Regresa la Editorial Sur con las cartas de Victoria Ocampo
La obra recoge sus impresiones durante un viaje a Europa y EE.UU. en 1946
Las cartas que Victoria Ocampo escribió a sus hermanas Pancha y Angélica Ocampo en 1946, apenas finalizada la Segunda Guerra Mundial, se convertirán en un libro de 350 páginas que marcará la reaparición de la Editorial Sur entre marzo y abril próximos. El libro se presentará en Villa Ocampo, en San Isidro.
La novedad responde a un esfuerzo que en los últimos dos años mantiene en acción al Consejo de Administración de la Fundación Sur, alma máter del proyecto y titular de los derechos intelectuales de la obra de la mecenas argentina. El prólogo del libro, que tentativamente recibe el nombre de "Cartas de posguerra", estará a cargo de monseñor Eugenio Guasta, amigo personal de Victoria Ocampo.
Dada la enorme cantidad de personalidades con las que la mecenas se reunió en aquel largo viaje que se prolongó entre febrero y diciembre de 1946, Eduardo Paz Leston incorporará las notas biográficas que reseñan las vastas hojas de vida de pensadores que la escritora acercó a los argentinos.
Al carecer de un presupuesto propio, el sello Sur aún no ha trazado su plan editorial para este año. No obstante, el presidente de Editorial Sur, Javier Negri, comentó que se irán produciendo ediciones y reediciones de distintos intercambios epistolares de Victoria Ocampo con señeras personalidades mundiales, hoy agotados y descatalogados.
Las palabras de Negri fueron confirmadas por el presidente de la Fundación Sur, Alberto Rodríguez Galán, quien señaló que, en el futuro, Sur podrá editar textos inéditos que existen en el archivo de la fundación. O, como dijo Negri, se reeditarán artículos contenidos en la colección "Testimonios", de Victoria Ocampo.
Testimonio personal
Las más de 80 cartas que Victoria Ocampo escribió a sus hermanas constituyen un documento histórico-cultural único. No sólo recogen datos de los acontecimientos que tuvieron lugar en 1946, sino que se enriquecen con sus vivencias personales.
Guasta, párroco de la iglesia de la Merced, dijo a LA NACION que "en esas cartas, Victoria está viva. Ella fue una testigo ocular privilegiada de esa época. Uno puede sentir que Victoria está próxima otra vez, con su estilo coloquial. Ella cuenta lo que siente, lo que vive y lo que ve".
Entre febrero y diciembre de 1946 el trasiego de Victoria Ocampo la llevó de Francia, Inglaterra y Alemania a los Estados Unidos. Su inquietud y su entusiasmo la condujeron de Londres a París, de París a Nuremberg, de allí a Nueva York, San Francisco y Washington, desde donde regresó a Europa. La mecenas pidió a sus hermanas que conservaran esas cartas, de las que más tarde extrajo datos para sus artículos publicados en "Testimonios".
A través de ese epistolario, la escritora recreó sus sensaciones frente a la destrucción de Londres, su angustia ante el racionamiento alimentario, su admiración frente a la voluntad de reconstrucción de los europeos. Negri y Guasta recuerdan que Victoria Ocampo tuvo el privilegio de asistir a las sesiones fundacionales de las Naciones Unidas en Nueva York, a los preparativos de creación de la Unesco en París, y al juicio de Nuremberg, en Alemania, donde vio de cerca los rostros de los jerarcas nazis y fue la única argentina presente. Pero también mantuvo encuentros con figuras relevantes de la política y la cultura. Se reunió con los herederos de D. H. Lawrence, conoció a Graham Greene y a la reina Isabel de Inglaterra, entrevistó a T. S. Elliot, a Churchill y a De Gaulle y se reencontró con su amigo Roger Callois.
"Las cartas no tienen un propósito literario. Para Victoria todo lo visto y lo vivido fue un shock, por ello al llegar a Londres dijo aquella frase tan amarga respecto de que Hitler había ganado en alguna medida la guerra, porque la destrucción que veía significaba de algún modo la muerte de un mundo. Esa correspondencia se convirtió en un documento histórico", expresó Guasta.
De la lectura del material se desprende, según Guasta, una preocupación de Victoria por la gente y los países, a la vez que su interés por divulgar a los escritores argentinos. Durante su extensa estada europea, y con el apoyo del British Council, dio conferencias sobre Eduardo Mallea y Jorge Luis Borges.
Por otra parte, la Fundación Sur viene trabajando en los últimos dos años en la catalogación y digitalización de los archivos de la fundación, dueña de los derechos intelectuales de la obra y patrimonio documental de Victoria Ocampo. Hasta hoy se han digitalizado las cartas que darán contenido al libro en ciernes.
Sin embargo aún queda por pasar al nuevo soporte toda la correspondencia que Victoria Ocampo donó a la Universidad de Harvard, cuya copia se guarda en la Fundación Sur. El archivo suma fotografías, manuscritos, documentos, libros dedicados por sus autores a la escritora y hasta los anteojos que usó para una de sus imágenes más difundidas.
En marzo se pondrá en marcha el postergado programa cultural, demorado por la reanudación de la obra de restauración. "Las disciplinas que integrarán el programa son literatura, artes visuales, arquitectura y patrimonio, paisajismo y diseño, cine y teatro, pensamiento y espectáculos. La Asociación de Amigos de Villa Ocampo, que preside Pedro Güiraldes, saldrá a buscar el financiamiento", comentó el director ejecutivo del Proyecto Villa Ocampo, Nicolás Helft.