 guías, que cobraban $ 249.000 por un régimen de media jornada.
Unas palabras sobre la situación del querido Centro Cultural de la Ciencia (C3) @ccdelaciencia. Hilemos… pic.twitter.com/jFSRV7DQ4Y
— Diego Golombek (@DiegoGolombek) January 10, 2024
Díaz Costanzo ingresó en 2014 y fue designada directora del Centro Cultural de la Ciencia en 2018. “Entre otros logros -se lee en la carta de renuncia de la exdirectora- podrían mencionarse, el trabajo realizado permitió alcanzar cifras récord de visitantes durante 2023 y un impacto trascendental entre los museos de la región y el mundo, al obtener prestigiosos reconocimientos internacionales en 2021 y 2022, tanto para exhibiciones como para programas educativos”. Entre las acciones implementadas durante su gestión figuraba el Programa de Formación en Educación y Comunicación Pública de la Ciencia, cuya desactivación en forma inmediata motivó su renuncia.
Estos días de verano el Centro Cultural de la Ciencia está cerrado. Es un museo hermoso al que fui varias veces. La suspensión de un programa que incluía que los guías fueran estudiantes de universidades provocó la renuncia de su directora, Guadalupe Díaz Costanzo.
— Sebastián Davidovsky (@vidusky) January 8, 2024
“Dicho Programa permite la articulación con universidades nacionales con el propósito de generar oportunidades de capacitación y aprendizaje para estudiantes universitarios en materia de comunicación pública de la ciencia, en forma similar a los programas de becas de iniciación a la investigación científica, y permite una modalidad de mediación con los públicos característica de muchos centros de ciencias de reconocida trayectoria”-informa Díaz Costanzo en la carta-. Los estudiantes participantes del programa, implementado desde la inauguración del C3 en noviembre de 2015, son esenciales para la experiencia de los públicos con las actividades y muestras que ofrece el C3. Al día de la fecha, y en base a conversaciones con las nuevas autoridades, la continuidad de dicho programa es incierta, lo que conduce también a la imposibilidad de brindar un normal funcionamiento de la institución y por lo tanto de cumplir con las responsabilidades oportunamente asumidas. La situación presente, en la que se considera la suspensión inmediata del Programa, pone de manifiesto una mirada completamente diferente acerca de las funciones de esta Dirección y sus objetivos”.
El programa de formación duraba dos años y cada año se renovaba la mitad del grupo de guías. Más de 800.000 personas participaron en 2023 de propuestas de divulgación científica en el C3 y en otros puntos del país, con ayuda de los estudiantes universitarios.
“Creo en la importancia de un Estado presente, que invierte en el desarrollo de la ciencia y la tecnología como motores indiscutibles para el desarrollo social, económico y productivo del país -concluye Díaz Costanzo-. Creo en el rol estratégico que cumplen los museos y centros de ciencias para estimular el interés por la ciencia y la tecnología, brindar oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida de las personas, articular con el sistema educativo, establecer alianzas con diversos organismos y la sociedad civil, ofrecer espacios de formación y estimular vocaciones científicas. En suma, creo en la importancia que tienen espacios como el Centro Cultural de la Ciencia para aportar al fortalecimiento del Sistema Científico y Tecnológico Nacional y al desarrollo de una sociedad en la que se garantiza el derecho a la ciencia. Por lo dicho anteriormente, ratifico mi renuncia y deseo que el sector científico y tecnológico de la Argentina pueda transitar un sendero de prosperidad para la construcción soberana de nuestro país, en la que no me cabe duda de que la comunicación pública de la ciencia debe cumplir un rol preponderante”.
LA NACION pudo saber que Cosentino había solicitado a Díaz Costanzo que continuara en la dirección; ante la negativa de la exfuncionaria por el cierre del programa de guías, el puesto de director sigue vacante.
“El C3 es un espacio que se ha consolidado en los últimos años no solo en sus acciones con el público general sino también con escuelas y con el resto del país, llevando muestras itinerantes, brindando talleres de formación y prestando asesoramiento -dice el doctor en Ciencias Biológicas y ensayista Diego Golombek a LA NACION-. Una de sus actividades clásicas son las temporadas de vacaciones, de verano e invierno, que apuntan a un público general. Por decisión de las autoridades de discontinuar el programa de formación de estudiantes de universidades públicas, muchos de ciencias pero no solo de ciencia, que se capacitaban en cuestiones educativas y museográficas, el C3 no puede funcionar del modo en que normalmente lo hacía. A estos guías se los llama ‘copilotos’, teniendo en cuenta que el ‘piloto’ es el propio visitante. Espero que las actuales autoridades, que argumentaron razones presupuestarias para cerrar el programa, tengan una programación prevista para el verano y, sobre todo, para cuando comiencen las clases”.
En la página web del C3 se lee: “Días y horarios de apertura de verano próximamente”.